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Espartaco No. 37 |
Febrero de 2013 |
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¡Defender a los palestinos!
¡Israel fuera de los territorios ocupados!
La maquinaria de terror sionista ataca el gueto de Gaza!
El siguiente artículo ha sido traducido de Workers Vanguard No. 1013 (23 de noviembre de 2012), periódico de la SL/U.S.
19 DE NOVIEMBRE—Durante los últimos seis días, los gobernantes israelíes han lanzado más de mil bombas aéreas contra la población palestina de la Franja de Gaza, masacrando a más de cien hombres, mujeres y niños. Los sionistas comenzaron lanzando un ataque con misiles que mató a Ahmed al-Jabiri, dirigente del ala militar de Hamas, el partido islamista que gobierna Gaza. Mientras los voceros militares y políticos de Israel presumían sus ataques “quirúrgicos” contra Hamas, hogares de toda Gaza eran reducidos a escombros y los hospitales se llenaban a más no poder. Ésta es una operación estándar de los gobernantes capitalistas de Israel, un estado-guarnición sionista erigido sobre la base de la expulsión masiva de los palestinos de su patria.
Esta campaña terrorista de bombardeos hace recordar las tres semanas que llevaron a la devastadora invasión de Gaza por las fuerzas israelíes en 2008-09, que dejó mil 400 palestinos muertos y redujo ese territorio de 40 kilómetros de largo a escombros y ceniza. Israel ya ha convocado a la frontera con Gaza a decenas de miles de reservistas, así como a una multitud de tropas, tanques y vehículos blindados. En palabras del ministro del interior israelí, el objetivo de la “Operación Pilar de la Defensa” de hoy era “enviar a Gaza de vuelta a la Edad Media”. ¡El proletariado internacional debe asumir la defensa de los palestinos sitiados por la maquinaria de terror sionista!
Hace años, los gobernantes israelíes convirtieron Gaza esencialmente en un campo de concentración, flanqueado por el Mediterráneo en un lado y por una cerca electrificada en el otro. En 2007, tras el ascenso de Hamas al poder en Gaza, Tel Aviv impuso un bloqueo sofocante que, según los cables diplomáticos estadounidenses revelados por WikiLeaks, estaba diseñado a llevar la economía de la región “al borde del colapso”. Un documento militar israelí recientemente revelado muestra que los sionistas calcularon cruelmente el mínimo de calorías necesario para la mera subsistencia de la población de Gaza de más de un millón y medio de personas, y ésa fue la cantidad de comida que dejaron pasar a través del bloqueo.
Ahora, con las elecciones para el Knesset israelí programadas para enero [de 2013], Netanyahu calcula que la lluvia de muerte y destrucción sobre Gaza le ayudarán a asegurar otro periodo [Netanyahu ganó las elecciones]. Mientras tanto, Barack Obama ha sido claro en sus declaraciones de apoyo a los carniceros sionistas mientras éstos masacran a un pueblo prácticamente indefenso. Durante décadas, la generosidad de Washington ha sido crucial para construir el ejército israelí, que cuenta con aviones de guerra, helicópteros y misiles estadounidenses. Aunque Hamas ha logrado obtener armamento mejorado, sus cohetes son poca cosa comparados con la maquinaria militar sionista. La clase obrera estadounidense, al oponerse a sus “propios” gobernantes capitalistas y sus alianzas militares, debe oponerse a toda ayuda estadounidense a Israel.
El imperialismo y el caldero
del Medio Oriente
El imperialismo estadounidense, que en sólo la última década ha sido responsable de la masacre de cientos de miles en las ocupaciones de Afganistán e Irak, es el más mortal enemigo de los obreros y los oprimidos de todo el mundo. Cualesquiera que sean sus diferencias tácticas con Netanyahu, la Casa Blanca de Obama sigue acosando a Irán por su supuesto intento de desarrollar armas nucleares. Como hemos señalado repetidamente, sería totalmente racional que Irán las desarrollara, como medio de disuasión frente a Estados Unidos e Israel, que tienen cantidades masivas de armas nucleares.
El gobierno de Obama también parece dispuesto a intervenir en apoyo a las reaccionarias fuerzas de oposición de Siria, que luchan contra el sangriento régimen burgués de Bashar al-Assad. Como marxistas revolucionarios, nos oponemos a ambos lados en la guerra civil siria, en la que la victoria de cualquiera de los dos será igualmente negativa para la causa de la clase obrera y los oprimidos. Al mismo tiempo, afirmamos que los obreros del mundo deben oponerse a cualquier intervención imperialista ahí o en Irán, así como a las sanciones económicas hambreadoras que se les han impuesto a esas sociedades. En caso de que los imperialistas ataquen Siria o Irán, estaríamos por su defensa sin dejar por ello de mantener nuestra oposición política proletaria a sus regímenes burgueses.
El contexto político en Medio Oriente en el que tiene lugar el actual ataque israelí se ha modificado desde la carnicería de Gaza de 2009. Los levantamientos de la “primavera árabe” del año pasado terminaron por llevar al poder a gobiernos islamistas, particularmente en Egipto y Túnez, que se presentan más solidarios con el sufrimiento palestino que sus predecesores. Pero estos regímenes no están menos atados a la ayuda imperialista y los préstamos del FMI que aquéllos a los que remplazaron. Aunque envió a su primer ministro a Gaza como gesto simbólico de solidaridad, el presidente egipcio Mohamed Morsi de la Hermandad Musulmana ha coordinado estrechamente con Washington cada uno de sus pasos. Antes de la “Operación Pilar de la Defensa”, Morsi rechazó la solicitud palestina de abrir al comercio el cruce fronterizo de Rafah, y sus fuerzas de seguridad destruyeron túneles que conectaban Egipto con Gaza por debajo del muro que los divide, una ruta clave para introducir alimentos y materiales de construcción vitales.
Cuando el dictador egipcio Hosni Mubarak fue derrocado el año pasado, la prensa burguesa y casi toda la izquierda internacionalmente saludó esto como la “revolución” egipcia. El grupo de los Socialistas Revolucionarios de Egipto, parte de la familia internacional de partidarios del fallecido Tony Cliff, se distinguió por apoyar abiertamente a la Hermandad Musulmana de Morsi en las elecciones de este año. Algunos cliffistas de la International Socialist Organization [Organización Socialista Internacional] estadounidense y otras secciones expresaron su consternación por esta abyecta capitulación a los islamistas reaccionarios. Pero se mostraron unánimes en aplaudirle a la oposición libia, que actuó como representante de los imperialistas en su guerra contra el régimen de Kadafi. Más recientemente, han apoyado a elementos de la oposición siria, que le sirve de instrumento a los imperialistas.
Una perspectiva proletaria
Durante los levantamientos de Túnez y Egipto, nosotros
subrayamos que la clase obrera debía surgir como factor por derecho propio y actuar como dirigente de todas las masas oprimidas. Esta necesidad urgente requiere una absoluta independencia política y oposición a los islamistas, los nacionalistas y todas las demás fuerzas burguesas. Así, si bien defendemos a Hamas contra las campañas sionistas de terror en Gaza, no le damos el menor apoyo político a este grupo fundamentalista islámico.
En 2005, los gobernantes israelíes evacuaron a los más de ocho mil colonos sionistas de la Franja de Gaza, pues decidieron que así servían mejor a sus intereses nacionales. Nosotros señalamos que, con Gaza firmemente cercada y Cisjordania rodeada por un muro de gueto y sembrada de retenes militares y carreteras sólo para judíos, “sería totalmente fatuo creer que la actual ‘renuncia’ a Gaza llevará a un estado palestino que incluya Cisjordania y el este de Jerusalén” (WV No. 853, 2 de septiembre de 2005). Pero la evacuación recibió el aplauso de los eternos porristas del nacionalismo tercermundista, como el Workers World Party (WWP, Partido Mundo Obrero), que aplaudió los letreros aparecidos en Gaza donde se leía: “Hoy, Gaza; mañana, Jerusalén y Cisjordania” (Workers World, 18 de agosto de 2005). Tras haber promovido variantes más izquierdistas y seculares del nacionalismo árabe, el WWP reubicó su afecto para depositarlo en la organización antisemita y antimujer Hamas.
Si bien muchos nacionalistas e izquierdistas buscan algún tipo de “unidad” árabe contra Israel, el hecho es que los gobernantes burgueses árabes se han revelado una y otra vez como enemigos del pueblo palestino. Los marxistas luchamos por poner la cuestión de clase al frente, buscando movilizar al proletariado de los países predominantemente musulmanes del Medio Oriente en lucha contra sus propias burguesías y en Israel destruir el estado sionista desde dentro.
Siempre hemos insistido en que la emancipación nacional de los palestinos requiere el derrocamiento proletario de los gobernantes capitalistas israelíes, y también de los de Jordania, Líbano y Siria, donde viven por lo menos tres millones de palestinos. Las poblaciones judía y árabe palestina de Israel son pueblos interpenetrados, que reclaman el mismo territorio. Bajo el capitalismo, el ejercicio de los derechos nacionales de uno necesariamente viene a costa de los derechos de autodeterminación del otro. Sólo mediante la creación de una economía planificada dentro de una federación socialista del Medio Oriente podrán resolverse equitativamente los reclamos en conflicto, y terminará toda discriminación basada en el lenguaje, la religión y la nacionalidad.
Israel es una sociedad dividida en clases, con obreros explotados por la clase capitalista dominante. No nos hacemos ilusiones de que sea fácil abrirse camino a través del chovinismo que envenena la conciencia de los trabajadores judíos. Pero esta tarea no se hace más fácil por las bombas que de manera indiscriminada y asesina hacen estallar Hamas y otros grupos palestinos contra los civiles israelíes, que arrojan a la población israelí a los brazos de los gobernantes sionistas. Lo que hace falta es forjar partidos marxistas revolucionarios en Israel/Palestina y a lo largo del Medio Oriente, que se construirán en oposición a todas las formas de nacionalismo y fundamentalismo religioso, y que estén comprometidos con la lucha por la revolución socialista a escala mundial, el único camino a la igualdad y la liberación humanas.
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