Documents in: Bahasa Indonesia Deutsch Español Français Italiano Japanese Polski Português Russian Chinese Tagalog
International Communist League
Home Spartacist Workers Vanguard ICL Directory ICL Declaration of Principles Other Literature Events

Suscríbete a Workers Vanguard
Suscríbete a Espartaco

Archivos

Workers Vanguard, suplemento en español No. 2

junio de 2017

Viva Oscar López Rivera, luchador por la independencia

Reacción colonialista contra el Desfile del Día de Puerto Rico

5 de junio—Sometido a una campaña reaccionaria de intimidación, Oscar López Rivera, quien iba a ser homenajeado como un Héroe Nacional de la Libertad, anunció el 1° de junio que marchará en el desfile “no como un homenajeado sino como un humilde puertorriqueño”. El alcalde Bill de Blasio se unió a esta campaña colonialista contra él, amenazando con boicotear el Desfile del Día de Puerto Rico si López Rivera no se retiraba como homenajeado. El siguiente artículo ha sido traducido de Workers Vanguard No. 1113 (2 de junio).

*   *   *

El desfile del Día de Puerto Rico este año en Nueva York honrará a Oscar López Rivera, un valiente luchador por la independencia encarcelado por EE.UU. durante casi 36 años por su oposición a la subyugación colonial de su tierra natal. Después del anuncio de los organizadores del desfile del 11 de junio que reconocería a López Rivera como Héroe Nacional de la Libertad, Coca Cola, Goya, JetBlue, Univisión, Corona y otras compañías se retiraron como patrocinadores del evento, el cual atrae cada año dos millones de personas a celebrar en la quinta avenida. Por su parte, la prensa amarillista del Daily News y del New York Post está en una campaña histérica en contra del desfile, incluso tachando de “terrorista” a este independentista puertorriqueño. De hecho, los verdaderos terroristas son los imperialistas estadounidenses, quienes han esclavizado la isla y se han movilizado, incluso a través de la CIA y el FBI, para aplastar a los militantes independentistas, muchos de los cuales han sido arrojados a los calabozos de las prisiones.

López Rivera es un héroe para muchos puertorriqueños, incluso en EE.UU., lo cual refleja el agudo resentimiento del pueblo puertorriqueño a su opresión. En 1981, López Rivera fue víctima de un embuste por sus opiniones políticas y condenado por “conspiración sediciosa”, por la cual lo sentenciaron a 55 años. Después de décadas en la prisión, incluyendo 12 años incomunicado, en enero recibió una conmutación de pena.

López Rivera fue blanco del gobierno estadounidense por sus vínculos con el grupo nacionalista puertorriqueño Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), el cual llevó a cabo una lucha armada por la independencia puertorriqueña y por la liberación de luchadores independentistas encarcelados. En los años 70 y a principios de los 80, las FALN tomaron responsabilidad por bombas colocadas en símbolos del dominio colonial, como locales militares y gubernamentales, y también bancos y edificios de corporaciones. Nosotros defendimos a las FALN contra la represión estatal; el que un pueblo oprimido luche por su liberación, incluso a través del uso de fuerza en contra del poder estatal imperialista que lo oprime, es justo. A la misma vez, condenamos los ataques indiscriminados como el atentado contra el Fraunces Tavern en Manhattan, el cual mató a cuatro personas e hirió a docenas.

Como escribimos en “FALN Bombs Symbols of Colonial Rule”, (Las FALN ponen bombas en símbolos del dominio colonial) Workers Vanguard No. 83, 31 de octubre de 1975):

“Apoyamos intransigentemente la independencia de Puerto Rico y la libertad para los prisioneros nacionalistas. En este contexto defendemos a las FALN contra el estado burgués….

“A la vez que entendemos la rabia legítima de aquellos quienes sienten la bota del imperialismo estadounidense encima de sus cuellos diariamente, no podemos defender a las FALN en aquellas instancias cuando la frustración lleva hacia actos de terrorismo indiscriminado”.

La Spartacist League está opuesta a la estrategia de grupos como las FALN de actos individuales de terror. Como marxistas queremos movilizar el poder de la clase obrera contra la opresión colonial y el dominio capitalista.

Este año, la “Sociedad Hispana” del Departamento de la Policía de Nueva York y el Comisario de la Policía James O´Neill han denunciado al desfile puertorriqueño y anunciaron que harían un boicot del evento. ¡Qué bien! Para nosotros es una noticia grata que los policías no van a desfilar. La rutina diaria de la policía es aterrorizar a la gente negra, los latinos y otros, como parte de su defensa de este sistema racista y capitalista. El alcalde demócrata, Bill de Blasio, ha anunciado que va a marchar en el desfile. Esto no es mas que una maniobra cínica para atraer al voto latino para cuando intente, mas tarde en el año, ser reelegido. De Blasio es el jefe de la policía racista de Nueva York, y su tarea es regir la ciudad en interés de Wall Street.

En Puerto Rico, el gobernador lacayo imperialista, Ricardo Roselló, se ha unido a la cacería de brujas contra el desfile, incluso apelando a los patrocinadores para que no participen. La cuestión de Puerto Rico va mucho mas allá que la de un desfile. Los opresores imperialistas quieren aplastar cualquier sentimiento en contra del estatus del país como posesión colonial. Hoy día, el pueblo de Puerto Rico está sufriendo una de las peores crisis económicas en su historia: una consecuencia directa del dominio colonial estadounidense. Entre los luchadores contra la austeridad están los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico en huelga desde hace dos meses. Es muy bueno que el Transport Workers Union Local 100 neoyorquino (Sindicato de Trabajadores de Transporte) tendrá un contingente en el desfile este año. La clase obrera en EE.UU. tiene que estar del lado de los trabajadores y oprimidos de Puerto Rico y reclamar: ¡Anular la deuda!

Como oponentes rotundos de la opresión nacional y del imperialismo estadounidense, favorecemos la independencia de Puerto Rico. Los puertorriqueños odian su estatus de segunda clase como residentes de un “estado libre asociado”, pero tienen sentimientos contradictorios en cuanto a la independencia. Por un lado, la gente de la isla tiene un sentimiento muy fuerte de ser una nación; por el otro lado, muchos temen no poder vivir y trabajar en EE.UU. y de hundirse al nivel de pobreza de sus vecinos caribeños. Nos oponemos a cualquier intento de imponer la independencia a la fuerza en contra de la voluntad de la población. Por lo tanto, en EE.UU. enfatizamos el derecho a la independencia. En Puerto Rico, enfatizamos la lucha por la revolución socialista y la creación de una república obrera. Nuestra perspectiva es construir partidos leninistas en EE.UU. y Puerto Rico, con el objetivo de establecer el poder obrero.


Puerto Rico: Los estudiantes enfrentan la austeridad colonial

¡Por el derecho a la independencia!

El siguiente artículo sobre la huelga reciente ha sido traducido de Workers Vanguard No. 1110 (21 de abril).

Desde el 28 de marzo se encuentran en huelga los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico (UPR), que con sus 70 mil inscritos es el sistema universitario público más importante de la isla. A lo largo de los últimos tres años, la UPR ha sufrido recortes presupuestales por 348 millones de dólares, y hoy enfrenta la amenaza de una austeridad aún mayor exigida por los amos coloniales estadounidenses. Las principales exigencias de los estudiantes son que no haya recortes presupuestales ni alzas a las colegiaturas. La huelga cuenta con el apoyo activo de los sindicatos de maestros y trabajadores universitarios, quienes en la última década también han sufrido ataques antisindicales, recortes salariales y reducción de pensiones. La lucha de los estudiantes le da voz a la angustia y la rabia de los puertorriqueños, que sufren una situación económica desesperada, consecuencia directa de la dominación colonial imperialista. ¡Victoria a la huelga estudiantil!

Hoy muchos huelguistas recuerdan la huelga estudiantil de dos meses de duración que estalló en la UPR en 2010, cuando los estudiantes enfrentaron los intentos de la burguesía y la administración universitaria de elevar las colegiaturas y recortar el presupuesto. Esa huelga enfrentó una sangrienta represión policiaca, pero logró repeler lo peor del plan del gobierno y la administración de la UPR.

¡Estamos por educación gratuita, pública y de calidad para todos, incluyendo inscripciones abiertas y estipendios pagados por el estado para todos los estudiantes! Pero, bajo el capitalismo, el acceso a la educación y otros servicios sociales está subordinado a la búsqueda de ganancia por parte de la clase dominante. Nuestra perspectiva marxista es por una sociedad libre e igualitaria basada en la abundancia material, donde la educación sea realmente un derecho. Esto sólo se puede lograr mediante una revolución socialista que barra con el decadente sistema capitalista y establezca el poder obrero, tanto en las colonias y neocolonias oprimidas como en Estados Unidos.

En 2016, el gobierno de Obama impuso una Junta de Administración y Supervisión Financiera, conocida como la “junta”, para asegurar que Puerto Rico pague los más de 70 mil millones de dólares que debe a los parásitos de los fondos de inversión y las instituciones financieras. Los inversores capitalistas afirman que los puertorriqueños, la mitad de los cuales se encuentra por debajo de la línea de pobreza, han estado viviendo “por encima de sus posibilidades” y deben pagar. Estos buitres le han chupado la sangre a la economía puertorriqueña y llevan décadas disfrutando de un paraíso fiscal con mano de obra barata. La labor de la Junta es supervisar que el gobierno de la isla aplique la ley bipartidista aprobada por el congreso estadounidense, grotescamente llamada PROMESA (“Puerto Rico Oversight, Management, and Economic Stability Act” [Ley de Supervisión, Administración y Estabilidad Económica de Puerto Rico]). Esta ley exige recortes presupuestales de 450 millones de dólares tan sólo en educación, además de nuevos impuestos, la venta de edificios públicos por cuatro mil millones de dólares y el recorte del gasto gubernamental. El gobernador, Ricardo Roselló, es un lacayo antisindical de los imperialistas, que está imponiendo fielmente su austeridad.

Las masas puertorriqueñas se ven amenazadas con la destrucción de la educación pública, los servicios de salud y las pensiones, y con la privatización de la compañía de propiedad estatal Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico. El fondo de pensiones de los maestros ha sido saqueado hasta el punto de que las contribuciones de los maestros en activo pasan directamente a los maestros retirados. En su edición del 8 de marzo, el New York Times informó que “ningún maestro de Puerto Rico puede esperar recuperar su dinero, pues el fondo se agotará en 2018”. Desde 2008, han cerrado más de 350 escuelas en Puerto Rico y hoy muchos hospitales carecen del financiamiento para ofrecer servicios esenciales. Los obreros de Estados Unidos deben tomar el lado de los obreros y los oprimidos de Puerto Rico, quienes están siendo triturados por la opresión colonial, y exigir: ¡Anular la deuda!

Hace un siglo, se le concedió a los puertorriqueños ciertos derechos de ciudadanía estadounidense, pero no se les permitió votar en elecciones federales ni se les concedió representación con voto en el congreso. Cuando Puerto Rico cayó bajo el dominio estadounidense en 1898, como resultado de la Guerra Hispano-Estadounidense, la población se vio obligada a recibir su educación en inglés. En 1909, el español se prohibió en todas las escuelas públicas. Esto constituyó un ataque contra 400 años de lenguaje y cultura bajo el disfraz de “civilizar a los salvajes”. No fue sino hasta 1949 que el español volvió a ser el idioma de la educación pública.

Como oponentes frontales de la opresión nacional y del imperialismo estadounidense, favorecemos la independencia de Puerto Rico. Los puertorriqueños odian su estatus de residentes de segunda clase de un estado libre asociado” estadounidense, pero sus sentimientos respecto a la independencia son encontrados. Por una parte, la gente de la isla tiene un fuerte sentimiento de ser una nación; por otro lado, muchos temen no poder vivir y trabajar en el continente y hundirse al nivel de pobreza de sus vecinos caribeños independientes. Nos oponemos a todo intento de imponer la independencia por la fuerza contra la voluntad de la población. Por eso enfatizamos el derecho a la independencia.

La lucha contra la opresión colonial en Puerto Rico necesariamente tendrá que dirigirse contra los agentes locales del imperialismo, y por lo tanto podría servir como palanca para la revolución socialista. Semejante lucha resonaría a lo largo del Caribe, América Latina y la tierra continental de Estados Unidos.

Cerca de cinco millones de puertorriqueños viven en Estados Unidos (siendo la población de la isla de tres millones y medio), donde forman parte del proletariado multirracial estadounidense en muchos centros urbanos. Estos obreros pueden ser un vínculo para la unidad de clase del proletariado de Puerto Rico y Estados Unidos, en contra de los imperialistas y sus esbirros locales. Nuestra perspectiva es construir partidos leninistas en Estados Unidos y Puerto Rico, cuya meta sea establecer el poder obrero.

Como dijimos en nuestro artículo “El colonialismo estadounidense estrangula a Puerto Rico” (WV No. 1075, 2 de octubre de 2015):

“Una revolución obrera victoriosa en EE.UU., en la que los obreros puertorriqueños con conciencia de clase podrían desempeñar un papel de vanguardia, otorgaría la independencia inmediata a Puerto Rico y cantidades masivas de ayuda financiera, estableciendo relaciones sobre la base de su libertad de ejercer la autodeterminación nacional. Pero la chispa de la revolución también podría venir de los países coloniales o neocoloniales. La lucha obrera en Puerto Rico contra el dominio colonial de EE.UU. podría inspirar a la clase obrera multirracial en el continente para llevar a cabo el derrocamiento revolucionario del imperialismo estadounidense”.