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Spartacist (edición en español) Número 37

Febrero de 2012

Edmund Samarakkody y el legado del LSSP ceilanés

La lucha por el trotskismo en Asia del Sur

Traducido de Spartacist (Edición en inglés) No. 62, primavera de 2011.

“La lucha por el renacimiento de la IV Internacional promete ser difícil, larga y, sobre todo, desigual. Sin embargo, es una tarea indispensable y central que enfrentan aquellos que se proponen ganar el poder proletario y así abrir el camino para lograr el socialismo para la humanidad”.

— “Declaración para organizar una tendencia trotskista internacional”, julio de 1974, Cuadernos Marxistas No. 1, 1975

Nuestras relaciones con el Revolutionary Workers Party (RWP, Partido Obrero Revolucionario) de Edmund Samarakkody en la década de 1970 constituyen un capítulo significativo en esa difícil, larga y desigual lucha. Al momento de su muerte en enero de 1992, Samarakkody había dejado sus días de revolucionario muy atrás. Sin embargo, en un momento de su pasado, este miembro fundador del Lanka Sama Samaja Party (LSSP) de Ceilán era miembro de una especie poco común: un militante ganado al trotskismo a finales de la década de 1930 cuya reputación no había sido totalmente destruida y que no había sido corrompido por el frentepopulismo local ni por la corriente revisionista de Michel Pablo, que había destruido la IV Internacional en 1951-53. Al delinear las perspectivas para el reagrupamiento revolucionario, la declaración de 1974 de la tendencia espartaquista internacional (TEI), actualmente Liga Comunista Internacional (LCI), señaló en particular que el RWP de Samarakkody había “salido con su integridad intacta de la infinidad de traiciones perpetradas por el antiguo LSSP” e instigadas por el Secretariado Unificado (S.U.) pablista de Ernest Mandel y por el pusilánime “Comité Internacional” (CI) de Gerry Healy (Ibíd.).

Durante muchos años, el LSSP encabezó un sector del movimiento obrero y, durante algunos periodos, fue la oposición parlamentaria oficial en Ceilán. Su importancia se extendió mucho más allá de esa pequeña isla, dado que Ceilán funcionaba como plataforma para la revolución socialista en la región, crucialmente en la India. De hecho, el LSSP desempeñó un papel decisivo en el forjamiento de la primera organización trotskista reconocida en la India, durante el crisol de la guerra interimperialista y la lucha anticolonial. El propio Samarakkody fue encarcelado durante la Segunda Guerra Mundial por sus actividades revolucionarias en Ceilán y más tarde fue miembro del parlamento. Sin embargo, el evento político determinante en su vida, su ápice y su límite, fue el voto parlamentario de 1964 que emitieron él y su camarada Meryl Fernando y que ocasionó la caída del gobierno capitalista de coalición dirigido por el nacionalista burgués Sri Lanka Freedom Party (SLFP, Partido de la Libertad de Sri Lanka), un frente popular que incluía al LSSP, que para entonces ya había degenerado hasta el reformismo craso. El SLFP estaba comprometido, por encima de cualquier otra cosa, a fortalecer el dominio de la mayoría budista cingalesa sobre la oprimida minoría nacional tamil en la isla.

En Samarakkody vimos lo mejor, lo principista, del viejo trotskismo ceilanés, el cual no era muy bueno. En el curso de nuestras discusiones, quedó claro que él y su grupo no habían roto con el marco parlamentarista que definía la política de izquierda en Ceilán (rebautizado Sri Lanka en 1972 para enfatizar la “identidad” cingalesa del país). Nos enteramos, por ejemplo, que para principios de la década de 1970, Samarakkody había repudiado su valiente voto de 1964 contra el frente popular. La fusión que habíamos proyectado con el RWP en la I Conferencia Internacional de la TEI en 1979 fue abortada cuando Samarakkody dejó en claro que pensaba mantener su operación provinciana en el margen izquierdo del pantano frentepopulista de Lanka y que no permitiría que su organización estuviera sujeta al escrutinio y los correctivos del centralismo democrático internacional. Al trazar un balance de nuestros intentos por encontrar acuerdo programático suficiente con el RWP para constituir una organización internacional común, observamos:

“Nuestra larga experiencia fraternal con los compañeros ceilaneses del grupo Samarakkody fue nuestro esfuerzo más notable por buscar, con las palabras de James P. Cannon, ‘los cuadros iniciadores de la nueva organización en la vieja’. El último acto decisivamente revolucionario de esta agrupación ocurrió en 1964, justo en el momento de la fundación de la tendencia espartaquista en forma organizativamente independiente en los EE.UU. Si hubiéramos sido capaces de interceptar enérgicamente a los compañeros ceilaneses en ese entonces, es posible que podrían haber sido ganados al trotskismo auténtico. Pero los aproximadamente 40 norteamericanos de que constaba nuestra tendencia en ese entonces hubieran tenido poca autoridad a los ojos de antiguos dirigentes de un partido con arraigo en las masas”.

— “¡Hacia la Liga Trotskista Internacional!”, Spartacist No. 8, agosto de 1980

La TEI/LCI surgió como la Revolutionary Tendency [RT, Tendencia Revolucionaria] del Socialist Workers Party (SWP, Partido Obrero Socialista) de EE.UU. a principios de la década de 1960, formada en oposición al abandono por parte del SWP de la lucha por un partido trotskista en Cuba. Habiendo roto con Pablo en 1953 para formar el Comité Internacional antipablista —un bloque principalmente con el grupo de Healy en Gran Bretaña y el grupo francés dirigido por Pierre Lambert— , en 1960 la dirección del SWP adoptó la misma metodología liquidacionista de Pablo en respuesta a la Revolución Cubana. Desarrollada por Pablo en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial y continuada por Mandel, su principal lugarteniente, esta tendencia rechazaba la lucha por forjar partidos trotskistas, esenciales para la victoria de revoluciones proletarias a nivel internacional, y en cambio actuaba como un grupo de presión sobre diversas fuerzas pequeñoburguesas no revolucionarias (ver “Génesis del Pablismo”, Cuadernos Marxistas No. 1, 1975). La RT fue expulsada burocráticamente del SWP a finales de 1963, después de que éste se reunificara con los mandelistas para formar el S.U.

Durante varios años a partir de su formación, la RT mantuvo solidaridad política con el Comité Internacional de Healy y Lambert. Nos escindimos definitivamente del CI en 1967 cuando el grupo de Healy salió en apoyo de una “revolución árabe” sin carácter de clase y varias otras posiciones antimarxistas. El informe de nuestra conferencia de 1979 señaló:

“El grupo Samarakkody es la concreción de la observación de que ninguna corriente revolucionaria nacional puede perseguir un auténtico curso revolucionario permaneciendo en prolongado aislamiento de la lucha por construir un partido mundial. Desde el primer momento de nuestra existencia como tendencia, el núcleo norteamericano de la TEI luchó por romper el aislamiento nacional forzado. A través de este largo proceso nos dimos cuenta de que las principales corrientes internacionales que se reclaman del trotskismo estaban en lo esencial programáticamente moribundas”.

Sin embargo, incluso después de la escisión con Healy, estábamos conscientes de que había agrupaciones locales que no estaban atadas firmemente a la política liquidacionista del pablismo. Observamos por más tiempo al grupo de Lambert, que había roto con Pablo en 1952, porque contenía el mayor número de cuadros que habían pertenecido al movimiento trotskista en la época de Trotsky. Esperábamos que algunos de ellos rompieran con el curso hacia la derecha de esa organización en torno a las cuestiones esenciales. Más tarde, iniciamos nuestra larga relación con el grupo de Samarakkody en Ceilán. Sin embargo, todos estos esfuerzos no dieron como resultado el que ganáramos un estrato de viejos cuadros trotskistas.

Una parte significativa de nuestra historia temprana como tendencia internacional se escribió en la pequeña isla de Ceilán. Desde 1971, cuando Samarakkody nos contactó por primera vez, hasta la resolución negativa de nuestras relaciones fraternales con el RWP en 1979 y en los años subsecuentes, cuando una escisión de izquierda del RWP se estableció como la Spartacist League/Lanka, mantuvimos un contacto esporádico, si bien intenso en ocasiones, con Samarakkody y su grupo. “The Struggle for Trotskyism in Ceylon” [La lucha por el trotskismo en Ceilán] de Samarakkody, que publicamos en Spartacist (Edición en inglés) No. 22, invierno de 1973-74, fue uno de los documentos reconocidos en nuestra declaración de 1974 como parte de la herencia programática de la TEI; durante varios años, nuestra prensa publicó artículos de Samarakkody con informes sobre la situación en Sri Lanka. La incapacidad del RWP para encontrar un camino hacia la fusión con nuestra internacional trotskista constituyó una prueba crucial de sus límites a la izquierda como oposición a la colaboración de clases del LSSP.

Describir la vida de Samarakkody es describir el ascenso y la caída del trotskismo ceilanés. Hay muchos detalles de la historia del LSSP que siguen siendo opacos para nosotros. La vida interna del LSSP en sus primeros años no está bien documentada, y gran parte de ella ocurrió informalmente dentro de la pequeña camarilla dirigente. Además, muchos de los documentos, en particular los que están en cingalés y tamil, son actualmente inaccesibles para nosotros. No obstante, esa historia merece ser examinada seriamente si una nueva generación de revolucionarios ha de revivir el trotskismo en Lanka y la India como parte de la lucha por reforjar la IV Internacional, partido mundial de la revolución socialista.

Orígenes del LSSP

Como miembro fundador del LSSP, Samarakkody pertenecía a una capa de militantes que bien podría tener más derecho a reclamar su lugar como padres fundadores de su país que los venales capitalistas proimperialistas a quienes los británicos entregaron el poder en 1948. Nacido en una familia cingalesa rica y aristocrática de las tierras bajas del país, Samarakkody estaba activo políticamente a principios de la década de 1930 en medio de un ascenso del sentimiento anticolonial, y se unió a la Colombo South Youth League [Liga Juvenil del Sur de Colombo]. Los jóvenes ceilaneses que regresaban de estudiar en el extranjero traían a las Youth Leagues nociones de internacionalismo, socialismo y transformación revolucionaria. Uno de ellos era Philip Gunawardena, quien había entrado en contacto con varias corrientes de izquierda en el extranjero, incluyendo la Oposición de Izquierda Internacional trotskista. Muchos de estos jóvenes provenían de una sección de la burguesía y pequeña burguesía rural que había alcanzado la prosperidad poco tiempo atrás; el propio Samarakkody se recibió como abogado en Ceilán y continuó practicando hasta su muerte.

Las Youth Leagues crecieron rápidamente gracias a su agitación antiimperialista en el movimiento Suriya Mal (una flor indígena), una protesta contra el “Día de la Amapola”, que conmemoraba a los veteranos militares británicos de la Primera Guerra Mundial imperialista, y también gracias a sus esfuerzos de ayuda social en aldeas empobrecidas durante una epidemia de malaria en 1934-35. En 1932-33 los jóvenes militantes retaron directamente el papel traicionero del arraigado dirigente obrero A.E. Goonesinha, que se había vuelto cada vez más comunalista, cuando ganaron la dirección de una huelga de mil 400 obreros, en su mayoría malayalis provenientes del estado de Kerala en la India, en la fábrica textil más grande de la isla, la Wellawatte Weaving and Spinning Mills [Fábrica de Tejidos de Wellawatte].

Samarakkody fue uno de los alrededor de 20 izquierdistas que fundaron el LSSP bajo la dirección de Gunawardena en diciembre de 1935. Estos talentosos y enérgicos jóvenes tenían una amplia variedad de influencias: el estalinismo, el trotskismo, el laborismo reformista “socialista” de Harold Laski y el Congreso Nacional Indio de Mahatma Gandhi.

El LSSP nació en el marco de un vacío total de dirección en la isla. La burguesía nativa era débil y venal: el dócil Congreso Nacional de Ceilán era un pálido reflejo de su contraparte indio. Especialmente a partir de la implementación en 1931 de las reformas recomendadas por la Comisión Constitucional Donoughmore británica, la burguesía ceilanesa colaboraba entusiastamente con los imperialistas británicos, aceptando ministerios en el nuevo Consejo de Estado, un adjunto “parlamentario” al gobierno colonial. El combativo movimiento obrero de la década de 1920 había sido disipado por la depresión económica de 1929-1935. Los dirigentes de ese movimiento, como Goonesinha, se habían desplazado de forma decisiva hacia la colaboración de clases con la patronal y hacia el racismo contra los obreros de origen indio.

El personaje de un cuento de Romesh Gunesekera evoca la situación:

“En aquellos días me sentía igualmente consternado por nuestra dirección política: en ese entonces me parecía tan carente de inspiración. Deseaba que estuviéramos en la India, donde había una lucha mucho más en forma. Algo de lucha, algo de idealismo. Gandhi, Bose. Ya saben, gente que estaba haciendo algo por su país. Pero Ceilán parecía lleno de lacayos. Todo mundo quería ser el jefe de la servidumbre en la Casa del Gobernador. ¿Cómo se atrevían? No fue sino hasta que aparecieron los izquierdistas en el 35 que empezamos a vislumbrar un futuro de verdad. Salieron a las aldeas durante la malaria para ayudar a nuestra gente. Y la gente reconoció su preocupación. Cuando al fin llegaron las elecciones, la gente respondió. Y yo me le uní”.

— Romesh Gunesekera, “Ullswater”, Monkfish Moon (Nueva York: The New Press, 1992)

El LSSP se fundó como un partido amplio que luchaba por la independencia, la reforma y el socialismo (sama samaja, acuñado de la expresión en cingalés para decir “sociedad igualitaria”). Era un partido modernizador y secular, aunque mostraba debilidad hacia el evangelismo budista que constituyó una respuesta inicial al dominio británico. La influencia del partido creció rápidamente y muy pronto se convirtió en la dirigencia reconocida de la lucha por la independencia nacional. En 1936, Gunawardena y su compañero en el LSSP, N.M. Perera, fueron elegidos al Consejo de Estado. Aunque frecuentemente sonaban como socialdemócratas liberales, de cualquier modo fueron denunciados como los “honorables miembros en representación de Rusia, o los miembros comunistas que representan a Ruanwella y Avissawella” por un vehemente oponente derechista, el propio hermano mayor de Samarakkody, Siripala (citado en George Lerski, Origins of Trotskyism in Ceylon [Orígenes del trotskismo en Ceilán], Stanford, California: Hoover Institution, 1968). El LSSP logró establecer una base sindical masiva, particularmente en Colombo. Samarakkody participó en las huelgas y en las campañas de sindicalización dirigidas por el LSSP y, por sus actividades, fue arrestado en Colombo en 1937.

Como en Bolivia e Indochina, la conciencia política de la clase obrera llegó lo suficientemente tarde a Ceilán, cuando el estalinismo ya no era atractivo para los luchadores anticoloniales combativos. En 1935, la Internacional Comunista (IC) estalinizada adoptó la política del “frente popular”, una nueva etiqueta para el viejo programa socialdemócrata de colaboración de clases con el ala supuestamente progresista de la burguesía. Su aplicación en los países coloniales consistía en construir “frentes únicos nacionales” con las burguesías nativas. Promulgado inicialmente como una consigna confusa e implícitamente etapista en el IV Congreso de la IC en 1922, para 1927 el “frente único antiimperialista” se había convertido en sinónimo de la liquidación del Partido Comunista Chino en el Guomindang nacionalista burgués y la traición de la Segunda Revolución China. El resurgimiento de esta consigna, bajo el rótulo del frente popular con un ala “democrática” de la burguesía, tenía bases colaboracionistas de clases sin ambigüedad alguna. Con la alianza bélica de Stalin con los Aliados imperialistas tras la invasión nazi de la Unión Soviética en junio de 1941, quedó claro que la clase obrera debía subordinarse no sólo a los venales capitalistas locales, sino también a sus amos imperialistas “democráticos”. Así, el sector de vanguardia del proletariado se volvió trotskista, al menos nominalmente, en varios países coloniales y semicoloniales.

La contradicción del LSSP

Al centro de este proceso hacia el trotskismo en el LSSP se encontraba lo que luego se conocería como el “grupo T”. Iniciado por Gunawardena, se trataba de una red informal con características tanto de una tendencia política como de una camarilla tipo Jóvenes Turcos. La llegada de La revolución traicionada de Trotsky, publicado en inglés en 1937, tuvo un impacto significativo entre los dirigentes cultos del grupo T que podían leerlo. En diciembre de 1939, el Comité Ejecutivo del LSSP aprobó una moción por 29 votos contra cinco que afirmaba: “Dado que la III Internacional no ha actuado en interés del movimiento obrero revolucionario internacional, el Lanka Sama Samaja Party, aunque expresa su solidaridad con la Unión Soviética, el primer estado obrero, declara que no tiene fe en la III Internacional” (citado en Origins of Trotskyism in Ceylon). Quienes se habían opuesto a esta línea fueron expulsados perentoriamente en la reunión subsecuente del Comité Ejecutivo, sin que mediara intento alguno por llevar la lucha a la membresía.

En buena medida, la adhesión al trotskismo del LSSP era nominal y nunca fue muy profunda. Lo que hacía falta era una lucha de carne y hueso que cohesionara a un grupo revolucionario de cuadros en oposición a los nacionalistas y los reformistas, para quienes el trotskismo no era más que una conveniencia superficial, un talismán contra el apoyo a la potencia colonial local. A pesar de ello, el trotskismo auténtico y la teoría de la revolución permanente sí ofrecían las respuestas revolucionarias a un partido que enfrentara las tareas nacional-democráticas de la liberación colonial y el reto de dirigir la lucha de la clase obrera a la victoria.

Una cuestión central en este sentido era (y sigue siendo) la de la opresión nacional del pueblo tamil, mayoritariamente hindú, que es la más significativa de varias minorías nacionales, étnicas y religiosas en esta isla de mayoría cingalesa y budista. (Entre otras minorías se encontraban los cristianos, los musulmanes y los burghers, estos últimos producto del mestizaje con colonos europeos.) Los tamiles, lingüística y culturalmente ligados al pueblo de Tamil Nadu en el sur de la India, estaban claramente divididos en dos grupos. Los tamiles de Ceilán (concentrados en la península de Jaffna y en la región del noreste que incluye Trincomalee y Colombo) habían residido muchos siglos en la isla y los británicos los preferían para puestos en el gobierno colonial. Los llamados tamiles indios habían sido traídos a partir de finales del siglo XIX para realizar trabajos arduos y mal pagados en las muy redituables plantaciones de té propiedad de los británicos. Los estratégicos obreros tamiles de las plantaciones tenían una importancia triple: como productores clave en la economía, como un elemento vital en la lucha contra el chovinismo cingalés y como un puente potencial para la revolución india.

Durante el tiempo que estos obreros, muchos de ellos de las castas bajas y mujeres, permanecieron pasivos y aislados en la zona montañosa, sin derechos políticos y sindicales, nadie los veía como una amenaza. Pero apenas empezaron a hacer valer sus derechos, enfrentaron el temor clasista de la burguesía combinado con los prejuicios chovinistas de la mayoría cingalesa, que se sentía una minoría oprimida en la región.

El LSSP mantuvo en general una línea de unidad de clase contra las divisiones étnicas y durante este periodo las reuniones del LSSP eran atacadas por goondas (golpeadores) comunalistas. La influencia creciente de éste entre la clase obrera sin duda fue un factor para evitar estallidos de violencia comunalista, como los que tuvieron lugar durante los motines antimusulmanes de 1915. Sin embargo, el LSSP claramente no era inmune a los prejuicios cingaleses predominantes: por ejemplo, en septiembre de 1937 presentó una moción al Consejo de Estado para prohibir la inmigración de obreros indios. A diferencia de los bolcheviques de Lenin, el LSSP no veía la lucha contra la opresión nacional como una fuerza motriz de la revolución proletaria. La incapacidad del partido de establecer una base de masas entre los estratégicos obreros tamiles de las plantaciones fue exacerbada por la manera perentoria en que fue llevada a cabo la escisión de 1939 con los estalinistas, permitiéndoles a estos últimos mantener fácilmente la dirección en áreas importantes de trabajo, por ejemplo entre los tamiles de las castas bajas en la península de Jaffna.

Sin embargo, cuando estalló una ola de huelgas sin precedentes entre los obreros de las plantaciones a finales de 1939 y principios de 1940, el LSSP desempeñó un papel dirigente en estas luchas en la provincia de Uva; Samarakkody fue uno de los organizadores clave. En mayo de 1940, el LSSP organizó una enorme manifestación en Badulla. Llevada a cabo en desafío a la prohibición impuesta por las autoridades, la manifestación fue una espectacular demostración de fuerza. Este promisorio trabajo fue suspendido por la represión que los gobernantes coloniales británicos llevaron a cabo durante la guerra. Quedó abierto el camino para el crecimiento de formaciones compuestas exclusivamente de tamiles indios, predominantemente el Ceylon Indian Congress (Congreso Indio de Ceilán, que se convirtió en el Ceylon Workers Congress, Congreso Obrero de Ceilán, en 1950), que acabarían por tomar control de este sector históricamente clave del proletariado. La versión retrospectiva del propio LSSP sobre este trabajo es reveladora:

“La combativa dirigencia proporcionada por el partido impresionó fuertemente a los obreros de las plantaciones. Pero el partido nunca fue capaz de construir sobre la base de esta buena voluntad porque, en primer lugar, la represión cayó sobre el partido inmediatamente después, dejando el campo sindical en las plantaciones libre para el Ceylon Indian Congress; y en segundo lugar, porque incluso después de la guerra, las medidas del gobierno contra los obreros de origen indio empujaron a estos trabajadores, de manera natural bajo esas circunstancias, a los brazos del Ceylon Indian Congress”.

— Leslie Goonewardene, A Short History of the Lanka Sama Samaja Party (Breve historia del Lanka Sama Samaja Party, Colombo: folleto del LSSP, 1960)

Esta resignación fatalista no sólo se debe al hecho de que fue escrita poco antes de que la degeneración parlamentarista del LSSP culminara en su participación en un gobierno capitalista de frente popular. Incluso en sus primeros años, el LSSP no veía contradicción en el hecho de que Jack Kotelawala fuera uno de sus principales organizadores entre los obreros de las plantaciones de té y más tarde asumiera la posición de oficial jurídico de la Ceylon Estates Employers Federation [Federación Patronal de Fincas de Ceilán], en cuya capacidad aparecería en los tribunales contra los obreros. En vez de confiar en gente con medios a su alcance, ¿qué podría haber pasado si el LSSP hubiera tomado a algunos de los mejores combatientes obreros de las plantaciones y los hubiera convertido en organizadores de tiempo completo para el partido mientras los entrenaba profundamente en el marxismo revolucionario? Desafortunadamente, los métodos de trabajo del LSSP estaban muy alejados de prácticas bolcheviques como esa.

Desde su fundación, el LSSP cargaba con una profunda contradicción. Como escribió Charles Wesley Ervin en un artículo de 1988 sobre el periodo formativo del trotskismo indio y ceilanés: “El LSSP sufría de doble personalidad desde su nacimiento. Sus dirigentes eran sofisticados izquierdistas, pero el LSSP había sido concebido deliberadamente como un partido socialista muy amplio y ‘suave’, más nacionalista que marxista” (“Trotskyism in India— Part One: Origins Through World War II (1935-45)” [El trotskismo en la India— Primera Parte: De los orígenes a la Segunda Guerra Mundial (1935-1945)], Revolutionary History, invierno de 1988-89). En un artículo sucesivo, Ervin describió a Philip Gunawardena y a Perera como “estafadores oportunistas” y “hábiles revisionistas” (“Trotskyism in India, 1942-1948”, Revolutionary History Vol. 6, No. 4, 1997).

Cuando escribió esos artículos, Ervin todavía mostraba alguna simpatía por el trotskismo revolucionario. Desde entonces, sin embargo, se ha desplazado a la derecha, uniéndose a los izquierdistas de la “muerte del comunismo” (como el tropel de laboristas británicos alrededor de la revista Revolutionary History) en el enaltecimiento de la “política de lo posible”. En un libro reciente, Ervin idolatra a Gunawardena como “la fuerza motriz detrás de la formación y el crecimiento espectacular del Lanka Sama Samaja Party (LSSP), uno de los pocos partidos trotskistas que lograron una base de masas por un periodo de tiempo prolongado” (Tomorrow Is Ours: The Trotskyist Movement in India and Ceylon, 1935-48 [El mañana es nuestro: El movimiento trotskista en la India y Ceilán, 1935-48], Colombo: Social Scientists’ Association, 2006). Aunque admite que “en retrospectiva, hubo muchas cosas en el LSSP que podrían parecer ‘mencheviques’ o ‘reformistas’”, Ervin ofrece excusas para este menchevismo programático y organizativo afirmando que “el contexto es clave. El LSSP fue en verdad el primer partido político formado en el adormilado Ceilán” (Ibíd.).

Ervin estaba más cerca de la verdad en la primera ocasión. En su libro, señala que Gunawardena se “solidarizó con Trotsky” en los primeros años de la década de 1930 después de un periodo en el Partido Comunista británico (Ibíd.). Sin embargo, bajo la dirección de Gunawardena, el LSSP de los primeros años cuidadosamente evitó tomar partido en las cuestiones candentes de la revolución mundial planteadas en la lucha de Trotsky contra la burocracia estalinista. En la medida en que abordaba cuestiones internacionales, la resolución adoptada en la primera conferencia anual del LSSP en diciembre de 1936 se limitó a llamar por la solidaridad con las fuerzas republicanas que combatían contra Franco en la Guerra Civil Española, sin una sola palabra sobre la cuestión decisiva del frente popular.

En vez de luchar por la claridad programática, Gunawardena emprendió la construcción de un gran partido en una pequeña isla mediante la toma de atajos. Así promovía al LSSP: “Nuestro partido no es un Partido Comunista... Es un partido mucho menos combativo y menos exigente” (citado en Origins of Trotskyism in Ceylon). Su modelo era el laxamente organizado Congress Socialist Party (CSP, Partido Socialista del Congreso) de J.P. Narayan, que era una parte orgánica del Congreso burgués de Gandhi en la India. Gunawardena se había hecho amigo de Narayan cuando estudiaba en EE.UU., y el recién formado LSSP estableció relaciones fraternales con el CSP. A pesar de su adhesión nominal al trotskismo a finales de 1939, en realidad el LSSP no empezó a resolver sus contradicciones internas sino hasta que se embarcó en la experiencia profundamente internacionalizadora de luchar por construir una organización trotskista en la India. Y, a cada paso decisivo, Gunawardena actuó como un obstáculo en el forjamiento de ese partido.

El periodo heroico: El BLPI

El LSSP se opuso desde el principio a la Segunda Guerra Mundial como una guerra imperialista, y el trabajo entre los obreros de las plantaciones de té fue prueba concreta de que procuraría impulsar la lucha de clases y la independencia nacional sin importar las consecuencias para el esfuerzo bélico británico. Gran Bretaña consideraba a Ceilán, debido a su producción de té y caucho y al estratégico puerto de Trincomalee, un enclave estratégico. Los trotskistas llamaron a transformar la guerra imperialista en una guerra civil y realizaron propaganda revolucionaria antibélica dirigida a grandes guarniciones británicas en Ceilán y la India. Ante la oposición abierta del LSSP a la guerra y el papel que llevó a cabo en las huelgas de las plantaciones de la región de Uva, las autoridades británicas tomaron medidas para reprimir a los socialistas, clausurando la prensa del LSSP. Aunque el partido le ordenó a Leslie Goonewardene que evitara ser capturado, los otros dirigentes principales —Philip Gunawardena, Perera y Colvin R. de Silva— pasivamente procuraron su propio arresto, tal vez debido a una fatua expectativa de gloriosas batallas legales. El 18 de junio de 1940, unos pocos días después de que el ejército alemán entrara a París, fueron conducidos a prisión. Al día siguiente, Samarakkody, que acababa de regresar a Colombo para organizar protestas en su defensa, corrió la misma suerte. El que haya sido arrestado junto con los dirigentes más notorios del partido muy probablemente reflejaba el papel prominente que desempeñó en las huelgas de las plantaciones.

Habiendo quedado los principales dirigentes del LSSP sin acceso a sus curules en el Consejo de Estado ni a sus carreras de abogados, el partido recibió un impulso hacia un rumbo general más sano. Aunque de manera un tanto arbitraria, se habían saldado las cuentas con los estalinistas, quienes habían dejado claro después de 1941 que sacrificarían la lucha por la libertad colonial en aras de la alianza de Stalin con el imperialismo “democrático”. En la clandestinidad, el LSSP empezó a adquirir una definición programática más tajante, gracias a una nueva capa de dirigentes que asumieron la responsabilidad. Hasta entonces, el partido había dependido demasiado de sus principales dirigentes y carecía de la organización necesaria para funcionar de forma revolucionaria, más aún en condiciones de ilegalidad.

En el contexto de la represión en la isla y el crecimiento masivo de la agitación nacionalista a lo largo del Estrecho de Palk en la India, el LSSP se vio fuertemente obligado a llegar a la conclusión de que la revolución en Ceilán estaba integralmente ligada a la de la India. En su conferencia de 1941, el LSSP proclamó su transformación en una organización bolchevique de cuadros y, al mismo tiempo, se impulsó la perspectiva de luchar activamente por construir un partido trotskista en la India. El LSSP ya había dado pasos concretos en esa dirección. A finales de 1940, en consulta con una pequeña organización trotskista en Calcuta, el LSSP envió a Bernard Soysa a trabajar en la India. Otros lo siguieron, incluidos de Silva, Perera y Gunawardena, quienes se escaparon a Madrás en barcas pesqueras tras la legendaria fuga de prisión del 7 de abril de 1942; más tarde serían recapturados y regresados a Ceilán. Samarakkody se quedó en la isla, trabajando clandestinamente. En 1944, volvió a ser arrestado y recibió sentencia, junto con Perera y Gunawardena, de seis meses de prisión rigurosa.

Junto con sus camaradas indios, los cuadros del LSSP en el exilio trabajaron para unificar a varios círculos trotskistas aislados en una organización de toda la India. El Bolshevik-Leninist Party of India (BLPI, Partido Bolchevique-Leninista de la India) fue constituido formalmente en mayo de 1942, con grupos activos en Bombay, Calcuta, Madrás y las Provincias Unidas (ahora Uttar Pradesh) y el LSSP como su unidad ceilanesa. El Borrador de Programa del BLPI (que no fue ratificado formalmente sino hasta 1944) argumentaba por el derrotismo revolucionario contra todos los combatientes imperialistas en la Segunda Guerra Mundial mientras llamaba por la defensa militar incondicional del estado obrero degenerado soviético. (El borrador de programa aparece como apéndice en el libro de Ervin; algunas secciones del programa fueron publicadas originalmente en Fourth International, publicación del SWP, en marzo, abril y octubre de 1942.) El borrador daba una expresión concreta a la perspectiva trotskista de la revolución permanente, describiendo al Congreso como “el partido clásico de la clase capitalista india” y comparándolo con “el Kuomintang, que dirigió la Revolución China de 1925-27 a la traición y la derrota”. Señalando que el CSP y otras formaciones pequeñoburguesas (el Radical Democratic Party [Partido Demócrata Radical] de M.N. Roy y el Forward Bloc [Bloque Adelante] del nacionalista radical Subhas Chandra Bose) dentro del Congreso o bajo su influencia “se han prestado repetidamente para ser usadas por la burguesía como una coloración defensiva frente a las masas”, el BLPI enfatizaba:

“La dirección del campesinado en la inminente revolución democrática agraria pequeñoburguesa sólo puede venir, por ende, del proletariado industrial... La alianza revolucionaria entre el proletariado y el campesinado sólo puede significar la dirección proletaria de la lucha campesina y, en caso de victoria revolucionaria, el establecimiento de la dictadura proletaria con apoyo del campesinado”.

— Draft Programme of the Bolshevik-Leninist Party of India (Proyecto de Programa del Bolshevik-Leninist Party of India, Colombo: folleto del LSSP(R), 1970)

A escasos meses de su formación, el BLPI tuvo la oportunidad de intervenir con este programa en la lucha de masas. El 9 de agosto de 1942, a la mañana siguiente de que lanzara, frente a una enorme multitud en Bombay, el llamado a emprender una campaña masiva no violenta para obligar a los británicos a “abandonar la India”, Gandhi fue cercado y encarcelado junto con el resto de los líderes principales del Congreso. Los arrestos provocaron un levantamiento inmediato que se extendió rápidamente. El Partido Comunista (PCI) y los partidarios de Roy, que apoyaban al imperialismo británico en su “guerra contra el fascismo”, simple y llanamente se opusieron al movimiento “Abandonen la India”, mientras que Bose se alineó con Alemania y Japón. Los trotskistas lanzaron sus magras fuerzas al combate por llevar al proletariado a la cabeza de la lucha por la independencia y la revolución socialista (ver “The ‘Quit India’ Movement 50 Years On: Stalinist Alliance with Churchill Betrayed Indian Revolution” [El movimiento ‘Abandonen la India’ 50 años después: La alianza estalinista con Churchill traicionó la revolución india], Workers Hammer No. 131, septiembre-octubre de 1992, y 132, noviembre-diciembre de 1992; reimpreso en Workers Vanguard No. 970, 3 de diciembre de 2010).

A partir del 9 de agosto, el BLPI publicó una serie de volantes dirigidos a movilizar a los obreros sobre bases clasistas y advertir contra cualquier confianza en los falsos dirigentes burgueses y pequeñoburgueses. Con Gandhi y Cía. en prisión, los miembros del Congress Socialist Party se disolvieron a sí mismos como corriente para convertirse en la dirección del Congreso. El CSP volteó hacia los campesinos y la pequeña burguesía urbana para que se lanzaran a enfrentamientos guerrilleros con las fuerzas británicas, instando a los obreros a que simplemente abandonaran las fábricas y regresaran a sus aldeas de origen. Como lo puso un documento de 1944 del BLPI, el papel del CSP en la lucha de agosto “demostró completamente, en la acción, que este partido es incapaz de salir del marco de la perspectiva burguesa de ‘política de presión’ y que, aunque lleva la etiqueta de ‘socialista’, no es más que Congreso en los hechos” (“The Present Political Situation in India” [La situación política actual en la India], 4 de agosto de 1944, reimpreso en Fourth International, octubre de 1944).

Los difíciles años de la guerra en la India fueron los días heroicos de los trotskistas ceilaneses. Muchos militantes del BLPI fueron arrestados, incluyendo en julio de 1943 como resultado de los soplos estalinistas. Sin embargo, el pequeño BLPI proporcionó un polo obrero revolucionario en las luchas contra el imperialismo británico. Aunque se vieron forzados a la clandestinidad, los trotskistas lograron publicar un periódico teórico de alto nivel, Permanent Revolution [Revolución Permanente], cuyo primer número en enero de 1943 reimprimió “Una carta abierta a los trabajadores de la India” que escribió Trotsky en julio de 1939 (también publicada como “La India ante la guerra imperialista”). El BLPI estableció una base entre algunos sectores del proletariado, obteniendo influencia significativa en algunos sindicatos combativos en Madrás y otros lugares.

La escisión de 1942 y la lucha contra el liquidacionismo

La formación del BLPI ocasionó que los trotskistas ceilaneses se escindieran entre una supuesta “Workers Opposition” [Oposición Obrera] de Gunawardena y Perera y la fracción bolchevique-leninista de dirigentes de menor experiencia, como Doric de Souza y Samarakkody. La escisión se formalizó en 1945 con la expulsión de Gunawardena y Perera. Aunque la disputa fue expresada en términos de “tácticas”, era claramente análoga a la escisión de 1903 entre bolcheviques y mencheviques. Samarakkody observaría más tarde: “Un intento por parte del ala marxista de reorganizar programática y organizativamente al partido sobre líneas bolcheviques fue lo que condujo a la oposición del ala reformista de Philip Gunawardena y N.M. Perera y a la escisión de 1942” (“The Struggle for Trotskyism in Ceylon”).

Gunawardena y Perera se rebelaron contra la perspectiva de una organización dura, disciplinada e internacionalista. Como lo puso Ervin en su artículo anterior sobre el BLPI: “El ala oportunista del viejo LSSP se rebeló, conduciendo a una escisión de facto... En el fondo, era una lucha sobre qué tipo de partido dirigiría la lucha india por la liberación, ¿revolucionario proletario o pequeñoburgués radical?” (Revolutionary History, invierno de 1988-89). La Workers Opposition despotricó contra los que llamaba intelectuales sectarios y pequeñoburgueses que querían “transformar al partido de una entidad viva y en crecimiento, con profundas raíces en las masas, en una estrecha secta conspirativa” (citado en “Trotskyism in India, 1942-48”). En los hechos, Gunawardena quería regresar el LSSP a los días en que se parecía al CSP, con un programa vagamente socialista y antiimperialista y una membresía “masiva” sin educación política —con él al mando— . Es notable que al menos en dos ocasiones Gunawardena recurrió a la violencia física y a acusaciones difamatorias sin fundamento de que sus oponentes al interior del partido eran policías, dirigidas particularmente contra Doric de Souza, un organizador clandestino clave de los bolcheviques-leninistas.

En la India, Gunawardena y otros querían que los trotskistas entraran al Congress Socialist Party pequeñoburgués radical. A condición de que la vanguardia proletaria mantenga estrictamente su independencia programática respecto de los nacionalistas burgueses, no puede descartarse por principio el trabajo de un pequeño núcleo de revolucionarios leninistas dentro de una formación nacionalista burguesa de masas en un país colonial o semicolonial en ciertas circunstancias. Trotsky se opuso con firmeza a la entrada liquidacionista del Partido Comunista Chino (PCCh) al Guomindang (GMD) a partir de 1923, la cual subordinó la vanguardia proletaria a los nacionalistas burgueses. Sin embargo, Trotsky no rechazó por principio la entrada parcial del PCCh al GMD al inicio en 1922, como dejó claro en una carta del 1º de noviembre de 1937 a Harold Isaacs, criticando un pasaje en el borrador de Isaacs de La tragedia de la Revolución China (1938):

“Invoca Ud. el hecho de que incluso si los dirigentes chinos [del Partido Comunista] se oponían a la entrada, no lo hacían por cuestión de principios, sino debido a su ‘creencia de que el Kuomintang estaba muerto’. Esta afirmación aparece al menos dos veces. Me parece incorrecto en este caso oponer los principios a los hechos. En el pasado, cuando los partidos burgueses eran capaces de guiar a las masas trabajadoras, el deber de un revolucionario era unirse a ellos. Marx y Engels, por ejemplo, se unieron al partido Democrático en 1848 (si estaban o no en lo correcto es un tema que hay que analizar concretamente). ‘El Kuomintang no es capaz de guiar a las masas revolucionarias. Es desde el punto de vista revolucionario un partido muerto. Por eso estamos contra la entrada’: un argumento como ése podría tener un valor totalmente principista.

“Puedo ir más allá: la entrada de 1922 no fue un crimen por sí misma, posiblemente ni siquiera un error, especialmente en el sur, suponiendo que el Kuomintang en ese momento tenía obreros y el joven partido comunista era débil y estaba compuesto casi por completo de intelectuales. (¿Es cierto esto para 1922?) En ese caso, la entrada habría sido un paso episódico hacia la independencia, análogo hasta cierto punto a cuando ustedes entraron al Partido Socialista [en EE.UU.]. La pregunta es, ¿cuál era el propósito de la entrada y cuál fue la política sucesiva?”

— Trotsky Papers Cataloging Records (MS Russ 13.11), Houghton Library, Harvard University (No. 8558)

El BLPI tomó una posición clara por la independencia de clase del proletariado respecto a todas las alas de la burguesía del Congreso, rechazando los llamados del CSP a la afiliación masiva de los sindicatos y las kisan sabhas (ligas campesinas) al Congreso. El programa de 1942 del BLPI afirmaba: “Considerar al Congreso como un ‘Frente Único Nacional’ o tener ilusión alguna ya sea de quitarle a la burguesía el control del Congreso o de desenmascarar exitosamente a su dirección burguesa mientras se mantiene lealtad al Congreso, sería fatal para la independencia del movimiento proletario” (Draft Programme). Al mismo tiempo, el programa afirmaba:

“Esto desde luego no absuelve a los bolcheviques-leninistas de la tarea de realizar trabajo fraccional (en todos los casos bajo la estricta disciplina del partido, desde luego) al interior del Congreso, siempre y cuando haya en su redil elementos revolucionarios y semirrevolucionarios que puedan ser ganados de estas organizaciones”.

Este propósito, sin embargo, estaba en conflicto con lo que tenía en mente Gunawardena, que ciertamente no era una entrada de corto plazo orientada a ganar al trotskismo a los revolucionarios potenciales que hubiera en el CSP. Como se indicó arriba, siempre había estado fascinado con el CSP como organización socialista “amplia” al abrigo del Congreso. Para Gunawardena, los esfuerzos para forjar una organización trotskista firme en la India en 1942 eran obra de “románticos revolucionarios”, como lo diría más tarde cuando volvió a abordarse la cuestión de la liquidación en el CSP (“Bolshevik-Leninists Should Enter Immediately the Socialist Party of India [CSP]” [Los bolcheviques-leninistas deben entrar inmediatamente al Partido Socialista de la India], Internal Bulletin [LSSP] Vol. 1, No. 2, marzo de 1947, citado en Tomorrow Is Ours).

En 1943, Gunawardena y Perera argumentaron que el BLPI debía unir fuerzas con el CSP como parte de “una estratagema para negociar un reagrupamiento amplio de socialistas del Congreso y otros partidos nacionalistas que habían desempeñado un papel prominente en la lucha ‘Abandonen la India’”, como señala Ervin en uno de sus artículos anteriores (“Trotskyism in India, 1942-48”). Ervin continúa: “Su propuesta oportunista estaba planteada en términos de ‘tácticas’, un ardid que estos hábiles revisionistas repetirían a lo largo de las siguientes varias décadas”.

Aquí, una vez más, el Ervin tardío contradice sus escritos anteriores para salir en defensa de Gunawardena y Perera, trazando una analogía falsa entre su propuesta oportunista y la entrada de los trotskistas estadounidenses al Socialist Party en 1936-37. El objetivo de esa entrada era intersecar a un estrato de obreros y jóvenes que estaban moviéndose a la izquierda para ganarlos a la lucha por un partido revolucionario, no sumergir a los trotskistas en un conglomerado nacionalista de izquierda sin principios al interior de un partido capitalista. En su libro, Ervin describe con desprecio a los bolcheviques-leninistas como “puristas” por oponerse a las maniobras oportunistas de Gunawardena con un burócrata sindical proimperialista en Ceilán en 1945. Más tarde afirma:

“El BLPI dirigió propaganda mordaz hacia los socialistas del Congreso, señalando su contradicción. Los socialistas querían luchar, pero se negaban a romper con el Congreso ‘burgués’. Pero estas flechas, disparadas desde lejos, tenían poco efecto. Si los trotskistas hubieran estado trabajando al interior del Congress Socialist Party, como había propuesto Philip Gunawardena desde el principio, tal vez habrían podido influir a una parte de la izquierda del Congreso”.

Tomorrow Is Ours

Disolver al pequeño BLPI, que en gran medida no había cuajado aún, en el Congreso/CSP habría significado abortar al trotskismo indio. Esto quedó dolorosamente claro en 1948 cuando, a pesar de la amplia oposición inicial entre las bases, el BLPI sí hizo entrismo a gran escala en el Socialist Party de J.P. Narayan, formado después de que el CSP abandonara finalmente el Congreso, que para entonces ya era el partido dominante en una India independiente. Los líderes socialistas le negaron a los trotskistas el derecho de formar una oposición interna organizada y, en el curso de los años siguientes, estos últimos se asimilaron completamente a la socialdemocracia india.

De hecho, desde mucho tiempo atrás el CSP había dejado claro que no toleraría una oposición organizada al Congreso en sus filas. Cuando el PCI estalinista, que había entrado al CSP en 1936, empezó a ganar números significativos e incluso locales enteros, fue objeto de una cacería de brujas anticomunista y finalmente fue purgado por completo en 1940. Bertram Wolfe, alguna vez bujarinista estadounidense, cuenta cómo un dirigente del CSP que conocía, Yusuf Meherally, explicaba que había ordenado la purga del PCI porque éste “se había constituido como una conspiración hostil al interior de nuestro movimiento. Mantenía una fracción propia, difamaba a nuestro movimiento y sus dirigentes” (citado en Wolfe, Strange Communists I Have Known [Comunistas extraños que he conocido], Londres: George Allen and Unwin Ltd., 1966). Meherally recordaba haberles dicho a los dirigentes del PCI: “Han demostrado que no son dignos de ser miembros del Congress Party y han demostrado no ser dignos de los principios morales de Ghandhiji” (citado en Ibíd.). Es deliberadamente ilusorio creer que la dirección del CSP habría permitido que una pequeña fracción trotskista se embarcara en una lucha principista basada en la oposición revolucionaria al Congreso, la dirección del CSP y la burguesía india.

El oportunismo y la reunificación de la posguerra

Tras el fin de la guerra imperialista, la mayoría de los trotskistas ceilaneses regresaron a la isla. La conexión india fue abandonada progresivamente. Debido a la debilidad causada por la partida de los cuadros ceilaneses y bajo la presión de la emergente dirección pablista en el Secretariado Internacional de la IV Internacional, que impulsaba una política de entrismo liquidacionista, una fracción favorable al entrismo centrada en Bombay al final triunfó y el BLPI colapsó en el Socialist Party de Narayan. La Short History del LSSP argumenta que la conexión organizativa entre los trotskistas ceilaneses e indios “dejó de tener significado alguno” después de la transferencia del poder en la India en 1947 y en Ceilán en 1948. Esto equivale a un flagrante rechazo de la necesaria interrelación de la revolución socialista en la India y Ceilán.

La base política de la escisión entre los bolcheviques-leninistas y el ala reformista de Gunawardena/Perera no fue clarificada y planteada de manera aguda. Ya desde finales de 1946 hubo un intento abortado de reunificación y en 1950 tuvo lugar la fusión no principista entre los bolcheviques-leninistas, para entonces llamados Bolshevik Samasamaja Party (BSP) y el LSSP, bajo la bendición de Pablo y Cía. Al inicio de nuestro contacto con Samarakkody planteamos la cuestión: “Lo que parecería requerir explicación acerca de la reunificación ceilanesa de 1950 es la incapacidad interna de los trotskistas de izquierda de resistirse a ésta para continuar con su curso anterior, abiertamente principista” (Carta a Samarakkody, 27 de octubre de 1973, reimpresa en el International Discussion Bulletin de la TEI No. 3, mayo de 1974). Observamos, además, que a partir de entonces, el LSSP, “operando dentro de las limitaciones de una perspectiva meramente nacional y enfocado en la arena parlamentaria”, se había deslizado desde el reformismo tácito hacia la colaboración de clases cada vez más abierta, que culminó con el gobierno de frente popular en 1964.

Ciertamente el propio BSP estaba afectado de parlamentarismo, y la oportunidad para estos izquierdistas de volverse miembros del parlamento debe haber desempeñado un papel en su incorporación de vuelta al LSSP. Samarakkody mismo fue electo al parlamento en 1952. Al interior del LSSP se estableció un patrón en el que los izquierdistas podían decir lo que quisieran mientras que el ala derecha, centrada en los dirigentes parlamentarios, determinaba la política en cada coyuntura crucial. Los izquierdistas del LSSP, que aparecían ante las masas como revolucionarios, eran verdaderamente valiosos para los reformistas en esta división del trabajo. Al final, sin embargo, los izquierdistas sólo podían actuar como un grupo de presión sobre el núcleo derechista de dirección.

El movimiento de la posguerra a favor de la independencia ocurrió en el contexto de una oleada de luchas obreras entre 1945 y 1947. Frente al fantasma de la lucha de los obreros urbanos y de las plantaciones, los capitalistas empezaron a despotricar histéricamente contra “la amenaza india” y el “peligro rojo”. Una serie de huelgas en 1946 obtuvo la promesa de concesiones, pero una huelga general en mayo-junio de 1947 fue reprimida violentamente. Aunque el United National Party (UNP, Partido Nacional Unificado) ganó la mayoría de los escaños en las elecciones de 1947, el LSSP (con diez escaños) y los bolcheviques-leninistas (con cinco) obtuvieron resultados sorprendentemente buenos. Samarakkody fue escogido para presentarse en Mirigama contra el dirigente del UNP, D.S. Senanayake, un “pariente” suyo por vía del matrimonio de su hermano Siripala con una de los miembros de esa notable familia capitalista terrateniente. En lo que se suponía era un distrito en manos de Senanayake, Samarakkody hizo que el futuro primer ministro se estremeciera al obtener casi 11 mil votos, comparados con los más de 26 mil de Senanayake.

En su artículo para Spartacist, Samarakkody señaló el hecho muy revelador de que, en 1946, Perera y Gunawardena, líderes del LSSP, se negaron a apoyar a los bolcheviques-leninistas en su rechazo a la Constitución Soulbury concedida por Gran Bretaña, que otorgaba la independencia formal mientras dejaba intactas algunas instituciones británicas clave, como la base naval de Trincomalee y la monarquía en la forma de un Gobernador General nombrado por los británicos. Ciertamente, en retrospectiva la cuestión de la Constitución Soulbury parece menos significativa que la legislación brutalmente antiobrera y antitamil que el gobierno, con apoyo de políticos burgueses tamiles, aprobó en el periodo inmediatamente posterior a la independencia. A la gran mayoría de los casi un millón de tamiles de origen indio que constituían el grueso del proletariado de las plantaciones se le privó del derecho al voto y la ciudadanía. Así, el sector más numeroso y poderoso de la clase obrera, cuya superexplotación hizo posibles las medidas educativas, médicas y otras medidas de bienestar social que implementaron los capitalistas en esos años, fue dejado sin voto y sin estado. Aunque los parlamentarios del LSSP y el BSP hablaron elocuentemente contra estas medidas en el parlamento, denunciándolas como racistas y antiobreras, casi no hay evidencia de que hayan hecho mucho más.

El documento de la conferencia de unificación entre el BSP y el LSSP de 1950 no contiene una sola palabra sobre los obreros de las plantaciones o la revocación de sus derechos de ciudadanía. A pesar de ello, la fusión con los bolcheviques-leninistas fue demasiado para Gunawardena, que dirigió una escisión significativa en dirección al populismo pequeñoburgúes cingalés. Al año siguiente, S.W.R.D. Bandaranaike se escindió del UNP para formar el Sri Lanka Freedom Party, un partido burgués con mayor énfasis en el chovinismo cingalés y la retórica “antiimperialista”. Ciertamente, desde la perspectiva de los obreros tamiles de las plantaciones, para no hablar de la de los marxistas revolucionarios, era imposible ver a Bandaranaike, no obstante su radicalismo verbal, como un “mal menor”. Y, sin embargo, el LSSP se acercó a Bandaranaike para proponerle un acuerdo para evitar la competencia entre ambas organizaciones durante las elecciones de mayo de 1952. No se registró protesta alguna contra esto por parte del Secretariado Internacional de Pablo, aunque desde el punto de vista de la revolución proletaria esto ya era un crimen.

Una vez más, en 1953-54, los trotskistas ceilaneses no recibieron la ayuda adecuada de parte del movimiento internacional. La dirección del LSSP rechazó originalmente la línea de Pablo en 1952 que desarrollaba la perspectiva de entrismo a largo plazo en los partidos estalinistas y socialdemócratas dominantes en Europa Occidental. En una carta del 23 de febrero de 1954 a Leslie Goonewardene, James P. Cannon, fundador del trotskismo estadounidense, escribió: “El LSSP — más que ningún otro partido, me arriesgo a decir— necesita una dirección internacional que sea fuente de fuerza y apoyo a su ortodoxia trotskista” (reimpresa en Education for Socialists [Educación para socialistas] del SWP, “Towards a History of the Fourth International, Part 3: International Committee Documents 1951-1954” [Hacia una historia de la IV Internacional, Parte 3: Documentos del Comité Internacional], Vol. 4). Sin embargo, aunque Cannon y la mayoría del SWP habían declarado tardíamente la guerra contra el revisionismo de Pablo en 1953, no llevaron a cabo una lucha contundente en toda la Internacional. En lugar de ello, el Comité Internacional dirigido por Cannon boicoteó el IV Congreso Mundial organizado por los pablistas. Como resultado, el vacilante LSSP no fue polarizado y en cambio se le permitió ir a la deriva con Pablo. Más tarde señalamos: “Si se hubiera llevado a cabo una dura lucha antirrevisionista con sólidos principios en la sección de Ceilán de 1953, se hubiera podido crear entonces una sólida organización revolucionaria, que podría haber reclamado para sí independientemente la continuidad del trotskismo impidiendo la asociación del nombre de trotskismo con la traición fundamental del LSSP” (“Génesis del Pablismo”, Cuadernos Marxistas No. 1, 1975).

Las perspectivas liquidacionistas de Pablo encontraron eco en el LSSP y alentaron a un grupo que habría de escindirse, llevándose consigo una minoría significativa de la membresía y que acabaría en el Partido Comunista, el grupo cada vez más comunalista de Gunawardena y el propio SLFP. Esta tendencia quería un “Gobierno Democrático, que habría significado, en su nivel más bajo, un gobierno dirigido por Bandaranaike y, en su nivel más alto, un gobierno con mayoría Sama Samaja” (citado en “The Struggle for Trotskyism in Ceylon”). Samarakkody continúa: “De hecho, todas las cuestiones básicas del trotskismo, el programa, la aplicación de la teoría de la revolución permanente, el carácter de la revolución ceilanesa, el papel de la burguesía ‘nacional’, las cuestiones de estrategia y táctica, la concepción leninista del partido, eran lo que estaba en juego en la lucha fraccional que estalló”.

Y justo cuando la lucha fraccional estaba estallando, los sucesos en Ceilán ofrecieron evidencia clara de que la dirección del LSSP era incapaz de dirigir un levantamiento revolucionario hacia la lucha proletaria por el poder. Con el fin del boom económico que había sido precipitado por el estallido de la Guerra de Corea (la cual ocasionó un marcado incremento en los precios del caucho y otras materias primas en el mercado mundial), el UNP lanzó nuevos ataques contra las masas obreras, alzando los precios y recortando el subsidio de las raciones de arroz. El LSSP llamó por un paro laboral de un día, la hartal (huelga general) del 12 de agosto de 1953. La huelga fue recibida con manifestaciones de apoyo popular provenientes de todos los grupos étnicos, incluyendo a los obreros de las plantaciones donde los sindicatos del LSSP seguían activos. Colombo quedó paralizada y los transportes por carretera y ferroviario se detuvieron en el sur y el occidente; en el pueblo de Moratuwa, cerca de Colombo, las obreras detuvieron los trenes agitando banderas rojas. El gabinete se vio forzado a reunirse en un barco de guerra británico, el HMS Newfoundland.

Sin embargo el LSSP carecía completamente de preparación para cualquier cosa que fuera más allá de un día de presión extraparlamentaria. Dándose cuenta, el gobierno reunió sus fuerzas y contraatacó, aplastando los focos de resistencia fragmentados y mal organizados. Nueve personas murieron y, aunque el primer ministro al final se vio obligado a renunciar, el dominio capitalista fue estabilizado de nuevo.

Esta incapacidad demostrada del LSSP ayudó a sentar las bases del triunfo del chovinismo populista “antiimperialista” del SLFP en las elecciones de 1956 y allanó el camino para los pogromos antitamiles de 1958. Más adelante, Samarakkody enumeró algunas lecciones poderosas de la hartal que confirman el programa de la revolución permanente:

“1. ...La Hartal mostró que, con una dirección revolucionaria, las masas pueden sacudirse rápidamente sus ilusiones parlamentarias y embarcarse en la lucha de masas que conduce a la revolución misma.

“2. Las masas no dividieron la revolución ceilanesa en dos etapas, (a) una etapa antiimperialista y antifeudal y (b) una etapa anticapitalista...

“4. La alianza del proletariado y el campesinado, que es esencial para la revolución ceilanesa, fue llevada a cabo en la acción. La lucha demostró que no era necesario que el proletariado formara una alianza política con un partido burgués o pequeñoburgués para ganar al campesinado”.

— “The Struggle for Trotskyism in Ceylon”

El SLFP y la política de “sólo cingalés”

Pero la dirección del LSSP estaba en una trayectoria distinta. En la década de 1950, los tamiles pasaron decisivamente a ser el foco del chovinismo cingalés. (Los malayalis habían regresado casi todos a la India en los años 40 y la migración de muchos burghers hizo cada vez menos plausible retratarlos como una amenaza.) En 1955 el SLFP adoptó la política de que el cingalés fuera el único idioma oficial (como había hecho Gunawardena el año anterior). Aunque esta política era presentada en ocasiones como una medida igualitaria dirigida contra la élite angloparlante, el verdadero blanco de la política de “sólo cingalés” eran los tamiles. Ese mismo año el LSSP concretó un acuerdo con el SLFP para evitar la competencia electoral entre ambos. Aunque mantenía formalmente que el SLFP era un partido burgués, el LSSP ponía el énfasis en los aspectos supuestamente “progresistas” del SLFP y en la necesidad de derrotar al UNP. Cuando el People’s United Front (MEP, Frente Unido Popular), dirigido por el SLFP y en el que participaba el grupo de Gunawardena, obtuvo una clara mayoría, el LSSP, convertido en la principal fuerza de oposición, ofreció una política de “cooperación reactiva” [una especie de “oposición constructiva”] con el nuevo gobierno.

Varios factores influyeron para evitar que esta capitulación frentepopulista llegara a sus últimas consecuencias. En contradicción con su postración ante Bandaranaike, el LSSP mantuvo una política de paridad de estatus entre los idiomas cingalés y tamil; en 1955-56 sus reuniones públicas fueron atacadas por golpeadores comunalistas. Una de las primeras acciones del SLFP fue adoptar una ley que instauraba el uso exclusivo del cingalés. El LSSP se opuso a esta ley, pero más desde el punto de vista de una vaga unidad antiimperialista —un “lazo común de la conciencia ceilanesa”, como lo puso Leslie Goonewardene en 1960 (A Short History of the Lanka Sama Samaja Party)— que desde el punto de vista de un tribuno del pueblo con bases clasistas. Ansioso por el declive de su influencia entre el electorado pequeñoburgués cingalés, el LSSP difícilmente estaba orientado para tomar ventaja de las aperturas planteadas por las políticas virulentamente antitamiles del gobierno. Aunque el Lanka Estate Workers Union del LSSP creció considerablemente, cuando el PC adoptó la política de “sólo cingalés” en 1960 sus desilusionados partidarios tamiles no voltearon hacia el LSSP, sino hacia la política comunal y nacionalista tamil.

También la clase obrera organizada se desilusionó rápidamente con el nuevo gobierno “socialista” y estalló una oleada huelguística. El LSSP abandonó su cooperación con el gobierno, y Bandaranaike azuzó la histeria comunalista, culminando con los disturbios antitamiles de mayo de 1958 y un estado de emergencia de diez meses bajo la Ley de Seguridad Pública. Con el parlamento suspendido, el LSSP en su conjunto no hizo gran cosa. De manera indicativa, su principal protesta contra la Ley de Seguridad Pública se limitó a un gesto parlamentario en febrero de 1959, cuando nueve parlamentarios del LSSP (incluido Samarakkody) fueron expulsados físicamente del recinto por la policía.

En 1957, Samarakkody y varios otros miembros del Comité Central se unieron en oposición a la política de “cooperación reactiva”, argumentando:

“Cualquiera que haya sido la intención del partido, a ojos de las masas, la clave para entender la posición fundamental del partido en relación con el gobierno fue la oferta de cooperación (reactiva) por parte del partido. Esta oferta de cooperación hecha al gobierno capitalista estuvo mal. El partido podría y debería haber ofrecido apoyo a las medidas progresistas del gobierno mientras declaraba categóricamente que el del MEP era un gobierno capitalista”.

— citado en “The Struggle for Trotskyism in Ceylon”

El grupo opositor también argumentó:

“El objetivo del partido en relación al gobierno del MEP es el derrocamiento revolucionario de éste, es decir, a través del método del levantamiento de masas. Las masas no están listas aún (hoy) para el derrocamiento del gobierno. Pero, ante la incapacidad del gobierno de resolver los problemas apremiantes del pueblo, ante la creciente disensión en el MEP y la desmoralización de sus propias filas, ante la creciente combatividad de la clase obrera, la situación puede cambiar muy rápidamente, y en cualquier momento a partir de ahora las masas bien podrían levantar la consigna ‘Abajo el gobierno del MEP’. Para tender un puente entre su conciencia actual y la etapa en la que estarán listas para el llamado a derrocar al Gobierno, el partido adoptará como su consigna de agitación central: ‘No queremos el gobierno capitalista del MEP, queremos un gobierno obrero y campesino’”.

— citado en Ibíd.

Samarakkody evaluó a la oposición de 1957 de este modo: “Sin lugar a dudas este grupo fue incapaz de comprender las raíces del reformismo en el partido. Centró su atención sólo en algunos aspectos de la política del partido. Sin embargo, la orientación de este grupo prometía posibilidades para el crecimiento de una verdadera tendencia revolucionaria” (Ibíd.).

Después del asesinato de Bandaranaike en septiembre de 1959 a manos de un monje budista ultrachovinista descontento que previamente había apoyado al régimen del SLFP, el LSSP tenía grandes esperanzas de llegar al poder parlamentario. Pero se quedó estancado en diez escaños en las elecciones de marzo de 1960 y el SLFP tampoco pudo conseguir una mayoría. Dos meses más tarde, el ala reformista dirigida por Perera finalmente logró que el LSSP formara una coalición con el SLFP y se firmó un pacto para evitar la competencia. El LSSP dejó de hablar de paridad para el idioma tamil. A pesar de ello, la viuda de Bandaranaike, Sirimavo (conocida popularmente como la Señora B), obtuvo una victoria total en una segunda elección en julio de 1960 y no tuvo necesidad de formar una coalición. El LSSP votó a favor del Discurso del Trono, el discurso político principal del partido gobernante al parlamento, y delineó una política de apoyo “en tanto que el Gobierno, de acuerdo con sus declaraciones socialistas, favorezca las necesidades del movimiento de masas por el socialismo” (A Short History of the Lanka Sama Samaja Party). El LSSP censuró a los parlamentarios de izquierda, incluido Samarakkody, que votaron contra el Discurso del Trono.

En respuesta a este apoyo abierto a un gobierno burgués, el Secretariado Internacional pablista no dirigió más que una tibia reprimenda contra el LSSP por el acuerdo para evitar la competencia y por el voto a favor del Discurso del Trono. El SWP estadounidense, afiliado aún al Comité Internacional en ese entonces, declaró en una carta al LSSP que la “política de trabajar por la creación de un gobierno del SLFP nos parece completamente en desacuerdo con el curso de la acción política independiente de la clase obrera” y que esto era “una forma de frentepopulismo” (Carta de Tom Kerry al LSSP, 17 de mayo de 1960). Cuando el SWP se negó a denunciar públicamente esta traición, James Robertson, que cofundaría más adelante la Tendencia Revolucionaria, objetó enérgicamente al silencio público del partido en una carta del 8 de agosto al Comité Político del SWP (ver “No al silencio público sobre la traición del LSSP” arriba). Healy, a pesar de toda su palabrería posterior sobre su oposición a la traición del LSSP, instó al SWP a “actuar con cautela —como tan correctamente han insistido ustedes en el pasado— ” (Carta a Joe Hansen, 14 de agosto de 1960). Finalmente, meses después del hecho, el Militant del SWP (3 de octubre de 1960) publicó una lánguida declaración, diseñada para salvar las apariencias, regañando al LSSP por su apoyo al SLFP.

El frente popular consumado

Es importante entender el trasfondo de la formación del gobierno de coalición en 1964. En 1961 y 1962 estallaron luchas de masas entre la minoría tamil, dirigidas por el Federal Party burgués, en defensa de su idioma y sus derechos democráticos. El gobierno del SLFP mandó al ejército a aplastar las protestas. Aunque Samarakkody personalmente se unió a los parlamentarios tamiles en la condena a las acciones del ejército, su partido no hizo nada. El abandono de cualquier defensa de los derechos de las minorías se reflejó en el colapso del apoyo sindical que el LSSP tenía entre los obreros de las plantaciones y en otros lugares.

También estallaron nuevas oleadas de huelgas obreras. El puente entre la lucha obrera extraparlamentaria y los canales seguros del parlamentarismo era el United Left Front (ULF, Frente de la Izquierda Unida), que incluía al Partido Comunista y al grupo de Gunawardena (que ahora se llamaba MEP), lanzado por el LSSP en 1963 y promovido de manera entusiasta por el Secretariado Internacional pablista. El ULF era claramente un frente popular chovinista cingalés. Independientemente de cualquier duda que hubiera podido haber sobre la naturaleza de clase del grupo de Gunawardena cuando se escindió en 1950, para ese entonces el MEP era un partido pequeñoburgués rabiosamente comunalista; Gunawardena insistió en que ninguna organización tamil fuera invitada a unirse a la marcha del Primero de Mayo convocada conjuntamente por el LSSP, el PC y el MEP en 1963. Samarakkody y una minoría en el Comité Central (CC) del LSSP se opusieron al ULF, señalando correctamente que no era sino el paso preparatorio para formar una coalición con el SLFP. Sin embargo, las reticencias más amplias en el partido respecto de una coalición se fueron desgastando sistemáticamente.

Ante deserciones, intentos de golpe de estado militar, movilizaciones tamiles y ahora luchas obreras masivas, la Sra. B necesitaba aliados desesperadamente. Mientras 40 mil personas marchaban en Colombo el 21 de marzo de 1964, la prensa burguesa informaba ya acerca de las pláticas entre Perera y el SLFP. En una conferencia especial del LSSP el 6-7 de junio, el ala derecha dirigida por Perera obtuvo una amplia mayoría para unirse al gobierno del SLFP. Una resolución minoritaria presentada por catorce miembros del CC declaraba:

“Aceptar puestos en el Gobierno de la Sra. Bandaranaike, ya sea de forma separada o en asociación con los demás partidos en el United Left Front, sería acceder a estrechar la mano del Gobierno del SLFP para conjurar la creciente oleada de descontento obrero y entre las masas contra el Gobierno, y tratar de proporcionar colaboración obrera con su política de mantener el capitalismo en Ceilán dentro del marco constitucional capitalista.

“El ingreso de los dirigentes del LSSP al gobierno del SLFP tendrá como resultado la colaboración de clases abierta, la desorientación de las masas, la división de la clase obrera y el abandono de una perspectiva de lucha, lo que conducirá a su vez a la desorganización del movimiento obrero y la eliminación de un eje revolucionario independiente de la Izquierda. Al final, las fuerzas de la reacción capitalista, lejos de ser debilitadas o frustradas, saldrán en última instancia fortalecidas”.

— reimpreso en Fourth International (healista), verano de 1964

Derrotados, la mayoría de los 159 delegados que se opusieron a la coalición renunciaron para formar el Lanka Sama Samaja Party (Revolutionary), declarando que la decisión del LSSP era “una completa violación de los principios básicos del trotskismo” (Education for Socialists, “Towards a History of the Fourth International, Part 6: Revolutionary Marxism vs. Class Collaboration in Sri Lanka” [Hacia una historia de la IV Internacional, Parte 6: Marxismo revolucionario contra colaboración de clases en Sri Lanka]).

El LSSP(R), que remplazó al LSSP como la sección ceilanesa del S.U., mantuvo dos parlamentarios, Samarakkody y Meryl Fernando. Debilitada por más deserciones, la coalición no tenía mayoría parlamentaria. El 3 de diciembre de 1964 fue derrotada por un voto en una enmienda al Discurso del Trono propuesta por un derechista independiente (y alguna vez miembro del LSSP), W. Dahanayake, que afirmaba que “el pueblo no tiene confianza en el gobierno, ya que éste no ha resuelto los problemas del pueblo, como son el desempleo, la carestía de la vida y de la vivienda” (citado en T. Perera, Revolutionary Trails—Edmund Samarakkody: A Political Profile [Caminos revolucionarios— Edmund Samarakkody: Un perfil político, Colombo: Social Scientists’ Association, 2006]). Samarakkody y Fernando votaron a favor de la enmienda. En una declaración emitida por Samarakkody, el LSSP(R) afirmó que no iba “a derramar ni una lágrima por el Gobierno” (reimpresa en M. Banda, Ceylon: The Logic of Coalition Politics [Ceilán: La lógica de la política de coaliciones]).

El LSSP(R) no era un grupo homogéneo. Una tendencia favorable a la coalición, dirigida por V. Karalasingham, pronto estaba de regreso en el LSSP. Más aún, quedó claro rápidamente que el dirigente del Ceylon Mercantile Union (CMU, Sindicato Mercantil de Ceilán), Bala Tampoe, estaba decidido a convertir al LSSP(R) en un adjunto para sus actividades sindicales grotescamente oportunistas. Más adelante, Tampoe se jactaría de lo siguiente: “Aunque era yo miembro del LSSP nunca le permití al LSSP controlar el Sindicato Mercantil. Estoy orgulloso de haber mantenido al Sindicato libre de enredos políticos” (Sunday Times de Colombo, 22 de octubre de 1995). El LSSP(R) también incluía partidarios del grupo británico de Healy, que estuvieron involucrados en maniobras no principistas tanto con Karalasingham como con Tampoe hasta que los healistas salieron para formar su propia organización.

La principal lucha de Samarakkody fue contra Tampoe. Habiendo sucedido a A.E. Goonesinha en la dirección del CMU en 1948, Tampoe estaba, a pesar de diversos adornos “democráticos”, cómodamente instalado como dirigente de por vida del sindicato, lo que dio origen al chiste popular de que era más fácil cambiar la constitución del país que la del CMU. La conducta de Tampoe, oponiéndose a la acción conjunta con otros sindicatos e incluso codeándose con el enemigo de clase y visitando a funcionarios imperialistas durante importantes batallas de clase, llegó a proporciones escandalosas. Asqueado, Samarakkody dirigió una escisión en 1968. Su petición al Secretariado Unificado para que los reconociera como su sección oficial fue rechazada. Subsecuentemente, colaboramos con el RWP de Samarakkody en publicitar las actividades inaceptables de Tampoe (ver “The Case of Bala Tampoe” [El caso de Bala Tampoe] y “USec Covers Up Tampoe Scandal” [El S.U. encubre el escándalo Tampoe], Spartacist [Edición en inglés] Nos. 21 y 22, otoño de 1972 e invierno de 1973-74).

Samarakkody se desplazó hacia la izquierda tanto como le era posible dentro de los confines del Secretariado Unificado. Un tanto atraído por la crítica aparentemente ortodoxa de Joseph Hansen, portavoz del SWP, contra la línea guerrillerista de la mayoría del S.U. en ese entonces, Samarakkody afirmó en un documento para el Congreso Mundial del S.U. de 1969: “Es hora de que la Internacional entera considere si nuestras tácticas de las pasadas tres décadas nos han conducido por una estrategia ajena a nuestro movimiento” (“Strategy and Tactics of Our Movement in the Backward Countries” [Estrategia y táctica de nuestro movimiento en los países atrasados, sin fecha]). Después de quedar fuera del S.U., el examen crítico de Samarakkody fue más lejos:

“Durante los primeros dos años, la tendencia revolucionaria tenía la tarea de trazar un balance adecuado de la experiencia del LSSP y el LSSP(R), así como sacudirse los vestigios del pablismo, el cual sustituía el materialismo dialéctico con el empirismo y el pragmatismo y abandonó la tarea de construir el partido revolucionario buscando participación e ‘integración’ en el llamado movimiento vivo de las masas, lo que condujo a los pablistas al parlamentarismo y el sindicalismo. El Revolutionary Workers Party no puede sino rechazar la política de ambas alas del Secretariado Unificado: tanto la mezcla de oportunismo ultraizquierdista de Mandel, Livio [Maitan] y [Pierre] Frank, como la del grupo oportunista de Hansen-Novack”.

— “The Struggle for Trotskyism in Ceylon”

Discusiones con Samarakkody

Samarakkody nos escribió por primera vez en 1971. Para nosotros éste fue un suceso significativo. Ceilán tenía una importancia considerable en la historia del movimiento trotskista y como la plataforma para la revolución en todo el subcontinente indio. Samarakkody y Fernando eran cuadros mayores y probados con un historial importante. Los cuadros representan el capital acumulado de la experiencia a lo largo de muchos años y el propio Trotsky, por ejemplo, pasó muchos años tratando de ganar a gente como Henk Sneevliet, un veterano del movimiento comunista, en la lucha por la IV Internacional. En otro sentido, para nosotros Samarakkody fue importante de la misma manera que lo fueron Healy, Lambert y el boliviano Guillermo Lora. Sondeamos continuamente en busca de elementos dentro y alrededor del Secretariado Unificado y otras formaciones que se reclamaban trotskistas, en el entendido de que los grupos locales podían no estar firmemente atados ni al centrismo de Pablo ni al reformismo de Hansen. Esta examinación necesaria sugirió que todas las alas, grupos escindidos y fragmentos que reclamaban para sí el manto de la IV Internacional estaban acabados como fuerzas revolucionarias, que era necesario comenzar a construir de nuevo, incluso a través del reagrupamiento de cuadros revolucionarios de estas organizaciones mediante un proceso de escisiones y fusiones.

Además, estábamos conscientes del error que cometieron Cannon y el SWP estadounidense tras la muerte de Trotsky, al rechazar el reto de asumir la dirección internacional, esperando en cambio que alguien más lo hiciera. En consecuencia, decidimos averiguar si había una base principista para unirnos con el RWP en la lucha por reforjar la IV Internacional. Esto necesariamente involucró un intento de determinar la medida en la que los viejos trotskistas ceilaneses, que se habían escindido ante la traición de 1964, habían logrado trascender, en los hechos, al “viejo” y “bueno” LSSP. Estas discusiones también se desarrollaron hacia otros temas, incluyendo nuestra perspectiva de grupo de propaganda, el frente popular y la cuestión nacional.

A través de la dura experiencia habíamos aprendido que no se puede evaluar a un grupo a distancia simplemente a partir de su propaganda escrita. Aunque los healistas, por ejemplo, produjeron varios documentos excelentes a finales de los 50 y principios de los 60, nos enteramos a través de nuestro contacto con ellos que detrás de estas hermosas palabras se escondía una torcida historia de bandidaje y gangsterismo políticos. El voto de Samarakkody en 1964 contra el frente popular constituía una demostración verificable de principios revolucionarios. Pero fue sólo a través de visitas dolorosamente caras a Sri Lanka —tal vez una media docena en el mismo número de años— que nos hicimos una idea clara de las perspectivas y el trabajo del RWP.

Uno de los puntos centrales iniciales de nuestras diferencias sobre la cuestión nacional fue el Medio Oriente. El RWP estaba en desacuerdo con nuestra posición de derrotismo revolucionario en las guerras entre árabes e israelíes de 1948, 1967 y 1973, y sostenía que Israel era meramente un enclave imperialista y que, por ende, era necesario dar apoyo militar a los estados burgueses árabes. El RWP también rechazaba nuestra afirmación de que, en el caso de pueblos geográficamente interpenetrados —como sucede con Israel-Palestina y Chipre— , la realización de la autodeterminación para un pueblo, bajo el capitalismo, sólo podía suceder a expensas de los derechos democráticos del otro. Así, en una carta de 1975, Samarakkody afirmó que “la posibilidad, o probabilidad, de la opresión de la minoría chipriota turca, no impedirá que los marxistas revolucionarios apoyen la justa lucha del pueblo chipriota por la independencia absoluta” (“National Question: RWP-SL/U.S. Differences” [La cuestión nacional: Diferencias entre el RWP y la SL/U.S.], 31 de octubre de 1975, reimpresa en el International Discussion Bulletin [Boletín de discusión internacional] de la TEI No. 7, marzo de 1977). El problema aquí es que no hay un único “pueblo chipriota”, como quedó demostrado cuando fueron compactados dos pequeños estados mutuamente hostiles bajo soberanía turca y griega respectivamente, lo cual incluyó transferencias masivas de población. En el caso de los pueblos interpenetrados, estos intereses nacionales en conflicto sólo pueden ser resueltos de manera equitativa en el marco del poder estatal proletario.

El punto crucial de divergencia entre nosotros y el RWP fue el del frente popular. En las elecciones de 1970, el RWP (en ese entonces Revolutionary Samasamaja Party) había llamado a apoyar ya fuera al LSSP o al PC, los cuales eran parte del frente popular dirigido por el SLFP, en los distritos electorales en los que sus oponentes fueran candidatos de partidos capitalistas:

Como un primer paso en dirección de dar fin a la política de la Coalición y a todas las formas de colaboración de clases, y por el reagrupamiento de la clase obrera bajo su propia bandera de clase independiente en la perspectiva de la lucha anticapitalista, el Revolutionary Samasamaja Party llama a apoyar a los candidatos de los partidos obreros sólo cuando se enfrenten a los candidatos de los partidos capitalistas”. [énfasis en el original]

— “Revolutionary Samasamaja Party and the General Elections” [El Revolutionary Samasamaja Party y las elecciones generales], mayo de 1970

Nuestra posición es que no hay base alguna para darle apoyo electoral crítico a un partido obrero burgués en un frente popular, dado que cualquier contradicción que pudiera ser posible explotar entre la subordinación política de los reformistas al capitalismo y su pretensión (implícita o explícita) de representar los intereses de la clase obrera queda suprimida cuando forman parte de una coalición burguesa. El frente popular viola el principio de independencia de clase proletaria respecto a la burguesía. La historia del movimiento obrero en la isla es sumamente significativa para mostrar por qué está mal darle cualquier tipo de apoyo al frente popular.

En 1974, una delegación del RWP pudo visitar Canadá para llevar a cabo extensas discusiones con la tendencia espartaquista internacional. Allí nos enteramos de que Samarakkody había repudiado recientemente el voto de 1964 que provocó la caída del frente popular. Las discusiones sobre esta cuestión, entonces y después, estuvieron nubladas por cuestiones tácticas. El voto a favor de la enmienda derechista había sido torpe e inepto: los camaradas cayeron en una maniobra del UNP. Sin embargo, fue principista, obligatorio, valiente y honorable. Más temprano que tarde, Samarakkody y Fernando habrían enfrentado otra vez la cuestión de votar para hacer caer al gobierno, y sus dos votos probablemente habrían sido los decisivos. Detrás de toda la palabrería del RWP sobre un “error táctico” se ocultaba la conclusión capituladora de que la preservación de la coalición era más importante que los principios marxistas. La base de nuestro respeto por Samarakkody era su voto de 1964 y él ahora lo deploraba. En palabras de un camarada: “Dijo que lo lamentaba; nosotros pensábamos que él era magnífico (antes de saber que lo lamentaba)”.

El LSSP no cosechó más que desilusión y descontento por su apoyo al coalicionismo, y su base obrera fue entregada al chovinismo cingalés. Poco después de unirse a la coalición, el LSSP respaldó el pacto Shastri-Sirimavo firmado por la Sra. B y el primer ministro indio Lal Bahadur Shastri, que llamaba por la deportación de más de medio millón de tamiles a la India. En enero de 1966, el LSSP, en liga con el PC, organizó una campaña comunalista para protestar contra algunas concesiones limitadas sobre los derechos lingüísticos de los tamiles propuestas por el gobierno de la UNP. La campaña electoral de 1970 de la coalición SLFP-LSSP-PC alcanzó nuevos niveles de chovinismo antitamil. El máximo logro de Colvin R. de Silva, miembro del LSSP, es su responsabilidad como Ministro de Asuntos Constitucionales por la constitución de 1972 que consagró la política de “sólo cingalés” y abrogó garantías formales previas para las minorías de Lanka.

Desde la huelga de las jóvenes obreras de Velona Mills [Fábrica Textil Velona] en Moratuwa dirigida por el LSSP(R) en julio de 1964 hasta las oleadas huelguísticas de los seis años siguientes, el LSSP estuvo de parte de la coalición comunalista burguesa contra las luchas obreras. Como respuesta al coalicionismo emergió el Janatha Vimukthi Peramuna (JVP, Frente de Liberación Popular), en sus inicios un movimiento radical de izquierda con bases rurales, inspirado por el Ché Guevara y por la lucha revolucionaria vietnamita contra el imperialismo estadounidense y sus títeres locales. En respuesta a un corresponsal ceilanés, en 1972 señalamos:

“El punto principal de nuestra preocupación respecto del alzamiento juvenil se relaciona con nuestra crítica histórica central al movimiento trotskista ceilanés: su enraizada debilidad por los impulsos pequeñoburgueses encontró expresión en un nacionalismo ceilanés relativamente privilegiado en vez de en una lucha por ganar al proletariado en Ceilán (y especialmente a los obreros tamiles de las plantaciones), como una plataforma para la revolución proletaria en el subcontinente indio en su conjunto”.

— citado en Carta a Samarakkody, 27 de octubre de 1973, reimpresa en International Discussion Bulletin de la TEI No. 3, mayo de 1974

A finales de la década de 1960, el JVP era la organización a la que se unían los jóvenes subjetivamente revolucionarios opuestos a la estafa del parlamentarismo y las traiciones coalicionistas. Rohana Wijeweera, dirigente del JVP, se presentaba a sí mismo como “un bolchevique moderno”. La base del JVP incluía a muchos jóvenes del campo con educación que sólo hablaban cingalés y por ello enfrentaban perspectivas difíciles en la economía semicolonial. A inicios de 1971, el gobierno de coalición SLFP-LSSP-PC ahogó en sangre un alzamiento dirigido por el JVP, masacrando a miles de jóvenes combativos. En la secuela, el creciente énfasis del JVP en la “liberación” de Sri Lanka de la “amenaza india” (junto con su estrategia pequeñoburguesa centrada en el campesinado) terminaron por transformarlo en una organización comunalista reaccionaria empeñada en destruir a la población tamil. En buena medida, este fue el resultado de la política educativa de “sólo cingalés” impulsada por el SLFP y adoptada entonces por el LSSP.

Algo que nos atrajo a Samarakkody y al RWP fue la posición principista que tomaron respecto al alzamiento de 1971. Mientras que los coalicionistas del LSSP y el PC trataban de cubrir sus huellas en la masacre acusando rabiosamente a los miembros del JVP de ser reaccionarios de la CIA, Samarakkody trabajó como abogado defensor de los miembros encarcelados del JVP a la vez que criticaba públicamente la política del JVP:

“En estas circunstancias, no estaba planteado que el partido apoyara esta lucha. El partido no apoyó esta lucha, ni podría haberla apoyado; tampoco habría podido hacer nada, ni habría podido ayudar, promover o continuar esta lucha armada.

“Pero, dado que ésta era una lucha entre la juventud oprimida por un lado y las fuerzas del capitalismo por otro, el lado de los marxistas revolucionarios estaba con los jóvenes combatientes, lo que significa que debían defender a los jóvenes combatientes contra las acciones del estado capitalista. Concretamente esto quería decir que los marxistas revolucionarios deberían oponerse y luchar contra el gobierno en sus intentos por matar, torturar, encarcelar y acosar a los jóvenes combatientes, sus partidarios y sus familiares”.

— “Revolutionary Samasamaja Party & the Armed Struggle” [El Revolutionary Samasamaja Party y la lucha armada], 1971

El JVP creció como resultado del fracaso de la dirección obrera y, a pesar del papel principista de Samarakkody en 1971, una indicación del énfasis que tenía el RWP hacia el medio parlamentario de la coalición es que nunca pudo atraer militantes de entre estos jóvenes radicalizados. Incluso cuando, más tarde, aparecieron fisuras entre la dirección chovinista cingalesa de Wijeweera y los elementos del JVP más inclinados hacia la izquierda y que estaban dispuestos a reconocer los derechos de los tamiles, el RWP hizo caso omiso de nuestras sugerencias de tener algún tipo de orientación hacia estos jóvenes.

El surgimiento de la Spartacist League/Lanka

Dado el punto muerto al que llegamos en 1974, nos tomó un tanto por sorpresa el recibir, en abril de 1979, una propuesta de fusión por parte del RWP. Una conferencia especial del RWP en febrero de 1979 había votado a favor de esa perspectiva. El ímpetu había venido claramente de los elementos más jóvenes y activos en la Marxist Youth [Juventud Marxista] del RWP, que querían romper el estancamiento. No sabíamos entonces que los dirigentes históricos del RWP, Samarakkody y Fernando, estaban opuestos a la perspectiva de fusión. En nuestra respuesta al RWP escribimos:

“Como con todas las secciones y candidatos a una fusión, necesitaríamos tener indicaciones mutuas de seguridad —expresadas en una forma programáticamente definida— de que los camaradas ceilaneses luchan por la revolución proletaria en Ceilán y el Sur Asiático. Si existen estas dos consideraciones —la determinación de actuar de común acuerdo internacionalmente y el anhelo expresado programáticamente de luchar por la revolución proletaria— entonces existe una base para una fusión válida”.

— citado en “¡Hacia la Liga Trotskista Internacional!”, Spartacist No. 8, agosto de 1980

Los izquierdistas en Lanka, y particularmente quienes se reclaman trotskistas, están acostumbrados a buscar conexiones internacionales para incrementar su autoridad, y Samarakkody ciertamente gustaba de salir de la isla, ya fuera en giras parlamentarias a la URSS o Egipto, o para asistir a las reuniones internacionales de los autoproclamados trotskistas. Sin embargo, nosotros no teníamos ningún interés en una “internacional” ceremonial o federada; queríamos en cambio un partido internacional auténticamente centralista-democrático leninista. Le dimos al RWP acceso a nuestros boletines internos de discusión, pero el RWP nunca nos permitió conocer su vida interna.

Entendiendo que una fusión tendría un valor incalculable, enviamos a una delegación con poder de decisión a Sri Lanka. Se firmó un acuerdo de unificación que señalaba, a pesar de las enmiendas del RWP para suavizar las formulaciones clave, los obstáculos políticos a una unificación válida:

“Políticamente y como una caracterización extrema, el RWP podría ver en la TEI elementos de un ultraizquierdismo sectario, centrados en lo que sería, en el mejor de los casos, una indiferencia a las luchas nacionales de los oprimidos, y una ineficacia intencionada en la orientación a las masas y la construcción del partido. La TEI, por su parte, podría percibir, como una caracterización extrema, al RWP como poseyendo al menos parcialmente rasgos de un centrismo que va tras la cola del nacionalismo pequeñoburgués y que da un apoyo crítico a los peores aspectos del revisionismo y del reformismo, mientras que en su propia propaganda es generalmente incapaz de trascender meras demandas democráticas”.

— citado en Ibíd.

El borrador de documento para nuestra conferencia internacional de 1979 describía la unificación como una oportunidad importante para la extensión de la tendencia espartaquista internacional, si bien una oportunidad difícil especialmente dada la magnitud de las diferencias políticas sin resolver, la distancia geográfica y los distintos estándares culturales y de vida. En acuerdo con su noción prevaleciente de que la dirección es ungida y eterna, el RWP envió una delegación constituida por Samarakkody, Fernando y Tulsiri Andrade, otro dirigente que se había abstenido respecto de la perspectiva de fusión. Se nos ocultó el hecho de que la delegación no incluía a nadie de la mayoría que estaba a favor de la fusión, lo que era ya un signo de mala voluntad.

En la conferencia, el punto de inflexión fue un pánel de discusión sobre la cuestión del frente popular. En tanto que los oradores de la TEI procuraron retomar la experiencia internacional de las luchas de Trotsky y ejemplos más recientes, Samarakkody se concentró estrechamente en Ceilán, tratando cada vez más de transformar las diferencias políticas en una cuestión sobre la credibilidad personal y la integridad de “Edmund”. Nuestra condición mínima para la unificación era que, en el contexto del centralismo-democrático internacional, el voto de 1964 sería defendido y apoyado públicamente. La discusión del pánel enfatizó que por nuestra parte no habría un pacto diplomático de no agresión, sino una lucha política leninista por una línea internacional común. Los dirigentes del RWP no aceptaron.

Pero la delegación no podía regresar a Sri Lanka para informar que la unificación había colapsado en torno a la cuestión del frente popular, dado que el grueso de la mayoría del RWP favorable a la fusión estaba de acuerdo con la posición de la TEI. Samarakkody encontró el pretexto que buscaba en el juicio de Bill Logan, un antiguo dirigente de las secciones australiana y británica, por crímenes contra la moral comunista y la decencia humana (ver el folleto de la LCI, The Logan Dossier [El expediente Logan]). Samarakkody fue parte de la comisión para juzgarlo y estuvo de acuerdo en que Logan había tenido un juicio justo y que era un “monstruo” culpable de “un patrón de manipulación sexual y personal calculada”. Sin embargo, trató de responsabilizar a otros camaradas dirigentes por los crímenes de Logan —camaradas que habían estado entre sus principales víctimas— y argumentó que Logan no debía ser expulsado porque no había actuado por “intereses personales”.

El que Samarakkody tratara de justificar a Logan causó profunda rabia y aversión entre los participantes en la conferencia. Como señaló un camarada, la gama de deseos humanos desagradables no está limitada por la ganancia monetaria o el poder: “¿Acaso Jack el Destripador mataba para hacer dinero o para convertirse en Primer Ministro?” Puede ser que Samarakkody haya calculado que la cuestión del sexo provocaría el rechazo mojigato en el contexto de la profunda opresión sexual en la sociedad de Lanka. Ciertamente, su posición tuvo una connotación de indiferencia hacia la cuestión de la opresión de la mujer. Aunque las obreras constituyen un componente estratégico del proletariado en la isla, el RWP no tenía mujeres entre sus filas; uno de los miembros de la delegación del RWP había argumentado que, dado que era cuatro o cinco veces más difícil reclutar mujeres, era mejor concentrarse en reclutar cuatro o cinco hombres que una mujer.

Al día siguiente, los delegados del RWP empacaron sus maletas y se fueron, tirando por la borda la oportunidad de argumentar sus posiciones frente a cientos de trotskistas. De manera significativa, los informes de la delegación del RWP a su membresía no mencionaron siquiera la discusión sobre el frente popular y, en cambio, consistieron en una letanía de supuestos abusos burocráticos, a menudo risibles y en general más indicativos de su propia mentalidad que del supuesto burocratismo de la TEI. No fueron purgados, como alegaron, ni intimidados; simplemente salieron corriendo. A Samarakkody nunca le preocupó tanto el decoro de los procedimientos cuando estaba en el parlamento, pero tal vez eso no era más que una simulación entre un montón de “viejos muchachos”. La experiencia de la conferencia de 1979 demostró que Samarakkody y Cía. eran material humano agotado. Nuestra prolongada experiencia fraternal tuvo una conclusión decididamente negativa. Su clarificación, sin embargo, tuvo valor político.

La delegación del RWP tampoco logró inocular a su membresía contra la TEI. La lucha continuó al interior del RWP mismo. Los camaradas que apoyaban el voto de 1964 y la perspectiva de fusión formaron la Bolshevik Faction [Fracción Bolchevique]. En 1981, la Bolshevik Faction se fusionó con la TEI y formó la Spartacist League/Lanka. El documento de fusión, fechado el 24 de mayo de 1981, estaba basado explícitamente en las lecciones de la lucha contra el “centrismo vacilante y limitado” de la dirección de Samarakkody en el RWP (ver “Escalón para la revolución en Asia del Sur: Spartacist League/Lanka se forma”, Spartacist No. 9, julio de 1981). Una piedra angular del programa de la SL/L era el reconocimiento de que una línea principista y consecuente sobre la cuestión tamil estaba intrínsecamente ligada a la oposición categórica al frente popular en todas sus variantes: “La política del coalicionismo ha significado no solamente la subordinación ante los capitalistas sino también ante el chovinismo cingalés” (Ibíd.). Esto iba de la mano con el entendimiento de que el trotskismo ceilanés sólo podía reforjarse sobre la base de una perspectiva revolucionaria que incluyera al subcontinente indio:

“Los propósitos revolucionarios de los militantes de Sri Lanka serán probados por su práctica en la cuestión tamil. Al otro lado del angosto Estrecho de Palk viven muchos millones más de tamiles. La lucha para ganar a camaradas tamiles expresa el compromiso de ayudar en la construcción de un partido revolucionario en India”.

Ibíd.

El compromiso de nuestros camaradas por luchar contra el chovinismo antitamil fue puesto a prueba casi de inmediato. A iniciativa de un partidario de la SL/L en la Colombo University, los estudiantes huelguistas de esa institución levantaron la demanda de admitir estudiantes tamiles de nuevo ingreso, atacando la esencia misma de una práctica en toda la isla que negaba el ingreso de tamiles a cualquier universidad que no fuera la Jaffna University. Esta lucha fue el primer caso reciente de estudiantes cingaleses en lucha por los derechos de los tamiles. A pesar de sus pequeños números, la SL/L publicó prensa tanto en cingalés como en tamil. Y, frente al terror antitamil en el norte, la SL/L se distinguió por alzar la voz en protesta.

A lo largo de la década de 1980, otras secciones de la TEI, con frecuencia de manera única en la izquierda occidental, iniciaron o participaron en protestas alrededor del mundo contra la escalada de terror antitamil en Sri Lanka. Nuestros camaradas fueron invitados a hablar frente a manifestaciones masivas de tamiles en la Trafalgar Square de Londres, lo que da una medida de la autoridad adquirida como resultado de nuestra posición principista en este medio cada vez más nacionalista. En 1983, las décadas de frentepopulismo chovinista cingalés culminaron en pogromos asesinos sin precedentes orquestados por el gobierno del UNP dirigido por J.R. Jayawardene. Estos pogromos, con el objetivo de eliminar al importante estrato de comerciantes y empresarios tamiles en Colombo, fueron un paso decisivo para destruir la interpenetración económica entre los pueblos de la isla. Miles de personas murieron y más de 100 mil tamiles fueron obligados a huir como refugiados al norte de la India; además, unos 200 mil obreros tamiles “sin estado” fueron aterrorizados y obligados a huir de las plantaciones en la zona montañosa. Reconociendo que este era un parteaguas en la historia de la isla, señalamos:

“Mientras que el resto de la izquierda se opuso a la autodeterminación tamil, nosotros estábamos a favor de ese derecho, pero argumentamos en contra de ejercerlo, señalando que sería catastrófico económicamente y en otros sentidos. Ahora, la catástrofe ya ha sucedido: la separación nacional es una realidad. Por eso exigimos hoy: ‘¡Por el derecho al Eelam tamil! ¡Por una federación socialista de Eelam y Lanka!’”.

— “Protest Mass State Terror Against Lankan Tamils!” [¡Por protestas contra el terror estatal masivo contra los tamiles de Lanka!], Workers Vanguard No. 361, 31 de agosto de 1984

Sin embargo, en nuestro desesperado intento por encontrar la manera de defender al pueblo tamil contra masacres adicionales, levantamos también el llamado no principista: “¡Patriación al norte de los tamiles en zonas cingalesas, bajo la protección del ejército de India!” (ver Workers Vanguard No. 336, 12 de agosto de 1983 y Spartacist No. 13, noviembre de 1983). Aunque los artículos en cuestión advertían explícitamente contra cualquier tipo de confianza en que el estado burgués de Indira Gandhi defendería a los tamiles en Sri Lanka, la consigna, de hecho, equivalía a una declaración de confianza en la burguesía india y también podía ser interpretada como un llamado por el traslado forzoso de la población tamil que había permanecido en Colombo y otras regiones de la isla. En el interés de mantener nuestro historial de claridad e integridad marxistas, nuestra reciente VI Conferencia de la LCI votó por repudiar públicamente la consigna de la “patriación” de 1983.

La defensa frontal de los derechos de la mujer fue otro aspecto decisivo del repudio de la SL/L al legado de colaboración de clases y traición reformista en la isla. Como afirmó el documento de fusión de 1981:

“Los acontecimientos recientes en Irán y Afganistán han puesto de relieve agudo el que en los países subdesarrollados del Este la cuestión de la mujer tiene un significado particular. Debemos levantar consignas que tratan de la opresión especial de la mujer y desarrollar métodos especiales para el trabajo entre las mujeres, porque una vez que se despierten, las trabajadoras proveerán muchos de los mejores luchadores por el comunismo, tal como hicieron para la Revolución Bolchevique en el Asia Central soviética. Las trabajadoras tamiles en las plantaciones y las trabajadoras todavía no organizadas en las industrias de la Zona Franca tal como los textiles, son importantes sectores del proletariado ceilanés, y deben ser ganados a nuestra causa”.

— “Spartacist League/Lanka se forma”

Cuando estallaron huelgas entre las obreras de la industria del vestido, en su mayoría cingalesas, en 1984, la SL/L se solidarizó con las huelguistas y la TEI lanzó campañas de recolección de fondos para apoyar sus luchas. En el curso de este trabajo, la SL/L ganó a varias de estas militantes al programa revolucionario.

La escalada de terror antitamil y la represión general contra la izquierda tuvo un costo para nuestra diminuta organización. En 1984, Vincent Thomas, editor de la prensa de la SL/L, recibió la orden de presentarse en las tristemente célebres oficinas del cuarto piso de la División de Investigación Criminal (CID, por sus siglas en inglés), la policía secreta, en Colombo, donde su vida estaba amenazada. Para mérito propio, Samarakkody ayudó en la defensa legal de nuestro camarada. Posteriormente, la SL/L y la TEI fueron blanco de un calumnioso ataque anticomunista con acusaciones de terrorismo en la reaccionaria prensa de Lanka.

La combinación de los pogromos de 1983, la insurgencia nacionalista tamil y la intensa represión estatal eliminó súbitamente la posibilidad de hacer trabajo público en la isla. La capacidad para ayudar a nuestra pequeña y vulnerable organización a combatir las enormes presiones sobre ellos a través de la discusión y la colaboración internacionales, fue socavada seriamente por la ausencia de un idioma común. Mientras que la lengua materna de Samarakkody era el inglés, lo que permitía una discusión verdadera, ése no era el caso de los camaradas que constituyeron la SL/L. A pesar de nuestros esfuerzos por superar la barrera del lenguaje — con camaradas en Nueva York que estudiaban cingalés y camaradas en Lanka tomando clases de inglés— nuestra sección en Lanka ciertamente fue una víctima de la política de “sólo cingalés” impuesta por el frente popular.

El legado del frentepopulismo continúa

Si la traición del frente popular había llegado a su cúspide, ¿por qué Samarakkody renegó de su voto de 1964? Es evidente que cambió de posición tras el surgimiento de una tendencia opositora en el LSSP, que se transformó en el Nava [Nuevo] Sama Samaja Party (NSSP) en 1977. Aquí, al parecer, estaba la oportunidad de revivir al viejo LSSP, la oportunidad de ser de nuevo un miembro respetado de la vieja banda. Un camarada de la TEI que visitó Lanka en octubre de 1975 informó que el RWP “parece estar muy contento con sus perspectivas, especialmente dado que, al haber sido expulsado el LSSP del gobierno, han encontrado aperturas entre los partidarios del LSSP”. Señaló también que el apetito de Samarakkody de publicar un periódico semanal “parecía en demasía una cuestión de responder a lo que N.M. Perera y Colvin de Silva acababan de decir en el parlamento”.

En un obituario sobre Samarakkody en el Workers Power británico, el ahora difunto Al Richardson, editor en ese entonces de Revolutionary History y entrista consumado en el Partido Laborista, escribió:

“La afirmación de Karalasingham de que debieron haber llevado a cabo trabajo de entrismo en el viejo LSSP fue completamente confirmada cuando, en menos de una década, una masiva ala izquierda de hecho se escindió para establecer el NSSP dirigido por Vasudeva Nanayakkara. Pero Edmund prefirió apegarse a sus principios, en soledad si era necesario”.

Workers Power, febrero de 1992

Al contrario de lo que afirmó Richardson y afirman todos los apologistas del frente popular, el defecto de Samarakkody fue que nunca rompió suficientemente con esa calamitosa tradición.

Además de su complicidad en todos los crímenes del frente popular, el NSSP reproduce muchas de las peores características del viejo LSSP. Una y otra vez ha sido parte de las interminables alineaciones frentepopulistas, incluso con el SLFP. El fundador del NSSP, Nanayakkara, fue él mismo parlamentario del LSSP de 1970 a 1977. En junio de 1990, el NSSP se unió al SLFP y al LSSP en una declaración conjunta de seis partidos en apoyo a la ofensiva genocida del gobierno del UNP contra los tamiles en nombre de la lucha contra “el fascismo de los LTTE [Tigres Tamiles]” (citado en Revolutionary Trails).

El NSSP y sus retoños continúan esa tradición traicionera hasta la fecha. El NSSP estuvo afiliado por varios años a la tendencia internacional dirigida por el ahora difunto Ted Grant y Peter Taaffe. A finales de la década de 1980, surgió el United Socialist Party (USP, Partido Socialista Unificado), una escisión supuestamente a la izquierda del NSSP. El USP se alineó con Taaffe cuando él y Grant rompieron unos cuantos años más tarde, mientras que el NSSP se afilió al S.U. Durante la sangrienta ofensiva del gobierno del SLFP contra los tamiles en 2009, el USP construyó una “Plataforma por la Libertad” frentepopulista con el derechista UNP. Por lo que respecta a los otrora healistas en Lanka, ahora asociados al World Socialist Web Site [Sitio Web Socialista Mundial] de David North, el carácter hueco de sus críticas ortodoxas ocasionales al frentepopulismo del NSSP, el USP y demás queda expuesto por su negativa a reconocer el derecho a la autodeterminación del pueblo tamil.

Métodos bolcheviques de construcción del partido

La concepción de construcción del partido que Samarakkody trajo consigo del LSSP estaba muy alejada del leninismo. Lenin explícitamente rechazó el argumento de que las diferencias entre la atrasada Rusia y los países capitalistas avanzados de Europa Occidental hacían que la experiencia bolchevique fuera inaplicable en esos países. Pero las lecciones del bolchevismo también eran evidentemente aplicables a países como Sri Lanka, que tienen características similares a las del desarrollo desigual y combinado que marcaba a la Rusia prerrevolucionaria:

“Rusia llegó al marxismo —la única teoría revolucionaria acertada— a través de las angustias que padeció en el curso de medio siglo de torturas y de sacrificios inauditos, de heroísmo revolucionario inaudito, de energía increíble, de búsquedas abnegadas, estudio, ensayos prácticos, desengaños, verificación y comparación con la experiencia europea. Gracias a la emigración provocada por el zarismo, la Rusia revolucionaria, en la segunda mitad del siglo XIX, logró una riqueza de vínculos internacionales y un excelente conocimiento de las formas y teorías del movimiento revolucionario mundial como ningún otro país.

“Por otra parte, el bolchevismo, que había surgido sobre esta base teórica granítica, pasó por quince años de historia práctica (1903-1917), sin parangón en el mundo por su riqueza de experiencias. Durante esos quince años, ningún otro país conoció nada siquiera parecido a esa experiencia revolucionaria, a esa rápida y variada sucesión de distintas formas del movimiento, legal e ilegal, pacífica y violenta, clandestina y abierta, círculos locales y movimientos de masas, y formas parlamentarias y terroristas. En ningún país se concentró, en un tiempo tan breve, tal riqueza de formas, matices y métodos de lucha de todas las clases de la sociedad moderna, lucha que, debido al atraso del país y al rigor del yugo zarista, maduró con excepcional rapidez y asimiló con particular ansiedad y eficacia la ‘última palabra’ de la experiencia política americana y europea”.

— El “izquierdismo”, enfermedad infantil del comunismo (1920)

La lucha de Lenin por un partido de vanguardia centralista-democrático compuesto por revolucionarios profesionales fue determinante para que los bolcheviques tuvieran la capacidad de mantener las lecciones revolucionarias que habían aprendido y de intervenir de manera efectiva. En su polémica de 1902 contra el economicismo, Lenin argumentó que “es nuestro deber ayudar a todo obrero que se distinga por su capacidad a convertirse en un agitador profesional, en un organizador, en un propagandista, en un distribuidor, etc., etc.” (¿Qué hacer?). Enfatizó: “Todo agitador obrero que tenga algún talento, que ‘prometa’, no debe trabajar once horas en la fábrica. Debemos arreglárnoslas de modo que viva por cuenta del partido” (Ibíd.).

El LSSP exhibía las características del funcionamiento socialdemócrata general, además de las que eran propias de la sociedad burguesa particular en la que operaba. La dirigencia era la élite educada que hablaba inglés: parlamentarios, abogados y funcionarios sindicales, que mantuvieron sus conexiones con el resto de la élite burguesa y pequeñoburguesa. Los miembros del gabinete del UNP asistían a las bodas de las hijas de los dirigentes del LSSP. La esposa de Samarakkody contaba la historia de cuando, en la asociación de alumnas de su antiguo colegio para mujeres, se encontró con la Sra. Bandaranaike, quien le preguntó cómo estaba el “viejo león” Edmund.

Las estructuras de casta, familiares y sociales de Sri Lanka enfatizan todas el estatus y la jerarquía. Las ideas no son examinadas por sus méritos, sino más bien de acuerdo al estatus del presentador. Cuestionar o rebatir una idea implica falta de respeto e ingratitud. Así, en los partidos políticos y los sindicatos, el letrado dirigente se convierte en una especie de patrono y guardián benevolente al que debe extenderse lealtad respetuosa. Los pocos funcionarios de tiempo completo que tenía el LSSP eran con frecuencia activistas con poca educación, voluntarios desempleados o trabajadores en la prensa del partido; en cambio, eran los abogados y los parlamentarios los que actuaban como voceros públicos del partido. Y, mientras que los dirigentes que hablaban inglés podían leer a Trotsky, prácticamente no se tradujo nada al cingalés o el tamil. La división era entre los ungidos e informados dirigentes y los seguidores que votaban por el LSSP. Las conferencias del LSSP eran pruebas de oratoria para los dirigentes establecidos, no una lucha del conjunto de la membresía por una línea revolucionaria común. Nuestros propios debates con Samarakkody sobre el frente popular y la cuestión nacional no fueron llevados a la membresía del RWP, ni se hicieron traducciones para los boletines internos del RWP.

¿Cómo puede un partido revolucionario reclutar y desarrollar miembros, en particular mujeres, si se apega a estas prácticas, que sólo sirven para mantener la subordinación tradicional de la mujer? Éste no es el camino del bolchevismo; estas prácticas son antitéticas a la lucha por convertirse en la vanguardia revolucionaria de la clase obrera y el tribuno del pueblo. En la LCI luchamos por que nuestra membresía en su conjunto participe en la vida de la organización, incluyendo al nivel internacional.

Samarakkody pasó sus últimos años en buena medida cuesta abajo. Los suicidios de su hijo y su nuera le causaron profunda pena personal. El RWP formó una alianza con el Gruppo Operaio Rivoluzionario (GOR, Partido Obrero Revolucionario) italiano, los restos de un grupo juvenil que se había fusionado con la TEI en 1980. El “líder mínimo” del GOR era un enclenque que se había distinguido por ofrecer información sobre su grupo a la policía. Sólo un viejo charlatán habría podido relacionarse con gente de esa calaña. En 1983, Meryl Fernando y Tulsiri Andrade se escindieron de Samarakkody entre recriminaciones mutuas sobre quién haría un viaje internacional, acusando a Samarakkody de que “su método de construcción del partido era altamente egoísta e individualista. Cualquier crítica política hacia él era tomada como un insulto personal” (“Why We Split From the Revolutionary Workers Party” [Por qué nos escindimos del Revolutionary Workers Party], 5 de febrero de 1984). Según Fernando y Andrade, Samarakkody también había argumentado por entrar al NSSP. La escisión confirmó que el RWP estaba moribundo, con sus mejores elementos ya en la TEI. Para cuando murió Samarakkody, no quedaba mucho más del RWP.

Entre las 2 mil personas que asistieron al funeral de Samarakkody en enero de 1992 se encontraban prominentes voceros del LSSP, el NSSP, el PC y otras organizaciones completamente reformistas. Esto, por sí mismo, habla del legado ambiguo que dejó Samarakkody y del hecho que permaneció hasta el final en la órbita del medio frentepopulista y parlamentarista. A pesar de ello, el hecho de que un grupo tamil combativo propusiera en 1985 a Samarakkody, un cingalés, para formar parte de un comité que vigilara un cese al fuego, es un testimonio perdurable de su reputación. Por esa época, planteamos internamente un evocativo escenario para la isla de Lanka y el Eelam tamil: habría un primer ministro tamil, Trincomalee sería ocupada por un par de divisiones de vietnamitas veteranos de la toma de Saigón, cuyos cascos estarían adornados con estrellas rojas, y Edmund Samarakkody sería el presidente.

En nuestra carta del 27 de octubre de 1973 a Samarakkody observamos:

“Cuando la III Internacional estaba definitivamente acabada como fuerza revolucionaria y Trotsky emprendió la construcción de una IV, había varios destacados líderes comunistas que habían emergido incorruptos de la Comintern estalinizada. Sneevliet, Rosmer, Chen Duxiu, Andrés Nin (Christian Rakovsky era un caso especial) vienen a la mente. Pero incluso en concierto con un gran dirigente de la talla de L.D. Trotsky (y la historia no ha permitido que actualmente tengamos un Trotsky), estos camaradas fueron incapaces de encontrar el camino hacia el nivel más alto de la lucha comunista bajo nuevas y fuertemente alteradas condiciones, o fueron incapaces de persistir en él. Se perdieron”.

También Samarakkody se perdió.

 

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