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Espartaco No. 35

Junio de 2012

Enterrando la historia de los chicanos y todos los oprimidos

Prohibición de libros en las escuelas de Tucson

(Joven Espartaco)

El siguiente artículo ha sido traducido de Workers Vanguard No. 996 (17 de febrero de 2012), periódico de nuestros camaradas de la Spartacist League/U.S.

El mes pasado, en otro capítulo del manual anglochovinista y antiinmigrante de Arizona, funcionarios del Distrito Escolar Unificado de Tucson (TUSD) tomaron por asalto los salones de clases para confiscar los libros usados en el programa de Estudios México-Estadounidenses (MAS), prohibiéndolos de hecho. El pretexto era que libros como Occupied America: A History of Chicanos (América ocupada: Una historia de los chicanos), Critical Race Theory (Teoría crítica de la raza) y Rethinking Columbus: The Next 500 Years (Repensando a Colón: Los siguientes 500 años) violaban una ley estatal de 2010 que recorta drásticamente los estudios étnicos. Específicamente, la ley prohíbe cualquier curso que esté “diseñado principalmente para alumnos de un grupo étnico en particular”, “promueva la solidaridad étnica” o que presuntamente “promueva el resentimiento contra una raza o clase de personas”. Presumiblemente, los textos serán remplazados por libros tales como La pequeña casa en la pradera.

Al firmar la ley de 2010, la gobernadora republicana Jan Brewer —célebre por la anterior ley antiinmigrante SB1070 al estilo del apartheid— apuntó su fuego al programa de MAS en Tucson, donde el 60 por ciento del cuerpo estudiantil es latino. Augurando la posibilidad de una censura más amplia, el lenguaje de la ley también va tras cursos que supuestamente “promueven el derrocamiento del gobierno de EE.UU.”. Por consiguiente, Pedagogía del oprimido del intelectual radical brasileño Paulo Freire, el cual hace referencia al término “opresión” como se usa en el Manifiesto comunista de 1848, fue añadido a la lista de obras prohibidas.

A pesar de que una auditoría ordenada por el estado el año pasado concluyó que el programa de MAS de Tucson no rompió ninguna ley y cultivó un clima “propicio para el éxito del estudiante”, el supervisor de Instrucción Pública de Arizona, John Huppenthal, estaba decidido a acabar con el programa. Amenazando con quitar alrededor de 14 millones de dólares en financiamiento estatal del distrito escolar, Huppenthal declaró que los cursos de MAS promueven el “mensaje nocivo y desalentador” de que “las minorías latinas han sido y continúan siendo oprimidas por una mayoría caucásica”. Esto se da en Arizona, de entre todos los lugares, donde por años los “policías del inglés fluido” han sido enviados a monitorear profesores, ¡amenazándolos con su despido por tener acentos muy marcados!

El mes pasado, estudiantes furiosos marcharon a la sede del TUSD en protesta contra la suspensión de MAS. La supervisora asistente, Lupita García, los criticó diciendo que en México es donde se enseñan estudios mexicanos, “este país se llama Estados Unidos y nosotros estudiamos historia estadounidense”. De hecho, la historia de EE.UU. incluye el no muy pequeño detalle de que todo el suroeste, incluyendo Arizona y más, fue robado de México. Imitando a Newt “dejen que los niños pobres limpien inodoros” Gingrich, los administradores castigaron a los manifestantes asignándolos a labores de limpieza el sábado —una demostración deslumbrante del absoluto desprecio racista que las autoridades burguesas tienen para los latinos pobres—.

La prohibición de MAS y sus textos educativos son parte integral de la actual campaña en contra de los inmigrantes en todo el país. En estados como Arizona y Alabama, se les ha dado rienda suelta a los policías para interrogar y detener a cualquier persona que tenga apariencia de ser “extranjero”. Ahí, y en todos lados, los policías continúan con su discriminación racial hacia los negros, latinos, musulmanes y otras minorías. Mientras los aspirantes a candidatos republicanos a la presidencia se provocan el uno al otro para ver quién puede ser el fanático más virulento en contra de los inmigrantes, es el gobierno federal, bajo el demócrata Barack Obama, el principal agente de represión antiinmigrante. El año pasado, el gobierno estableció un récord de unas 400 mil deportaciones, debido en gran parte a la expansión del programa “Comunidades seguras” iniciado por George W. Bush.

Esta campaña por parte de los gobernantes capitalistas ha alimentado diatribas nativistas, pintando a los inmigrantes como criminales, y se queja de la XIV Enmienda —una victoria central de la Guerra Civil que concede la ciudadanía a los niños nacidos en territorio estadounidense— para ir en contra de los llamados “bebés ancla”. En contra de ambos partidos del capital, el Republicano y el Demócrata, nosotros decimos que cualquier persona que haya llegado a este país debería tener los mismos derechos que los que nacieron aquí: ¡Plenos derechos de ciudadanía para todos los inmigrantes! Y después de que la revolución socialista le arranque el poder a los gobernantes capitalistas de EE.UU., un gobierno obrero le devolvería a México ciertas regiones contiguas del suroeste que le fueron arrebatadas.

Ilustrando la orientación ideológica de la campaña en contra de los estudios étnicos “no estadounidenses”, Huppenthal señaló un salón de MAS que tenía un póster del Ché Guevara, diciendo a Democracy Now (18 de enero) que los estudiantes estaban siendo “adoctrinados en un estilo de pensar Paulo Freire-marxista sobre actitudes raciales y creando odio”. Cuando le conviene a sus propósitos, Huppenthal, quien se postuló como supervisor en una campaña para “detener a La Raza”, también compara los textos de MAS con el Mein Kampf [Mi lucha] de Hitler —¡esto viene del quemalibros en jefe de Arizona!—.

Los programas como los de estudios étnicos son el resultado de luchas sociales —especialmente los movimientos de derechos civiles y contra la guerra de Vietnam, así como otros movimientos de los 60 y 70— y no de la “benevolencia” de una clase gobernante ilustrada. De hecho, el programa de MAS de Tucson fue resultado de una orden federal de desegregación de 1974, que respondía a una demanda de familias negras y latinas. Pero con el retroceso en la integración en las escuelas y el incremento del racismo antiinmigrante, las autoridades burguesas están enterrando cada vez más cualquier enseñanza de la larga historia de opresión racial y étnica en este país. Nosotros defendemos los cursos de estudios étnicos como parte de nuestra defensa de los oprimidos y luchamos por una educación gratuita, de calidad e integral para todos, desde preescolar hasta el posgrado.

Si bien los programas de estudios étnicos comprenden la historia de los negros, de los indígenas estadounidenses y de otras minorías —una historia que de otro modo no se enseña en los textos de historia censurada de EE.UU.—, no retan fundamentalmente la ideología dominante del racista sistema capitalista. De hecho, tales programas típicamente están diseñados para promover el mito de que uno puede escapar de la opresión y llegar a tener “poder” al estar representado en esta llamada “democracia”. El sistema educativo en su totalidad refuerza la ideología burguesa, sirviendo a los intereses de la clase dominante.

La verdad sin censura es que la opresión racial y el chovinismo nacional son endémicos al capitalismo, utilizados por la clase gobernante para dividir al proletariado —es decir, la clase obrera— y debilitar sus luchas. Como periódico marxista que ofrece una perspectiva revolucionaria, citamos lo que presentaron Karl Marx y Friedrich Engels en el Manifiesto comunista:

“El proletariado se valdrá de su dominación política para ir arrancando gradualmente a la burguesía todo el capital, para centralizar todos los instrumentos de producción en manos del estado, es decir, del proletariado organizado como clase dominante... En sustitución de la antigua sociedad burguesa, con sus clases y sus antagonismos de clase, surgirá una asociación en que el libre desenvolvimiento de cada uno será la condición del libre desenvolvimiento de todos”.

Se necesitará una revolución obrera para dar paso a una sociedad socialista. Como lo indicamos en un artículo previo sobre la prohibición de estudios étnicos en Arizona (WV No. 963, 27 de agosto de 2010): “Se requerirá en última instancia el derrocamiento del sistema capitalista para terminar con la opresión y para que se enseñe la verdadera historia de las luchas contra la opresión y la explotación”.

 

Espartaco No. 35

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