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Grupo Espartaquista de México, 20 de enero de 2008

Ataque policiaco contra la huelga de Cananea

¡Defender al sindicato minero!

Obreros huelguistas en la mina de cobre en Cananea, Sonora, fueron brutalmente atacados con gases lacrimógenos y balas de goma el 11 de enero por alrededor de 800 policías estatales y federales bajo las órdenes de los gobiernos federal y local del PAN y el gobierno estatal del PRI. Algunos informes indican que también participaron fuerzas militares. Cientos de trabajadores de la sección 65 del sindicato minero-metalúrgico (SNTMMSRM), en huelga desde julio pasado, valientemente se defendieron, pero no lograron resistir el ataque. 40 trabajadores resultaron heridos y cinco fueron reportados desaparecidos (incluyendo a la esposa de un trabajador). El sindicato respondió con un paro nacional de ocho horas el 16 de enero, involucrando a 25 mil obreros de 85 plantas metalúrgicas y yacimientos. El Grupo Espartaquista de México, sección de la Liga Comunista Internacional (Cuartainternacionalista), protesta el brutal ataque policiaco y exige: ¡Compañía, gobierno, manos fuera del sindicato minero!

La mañana del 11 de enero, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) había declarado la huelga en Cananea “inexistente”, ¡porque supuestamente empezó tarde! El día siguiente un juez otorgó una suspensión temporal de la decisión, y el sindicato ha declarado que mantendrá la huelga. Pero la compañía ha movilizado esquiroles y cientos de policías federales permanecen resguardando el área —el futuro de la lucha es incierto—. En el contexto del descontento generalizado con el gobernante PAN por la represión masiva, el incremento dramático en los precios de necesidades básicas, las amenazas de privatizar PEMEX y la oposición al aumento de la rapiña de “libre comercio” contra México a través del TLC, este ataque es también una amenaza a quienes se atrevan a luchar.

La huelga en Cananea, que ha costado a los dueños de la mina un estimado de 500 millones de dólares, comenzó en julio pasado junto con huelgas en Sombrerete, Zacatecas, y Taxco, Guerrero, exigiendo aumento salarial y mejores condiciones de seguridad para los trabajadores. Especialmente durante al menos los últimos tres años, el sindicato minero ha estado involucrado en duras batallas de clase a lo largo del país, combatiendo mortales condiciones laborales, míseros salarios y continuos ataques del gobierno y la patronal.

En febrero de 2006 la sed de ganancias de los patrones llevó a la muerte a 65 mineros en una explosión en Pasta de Conchos, Coahuila. Este asesinato industrial y el ataque del gobierno contra el sindicato —incluyendo la destitución de su líder nacional, Napoleón Gómez Urrutia, y el levantamiento de cargos en su contra— pusieron el escenario para poderosas huelgas, incluyendo las de Cananea y Lázaro Cárdenas, Michoacán, que exigían la reinstalación del líder sindical (ver “Los obreros de Lázaro Cárdenas le dieron duro a la patronal—¡Quienes trabajan deben gobernar!”, Espartaco No. 26, septiembre de 2006). El 20 de abril de 2006, los tres principales partido burgueses —PAN, PRI y PRD— se unieron en un ataque asesino para romper la huelga en Lázaro Cárdenas, pero los trabajadores lograron repeler el ataque al costo de dos obreros muertos. En efecto, las ilusiones en el PRD son suicidas. A pesar de hacer campaña cínicamente bajo la consigna “Por el bien de todos, los pobres primero”, el PRD es un partido burgués nacionalista y populista que administra el estado burgués y no dudará en desatar la represión asesina contra los obreros y los pobres cuando las luchas de éstos amenacen con salir de su control.

Al ir ahora tras los mineros de Cananea, la patronal y su gobierno seguramente recuerdan las huelgas de 2006 y en particular quieren venganza porque la huelga de Lázaro Cárdenas consiguió una dramática victoria con la compañía cumpliendo todas sus demandas, incluyendo el reconocimiento de Gómez Urrutia. A pesar de que el sindicato ha ganado importantes victorias legales desde entonces, continúan los cargos contra Gómez Urrutia y otros funcionarios del sindicato. Exigimos: ¡Defender al sindicato minero-metalúrgico! ¡Abajo todos los cargos contra Gómez Urrutia y todos los miembros del sindicato perseguidos! ¡Victoria a las huelgas de los mineros!

En la primavera de 2006, viajamos a Lázaro Cárdenas, participamos en marchas en la Ciudad de México en defensa del sindicato, protestamos en la UNAM y tuvimos un foro en el museo de León Trotsky en defensa del sindicato minero. Luchamos en contra de los prejuicios antisindicales de quienes —como el falso “trotskista” Grupo Internacionalista— dicen estar del lado de la clase obrera y ahora se rehúsan a defender a los sindicatos afiliados al PRI, como el SNTMMSRM, contra el ataque estatal. Infundir esta solidaridad de clase elemental es parte de nuestra lucha por ganar jóvenes al lado del proletariado en la lucha por un futuro comunista.

El sindicato minero sigue en la mira de la vengativa clase dominante. Por dos años los patrones y el estado han intentado destruir la poderosa organización de los mineros y metalúrgicos. Pero el sindicato ha luchado en su defensa. Debido a su papel clave en la producción, como la encargada de echar a andar los engranajes de la misma, la clase obrera tiene el poder de paralizar la economía entera. Dando una muestra del poder social del proletariado industrial, los patrones mineros han perdido cerca de 2 mil 400 millones de dólares debido a las luchas del sindicato minero en los últimos dos años. Siendo dueña de nada más que su propia fuerza de trabajo, la clase obrera no tiene interés objetivo alguno en mantener el dominio de la propiedad privada; su interés histórico radica en abolirla, colectivizando la economía mediante la revolución socialista.

La lucha por la democracia interna de los sindicatos y por su independencia respecto del estado no puede separarse de la lucha por una dirección revolucionaria. Como Trotsky mismo explicó: “En la época de la decadencia imperialista, los sindicatos solamente pueden ser independientes en la medida en que sean conscientes de ser, en la práctica, los organismos de la revolución proletaria.” Forjar tal dirección significa romper con las ilusiones en los partidos de la patronal —PRI, PRD y PAN—. El nacionalismo burgués, impulsado prominentemente por el PRD, pretende enmascarar la división fundamental de la sociedad en clases para atar a los obreros a sus explotadores, impidiéndole a los primeros luchar por sus propios intereses. ¡Los aliados de los obreros mexicanos no son sus “propios” explotadores nacionales, sino el proletariado multirracial estadounidense y del mundo entero! Es necesario construir un partido obrero revolucionario para aplastar el asesino sistema capitalista, basado en la sed de ganancias, y remplazarlo con el régimen de los trabajadores a través de la revolución socialista internacional.

La heroica huelga de los mineros de Cananea en 1906 —organizada por los esfuerzos conjuntos de militantes sindicales mexicanos y estadounidenses, y ahogada en sangre por las fuerzas combinadas de los capitalistas mexicanos y estadounidenses— se convirtió en un símbolo de la lucha contra la dictadura de Porfirio Díaz y de solidaridad obrera internacional. 102 años después, los capitalistas están de nuevo empeñados en aplastar su lucha. ¡Este ataque no debe quedar impune! ¡La totalidad del movimiento obrero internacional debe protestar este nuevo ataque contra los mineros! ¡Victoria a las huelgas mineras!


Grupo Espartaquista de México
20 de enero de 2008