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Espartaco No. 51 |
Abril de 2019 |
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Luchando por la continuidad revolucionaria
(De los archivos del marxismo)
Las ideas del marxismo revolucionario no existen en lo abstracto: son llevadas adelante por generaciones sucesivas de combatientes revolucionarios. Jim Robertson, el fundador de nuestra tendencia internacional, dedicó gran parte de su energía a armar políticamente a una nueva capa de militantes comunistas. Esa preocupación vital está expresada en las siguientes citas de León Trotsky, codirigente con V. I. Lenin de la Revolución Rusa de Octubre de 1917, y de James P. Cannon, el dirigente fundador del trotskismo estadounidense. La Liga Comunista Internacional busca mantener y extender la tradición proletaria, revolucionaria e internacionalista de nuestros antecesores marxistas en nuestra lucha por reforjar la IV Internacional, partido mundial de la revolución socialista.
Creo que el trabajo que hago en este momento —a pesar de todo lo que tiene de insuficiente y fragmentario— es el trabajo más importante de mi vida, más importante que 1917, más importante que la época de la Guerra Civil, etcétera.
Para ser claro diré esto. Si yo no hubiera estado en 1917, en Petersburgo, la Revolución de Octubre se habría producido
—condicionada por la presencia y la dirección de Lenin…
Así no puedo decir que mi trabajo haya sido “irreemplazable”, incluso en lo que concierne al periodo 1917-21. Mientras que lo que hago ahora es “irreemplazable”, en el pleno sentido de la palabra. No hay la más mínima vanidad en esta afirmación. El hundimiento de las dos Internacionales ha planteado un problema que ninguno de los jefes de estas Internacionales está en absoluto capacitado para tratar. Las particularidades de mi destino personal me han ubicado frente a este problema completamente armado de una experiencia seria. Dotar de un método revolucionario a la nueva generación, por encima de los jefes de la II y de la III Internacional es una tarea que, fuera de mí, no hay hombre capaz de llevarla adelante. Y estoy plenamente de acuerdo con Lenin (o más bien con Turgueniev), de que el mayor vicio es tener más de cincuenta y cinco años. Me faltan todavía al menos cinco años de trabajo ininterrumpido para asegurar la transmisión de la herencia.
—León Trotsky, Diario del exilio (25 de marzo de 1935)
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También recuerdo las palabras que Trotsky escribió en su Diario del exilio, cuando se encontraba en Noruega y estaba atado de pies y manos y no tenía buena salud y tenía 55 años... Él dijo: Debo vivir otros cinco años para preparar la sucesión. He pensado frecuentemente sobre esas palabras [y] en que ésa es la tarea suprema de los dirigentes: preparar la sucesión. Y algunos de nosotros lo hicieron conscientemente, especialmente yo. Un hombre no puede hacerlo todo, como bastantes locos creen. Un hombre no puede vivir para siempre y su mayor contribución es preparar a otros para tomar su lugar.
—James P. Cannon, “Entrevista con Harry Ring” (13 de febrero de 1974)
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