¡Fuera ahora todas las tropas estadounidenses y aliadas del Medio Oriente! ¡Ninguna ilusión en las Naciones Unidas!

¡Abajo la ocupación colonial de Irak!

TRADUCIDO DE SPARTACIST (EDICIÓN EN ALEMÁN) NO. 23, PRIMAVERA 2003

17 de abril de 2003—La subyugación colonial del pueblo iraquí bajo la ocupación militar estadounidense ha comenzado. Montones de cadáveres de hombres, mujeres y niños iraquíes atestan las morgues y hospitales. La rápida victoria estadounidense no fue una guerra, sino una masacre unilateral. El imperialismo estadounidense y sus aliados británicos azotaron las ciudades iraquíes con bombas de racimo antipersonal diseñadas para matar y herir al máximo número de gente en áreas urbanas densamente pobladas. Las aterradoras bombas “antibúnker” destruyeron vecindarios enteros. Cuando unos cuantos periodistas valerosos quebraron el muro de mentiras de los periodistas capitalistas “encamados” con las tropas estadounidenses y mostraron al mundo los crímenes que los imperialistas estaban cometiendo contra el pueblo iraquí, el Pentágono respondió bombardeando a los periodistas. Como dijo el encabezado del periódico italiano Liberazione del 9 de abril, “Están matando hasta a los testigos”, después de que Estados Unidos bombardeara la televisora árabe Al Jazeera y abriera fuego desde un tanque contra periodistas en el Hotel Palestina de Bagdad.

El sanguinario ultraje de Irak no comenzó con esta guerra, sino con los doce años de sanciones de la ONU que arrojaron a esta nación relativamente moderna e industrializada décadas atrás y causaron la muerte de más de un millón y medio de personas. Bajo las sanciones de la ONU que proscribían prácticamente todo proceso industrial sobre la base de que podría tener aplicación militar, Irak fue estrangulado, privado de su capacidad de purificar agua, de producir papel para libros de texto escolares y de fertilizar las cosechas. Bajo las sanciones de la ONU, se le negó a Irak la posibilidad de producir armas o reabastecer a sus tropas. De esa manera la ONU preparó a Irak para la estocada estadounidense. Ahora Siria es directamente amenazada, e Irán y el estado obrero deformado de Corea del Norte también están en la mira del gobierno de Bush. ¡Imperialismo estadounidense: fuera manos del mundo!

Enfrentando fuerzas abrumadoras y sujeto a un sangriento régimen baathista que los estadounidenses impusieron en primer lugar, el hecho de que el sufrido pueblo iraquí haya logrado poner resistencia alguna es heroico y una medida de la oposición a la ocupación extranjera y al saqueo de los recursos naturales ricos en petróleo de este país. El patrimonio cultural de Irak, y de hecho de toda la humanidad, fue destrozado en los primeros días de la ocupación imperialista durante el saqueo del museo y el incendio de la biblioteca en Bagdad. Tesoros artísticos y literarios que habían sobrevivido todos los sitios de Bagdad durante miles de años de historia fueron destruidos cuando los estadounidenses y sus lacayos británicos “liberaron” a Irak.

El régimen baathista consolidó su poder originalmente con un baño de sangre de miles de comunistas iraquíes y luego continuó reprimiendo brutalmente a la minoría kurda, a los chiítas, a la izquierda y al movimiento obrero. Por estos crímenes, Saddam Hussein fue ampliamente recompensado como aliado y armado hasta los dientes por los imperialismos francés, alemán y estadounidense —hasta que cayó de la gracia de sus patrocinadores al tomar Kuwait—. Ahora, habiendo tomado control de Bagdad, Washington está dejando claro que los trabajadores iraquíes y del mundo entero son quienes van a pagar la victoria estadounidense. Los infantes de marina estadounidenses se pavonean por la capital iraquí declarando: “Bagdad nos pertenece”. Los imperialistas podrán haber ganado una victoria fácil, pero la proyectada ocupación colonial ya ha provocado furia y resistencia entre la población. La ocupación imperialista ha alentado el avance de fuerzas reaccionarias, desde fundamentalistas demandando una república islámica hasta monarquistas y “demócratas” a sueldo de la CIA, y ha azuzado una lucha asesina entre árabes y kurdos, así como entre la mayoría chiíta y la minoría sunita.

Al interior de la bestia imperialista, los manifestantes contra la guerra y estibadores del ILWU —sindicato portuario de la Costa Oeste de EE.UU.— fueron tratados como “el enemigo interno” cuando la policía de Oakland, California les disparó balas de goma, de madera y granadas de concusión. Envalentonado por su victoria en Irak, Estados Unidos ahora amenaza abiertamente a otros países de la región y del mundo. El antiguo jefe de la CIA James Woolsey proclamó el inicio de una “Cuarta Guerra Mundial” (definiendo la Guerra Fría como la tercera). Declaró: “Conforme avancemos hacia un nuevo Medio Oriente en los años y, me parece, las décadas por venir...vamos a poner muy nerviosa a mucha gente. Nuestra respuesta debe ser: ‘¡Qué bueno! Los queremos nerviosos. Queremos que se den cuenta ahora de que, por cuarta vez en los últimos 100 años, este país y sus aliados están en marcha’.”

Mientras tanto, es Israel quien posee un arsenal de “armas de destrucción masiva” en la región, y los gobernantes sionistas están aprovechando plenamente la guerra de Irak y la masiva presencia militar estadounidense para intensificar sus ataques asesinos contra el pueblo palestino. Desde el principio, la Liga Comunista Internacional ha resaltado la lucha de los palestinos y la ha vinculado con las protestas contra la guerra de Irak alrededor del mundo. ¡Israel fuera de los territorios ocupados! ¡Defender a los palestinos! ¡Fuera tropas imperialistas estadounidenses y aliadas de Irak ahora! A través de los estados árabes circundantes, los trabajadores y las minorías están furiosos contra los miserables gobiernos árabes, el despreciado régimen clerical de los ayatollahs en Irán y el opresivo gobierno turco. Mientras aprietan las tuercas sobre los trabajadores, estos regímenes no hicieron sino tratar de contemporizar con el ultraje por parte de los imperialistas estadounidenses contra Irak —y ahora ellos mismos pueden ser los siguientes en la lista de blancos—. La justicia para los kurdos, los palestinos, las mujeres horriblemente oprimidas por la sharia [ley islámica] y los trabajadores de la región debe conseguirse combatiendo contra todos los gobiernos chupasangre y los invasores imperialistas en la lucha por una federación socialista del Medio Oriente.

Los gobernantes capitalistas de Francia y Alemania, que posan como pacíficos oponentes del “unilateralismo” y el belicismo estadounidenses en Irak, se apresuraron a celebrar la victoria estadounidense y a abrirse paso a una posición donde puedan obtener una tajada del botín. Tras su insistencia en que las Naciones Unidas deben desempeñar un papel “central” en la reconstrucción del devastado Irak está su propia sed de ganancias. Chirac y los gobernantes capitalistas franceses están esforzándose por retener las masivas inversiones francesas (TotalFinaElf) en Irak. Pero los amos estadounidenses insisten en que ellos pelearon y se robaron Irak para sí mismos. Los contratos para reconstruir Irak serán en su abrumadora mayoría para corporaciones estadounidenses, muchas de las cuales se entremezclan fuertemente con el gobierno de Bush. Parece que falló la maniobra de Chirac de hacer tiempo a fin de obtener una mejor tajada en el saqueo de Irak. Las rivalidades interimperialistas que estaban subordinadas a los intereses comunes de los gobernantes capitalistas de estrangular a la Unión Soviética han emergido a la superficie, al afirmar Estados Unidos su derecho a la dominación mundial irrestricta, así como a sacar la mayor tajada de los recursos naturales del Irak rico en petróleo. Una alian za entre la Rusia capitalista, Alemania y Francia, por un lado, y el imperialismo estadounidense y su perro faldero británico por el otro, delinea futuras guerras interimperialistas.

Millones de personas de todos los continentes manifestaron su oposición a la guerra de Irak. Los izquierdistas sinceros deben preguntarse por qué estas protestas fueron tan impotentes. La guerra imperialista no puede evitarse mediante la persuasión moral y las súplicas a los rapaces capitalistas para que den “dinero para empleos, no para la guerra”. Para terminar con la guerra debemos terminar con el sistema capitalista que engendra la guerra, y para hacer esto se requiere urgentemente forjar nuevas direcciones revolucionarias para el proletariado internacional. La inspiradora combatividad de los obreros portuarios y ferroviarios italianos que se rehusaron a transportar material bélico, de los obreros griegos que paralizaron su país en huelgas contra la guerra y de los ferroviarios escoceses que se negaron a llevar armas a los depósitos de la OTAN resalta en contraste con los cobardes dirigentes sindicales que hablaban muy fuerte...hasta que la guerra empezó y entonces se apuraron a apoyar a las tropas imperialistas. Notablemente, ninguna huelga obrera ocurrió en Francia o Alemania, donde los falsos líderes reformistas y centristas subordinan el interés de clase internacional del proletariado a sus explotadores capitalistas en una campaña reaccionaria de unidad con Chirac y Schröder contra Bush. El que este antiamericanismo es falso antiimperialismo queda expuesto por el silencio de estos mismos líderes sindicales y partidistas respecto al envío de tropas europeas a los Balcanes, Afganistán y Costa de Marfil, por no mencionar el reforzamiento de sus medidas de estado policiaco contra los inmigrantes de piel oscura en su propio país.

Desde el principio la LCI ha luchado para romper la “unidad” de los explotados con sus explotadores en el movimiento contra la guerra y por ganar a los obreros y a la juventud a una perspectiva revolucionaria internacionalista. Nosotros llamamos por defender a Irak contra el ataque imperialista sin darle un ápice de apoyo político a Saddam Hussein y enfatizamos que el principal medio para expresar que se tomaba el lado de Irak en esta guerra era mediante la lucha de clases en el propio país.

A continuación reproducimos la declaración de la Liga Comunista Internacional contra la guerra de Irak, emitida el 23 de octubre de 2002 y distribuida alrededor del mundo en inglés, francés, alemán, italiano, español, japonés, turco, árabe y griego.

Declaración de la Liga Comunista Internacional
¡Defender a Irak contra el ataque imperialista de EE.UU. y sus aliados!

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