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Espartaco No. 51 |
Abril de 2019 |
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¡Libertad a todos los prisioneros independentistes catalanes!
¡Por una república obrera catalana al norte y al sur de los Pirineos!
A continuación publicamos un artículo conjunto del Grupo Espartaquista de México y la Ligue trotskyste de France, secciones de la Liga Comunista Internacional (Cuartainternacionalista).
20 DE FEBRERO—El gobierno burgués español encabezado por Pedro Sánchez, del socialdemócrata PSOE, está arrastrando ante la Suprema Corte a doce dirigentes independentistes catalanes en un juicio farsa. Su “crimen”: haber organizado y llevado a cabo, en octubre de 2017, el referéndum sobre la independencia de la nación oprimida catalana y haber proclamado una república catalana.
El exvicepresidente de la Generalitat catalana, Oriol Junqueras de la Esquerra Republicana (ERC) —quien enfrenta una sentencia de hasta 74 años—, y otros ocho nacionalistas catalanes han pasado ya más de un año en prisión. Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, antiguos dirigentes de las organizaciones independentistas Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural (OC), y Carme Forcadell, expresidenta del Parlament de Catalunya, están también tras las rejas. Otros escaparon de España para evitar el arresto, incluyendo al antiguo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont del Partit Demòcrata Europeu Català (PDeCAT). Las policías y los servicios de inteligencia de Alemania y España colaboraron estrechamente para detener a Puigdemont, en marzo de 2018, sobre la base de una orden europea de detención más tarde retirada por España.
La supresión y la humillación de estos nacionalistas burgueses catalanes es una advertencia para todos los que buscan separarse de España. Como internacionalistas proletarios,
exigimos la libertad inmediata de todos los independentistes catalanes, así como la libertad inmediata de todos los nacionalistas vascos encerrados en las mazmorras de España y Francia. ¡Abajo todos los cargos!
Las acusaciones de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos fueron originalmente presentadas por el gobierno español anterior, encabezado por el Partido Popular (PP) neofranquista. El abiertamente racista, antiinmigrante, anticatalán y antivasco Vox —un partido franquista a la antigua— se unió al gobierno como “acusador popular”. Los socialdemócratas, españolistas rabiosos y leales súbditos de “su majestad” Felipe VI, apoyaron desde el principio la persecución de los independentistes catalanes (incluyendo la suspensión de la autonomía catalana entre octubre de 2017 y junio de 2018); a partir del año pasado, la han impuesto desde el gobierno ellos mismos. Los partidos nacionalistas catalanes ayudaron a apuntalar al gobierno de Sánchez en Madrid, pero finalmente abandonaron al gobierno cuando éste se rehusó en repetidas ocasiones a conceder un referéndum sobre la independencia. Cuando los partidos catalanes hace poco votaron contra el presupuesto de Sánchez, éste se vio obligado a convocar elecciones generales adelantadas para el 28 de abril.
Pero el fallido intento de los socialdemócratas de llegar a un acuerdo con fuerzas catalanas bastó para encender la ira del PP, Vox y Ciudadanos (C’s). Esta trinidad franquista organizó una demostración de fuerza del chovinismo castellano el 10 de febrero en Madrid, exigiendo prisión para los independentistes y la caída del gobierno de Sánchez. Encarnando la unidad del chovinismo anticatalán español y francés, en esta orgía de atraso hizo acto de presencia nada menos que Manuel Valls, antiguo primer ministro francés y ahora candidato de C’s a la alcaldía de Barcelona. Bajo el gobierno de François Hollande (2012-2017), del Partido Socialista francés, Valls perpetró un ataque tras otro contra el proletariado e hizo lo que pudo para pasar a la historia como el flagelo de los árabes, los romaníes y todos los oprimidos.
Por la independencia respecto de España
y Francia
Existe una sola nación catalana y una sola nación vasca, cada una dividida y oprimida por dos estados capitalistas, España y Francia. Con el fin de estabilizar el estado español después de la muerte del dictador Francisco Franco, se otorgó a fines de los 1970 una autonomía fraudulenta a Catalunya y el País Vasco, junto con otras regiones. En Francia, por otro lado, las naciones oprimidas carecen totalmente de derechos lingüísticos o legales. Especialmente en el País Vasco, la población encara tanta represión como en España. Debido a las diferencias en el desarrollo histórico del capitalismo en España y Francia, el motor principal de los movimientos por la independencia en Catalunya y el País Vasco [Euskal Herria] viene de las porciones de las naciones retenidas a la fuerza en España. Así, el destino de los vascos y los catalanes en Francia depende en gran medida de lo que suceda del lado español de la frontera.
Llamamos por la independencia de Euskal Herria y Catalunya, en el norte y en el sur. Estamos también por el derecho a la independencia de Galicia y por el retiro incondicional de España de sus enclaves en Marruecos: Ceuta y Melilla. En cuanto a Francia, estamos por la independencia de la colonia francesa de Kanaky [Nueva Caledonia] y de la nación oprimida corsa, y por el derecho a la independencia de todas las colonias francesas.
Reconocemos en la lucha por la liberación nacional una fuerza motriz potencial de la revolución proletaria y procuramos imbuir a las clases obreras de Francia y España del entendimiento de que la lucha contra la opresión nacional de vascos y catalanes es una parte integral de la lucha por la emancipación del proletariado mismo. ¡Abajo la monarquía española! ¡Por repúblicas obreras de Catalunya y Euskal Herria!
¡Abajo la UE!
Catalunya no tiene nada que se asemeje a un estado propio, especialmente fuerzas armadas; ante los embates castellanos y en ausencia de un proletariado con conciencia de clase, no hay esperanzas de realizar la independencia catalana en el futuro inmediato. La burguesía catalana se ha postrado ante la Unión Europea (UE), suplicando su apoyo. La UE no es ningún estado supranacional, sino un consorcio imperialista dominado por Alemania. Se dedica a extraer de la clase obrera de Europa, incluyendo la alemana, cada euro de ganancia que puede, mientras pisotea la soberanía nacional de sus miembros más pobres, como Grecia, Portugal o Rumania, a favor de las potencias imperialistas, centralmente Alemania y en menor medida Francia.
Pese a las ilusiones difundidas por los nacionalistas catalanes, la UE respalda sin titubeos al estado burgués español contra la independencia de Catalunya. Una Catalunya
independiente amenazaría con la fragmentación de España y minaría el imperialismo francés al alimentar las aspiraciones nacionales de gallegos, vascos, corsos y de todos los pueblos coloniales. También amenazaría con la disolución de todo el club de bandidos y sus víctimas aglomerados en la UE. ¡Abajo la UE! ¡Por los estados unidos socialistas de Europa, reunidos sobre una base voluntaria!
Por la independencia política proletaria
Los sucesos de los últimos dos años han demostrado que la independencia no vendrá de maniobras parlamentarias entre independentistes burgueses que imploran acuerdos de Madrid. Como escribimos el año pasado: “Hay una fuerza capaz de dar realidad a la liberación nacional, venciendo a todos estos enemigos de la emancipación de Catalunya: es la clase obrera, a través de la movilización de su enorme poder social” (“La lucha por la liberación nacional en un impasse”, suplemento de Espartaco, enero de 2018). La clave para desatar este poder yace en la lucha por la independencia política del movimiento obrero. En Catalunya, esto significa combatir las ilusiones en los nacionalistas burgueses del PDeCAT, la ERC y la Candidatura d’Unitat Popular (CUP), enemigos de clase de los trabajadores catalanes.
De la mano de Madrid, los sucesivos gobiernos catalanes encabezados ya sea directamente por el derechista PDeCAT (y por su predecesor, Convergència i Unió) o en colusión con la ERC y la CUP, han impuesto la austeridad antiobrera y perpetrado brutales ataques antisindicales. Apenas el otoño pasado la Generalitat catalana, dirigida por Joaquim Torra del PDeCAT, desató a sus policías contra cuatro días de huelgas y manifestaciones por parte de empleados públicos, profesores, estudiantes y doctores, que protestaban contra los recortes y las alzas de las colegiaturas.
Los leninistas en España y Francia necesitan luchar por que el proletariado rompa con su enemigo de clase, ganando a los obreros a la defensa de la independencia catalana y vasca. En Catalunya, el proletariado está dividido, con una porción importante en contra de la independencia. Hace falta librar una lucha implacable contra el arraigado chovinismo castellano y francés de “España, una, grande y libre” y “Francia, una e indivisible”. Esa ideología burguesa es regurgitada por los socialdemócratas y “marxistas” reformistas, así como por los falsos dirigentes de la clase obrera a la cabeza de las federaciones sindicales. En España, éstas incluyen a las Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores (vinculadas históricamente al Partido Comunista y al PSOE, respectivamente), y en Francia a la Confédération générale du travail (ligada históricamente al Parti communiste français) y Force Ouvrière. Sólo sobre la base de ese combate político podrán construirse partidos leninistas-trotskistas, la dirección revolucionaria necesaria para dirigir la lucha por el poder obrero en toda la región.
Seudotrotskistas: frentepopulismo y chovinismo
Hasta la víspera misma del referéndum del 1° de octubre de 2017 sobre la independencia de Catalunya, Izquierda Revolucionaria (IR, afiliada al Comité por una Internacional de los Trabajadores de Peter Taaffe) denunciaba la lucha por la independencia de Catalunya y Euskal Herria como contrapuesta al “socialismo”, al cual se supone se llegaría bajo los auspicios del “antiestablishment” (pero igual de chovinista) partido burgués Podemos. Ahora, estos oportunistas llaman por una “república socialista, de los trabajadores y el pueblo” en Catalunya, la cual vendrá de un “frente único” de organizaciones obreras y fuerzas burguesas tales como la CUP y otras (El Militante, febrero de 2019). La perspectiva política de IR es la del frente popular, una coalición con el objetivo de subordinar al proletariado a su enemigo de clase burgués. En España en la década de 1930, el frente popular —un gobierno burgués— fue el instrumento para el estrangulamiento de la Revolución Española, abriendo las puertas a las fuerzas de Franco y su sangriento reinado de reacción derechista desde 1939 (ver “Trotskismo vs. frentepopulismo en la Guerra Civil Española”, Spartacist [Edición en español] No. 36, noviembre de 2009).
En cuanto al repentino apego de IR a la “independencia” catalana, vale la pena señalar que su programa máximo sigue siendo una “República Socialista Federal” de España, que incluiría a los catalanes, vascos y gallegos independientemente de la voluntad de estas naciones oprimidas. Entretanto, la organización francesa ligada a IR, Gauche révolutionnaire (GR), se contenta con publicar de vez en cuando artículos de sus camaradas españoles, guardando silencio respecto a la opresión de catalanes y vascos a manos de su “propio” imperialismo francés. No es de sorprender que GR esté enterrada en el partido burgués chovinista y colonialista de Jean-Luc Mélenchon.
Los neomorenistas de la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT, en Francia la Courant communiste révolutionnaire dentro del Nuevo Partido Anticapitalista) llamaron por la abstención en el referéndum independentista de 2017 —llamado que constituyó una capitulación al chovinismo castellano—, al tiempo que otorgaban apoyo político a la CUP burguesa. Ahora tratan de hacerse pasar por los más férreos combatientes por la “autodeterminación catalana”, mientras siguen perorando chovinismo castellano.
Haciendo referencia a las elecciones catalanas de 2017 impuestas por Madrid, escriben:
“Una porción importante de la clase obrera catalana votó a Ciudadanos pensando en la unidad nacional... La idea de una ‘balcanización’ de la península obviamente sería grave y no hay fuerza política de izquierda y de clase que pueda desearla seriamente” (izquierdadiario.es, 23 de julio de 2018).
Así, aunque dice que “los revolucionarios no estamos a favor de cualquier unidad del Estado español”, la CRT se opone a la separación de Catalunya, Euskal Herria y Galicia en nombre de...¡la “unidad nacional” de España! Como en el caso de IR, las declaraciones de la CRT en apoyo a la autodeterminación están condicionadas a una federación de repúblicas ibéricas “libre y voluntaria”, ¡para lo cual han “insistido en los llamados a la CUP [burguesa] a romper con la burguesía”!
Al contrario del alarmismo chovinista de la CRT sobre la “balcanización” de España, la victoria en la lucha por la independencia de Catalunya sería de hecho un duro golpe contra el aparato represivo capitalista que mantiene al proletariado entero encadenado a la esclavitud asalariada. Pero la victoria proletaria internacional no es el objetivo de la CRT, IR y los de su calaña. En contraste, en la LCI nos esmeramos en seguir las enseñanzas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky para luchar por nuevas revoluciones de Octubre alrededor del mundo.
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