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Workers Vanguard, suplemento en español No. 7
28 de junio de 2018
Oakland
Paro del ILWU en protesta contra provocación racista
El siguiente artículo ha sido traducido de Workers Vanguard No. 1113, 2 de junio de 2017, bajo el título de “ILWU Work Stoppage Protests Lynch Rope Provocation”.
¡Finalmente! Un sindicato poderoso e integrado flexiona sus músculos contra la amenaza creciente de las bandas supremacistas blancas y fascistas que se sienten envalentonadas en Estados Unidos bajo Trump. El 25 de mayo, miembros del Local 10 del International Longshore and Warehouse Union (ILWU, Sindicato Internacional de Muelles y Almacenes) abandonaron el trabajo cuando una soga de linchamiento, que en Estados Unidos simboliza el terror racista, fue encontrada en la terminal de la empresa SSA del Puerto de Oakland. Esta es la segunda vez en poco más de dos semanas que se halla una soga de linchamiento en la terminal, una amenaza calculada y mortal contra el sindicato y particularmente contra sus miembros negros, que constituyen la mayor parte del local del Área de la Bahía. Los estibadores dijeron a WV que la dirección del Local 10 había emitido una declaración de protesta que alertaba a la membresía de la primera soga sólo unos días antes de que la segunda fuera descubierta. Anteriormente, en noviembre, en la secuela del triunfo electoral de Trump, se hallaron pintas racistas dirigidas contra los negros en una grúa de la terminal. Esta vez el sindicato actuó, cerrando la terminal durante media jornada.
La soga de linchamiento es el espeluznante sello de más de 400 años de reacción racista, pues evoca las turbas de linchamiento que asesinaron brutalmente a miles de negros y el terror de las redadas nocturnas del Ku Klux Klan (KKK). Como el secretario-tesorero del Local 10 del ILWU, Derrick Muhammad, dijo a la prensa: “Nuestra mano de obra es más del 70 por ciento afroamericana. Considerando la historia de los negros en Estados Unidos, este tipo de cosas no es bueno…. Cuando tienes cajas de 80 mil libras y maquinaria que se mueve rápidamente, quieres sentirte seguro en ese ambiente. Entonces, cuando debes preocuparte por el racismo y el odio, eso se suma a la incomodidad”.
Desdeñando la amenaza que representa, un juez de arbitraje estimó que la soga de linchamiento no “califica como una cuestión legítima de salud y seguridad”, y se les ordenó a los estibadores que volvieran al trabajo. Detener este tipo de acciones laborales es todo el propósito de este arbitraje “neutral”, cuya labor es imponer la paz entre las clases en nombre de los patrones. Ahora, el Puerto de Oakland afirma que SSA ha iniciado una investigación y que está “tomando medidas para impedir que vuelva a pasar”. Nadie debería hacerse ilusiones de que los patrones de SSA, conocidos por su aceleración esclavista del trabajo y su maquinaria y herramientas peligrosas, tengan siquiera la menor preocupación por la “salud y seguridad” de los estibadores. Además, las hostilidades raciales y étnicas que alimentan el terror fascista son promovidas por los patrones, para dividir y vencer a los obreros más fácilmente. El sindicato debe contar sólo con sus propias fuerzas, centrándose en su arma principal: el poder de cortar las ganancias de los patrones deteniendo el trabajo, y otras acciones basadas en la fuerza colectiva y la solidaridad de la membresía.
El terror fascista es un peligro claro e inminente. Tan solo un día después del paro del ILWU, un fascista de Portland, que insultaba a gritos racistas y antimusulmanes a dos mujeres, asesinó a dos hombres, Ricky John Best y Taliesin Myrddin Namkai Meche, que heroicamente habían salido en defensa de las mujeres. Esto se suma al asesinato racista de un estudiante negro de 23 años en Maryland el 20 de mayo. Un par de meses antes, en Nueva York, un hombre negro de 66 años, Timothy Caughman, fue apuñalado mortalmente con una espada de 26 pulgadas por un supremacista blanco. Entre los nueve feligreses masacrados por el fascista Dylann Roof en Charleston, Carolina del Sur en 2015, había familiares de los estibadores del sindicato portuario ILA.
La necesidad de movilizaciones masivas e integradas basadas en el poder de la clase obrera multirracial para aplastar a los fascistas se plantea con urgencia. Saludamos a los miembros del ILWU cuyo paro de labores ofreció un pequeño ejemplo de ese poder en acción. Al llevar a cabo el paro, los miembros del ILWU estaban actuando no sólo en defensa propia, sino en defensa de todos los trabajadores portuarios. La acción también estuvo en el interés de los camioneros portuarios, muchos de los cuales son inmigrantes. Para avanzar, los obreros deben entender que su fuerza yace en luchar independientemente de los empleadores, y de todas las agencias y partidos políticos que representan los intereses de los patrones.
La soga de linchamiento busca evocar a los terroristas racistas del KKK, que sirvieron como tropas de choque para arrancarle a los negros la promesa de libertad en la secuela de la Guerra Civil. Luego fueron los encargados de imponer el sistema de segregación Jim Crow en el sur, dirigiendo su fuego contra todo el que se les opusiera, incluidos los organizadores sindicales. El terror del Klan ayudó a mantener a los estados que habían formado la antigua Confederación como un paraíso para el capitalismo estadounidense, con salarios bajos y sin sindicatos. Ahora este sistema se está extendiendo al norte, gracias, en buena medida, a los falsos líderes sindicales que se han negado a movilizar el poder obrero, promoviendo en su lugar la elección del Partido Demócrata capitalista como la solución.
Hoy, envalentonada por el racismo del “Make America Great Again” del gobierno de Trump, una nueva camada de fascistas se está movilizando en las calles. Vestidos de traje y corbata y hablando de defender la “civilización occidental”, actualmente los fascistas tienen como su blanco a los activistas de izquierda y los inmigrantes. Pero su propósito es el mismo que el de sus antecesores del Klan: aterrorizar a la clase obrera multirracial y mantener a los negros “en su sitio”. Con la lucha obrera en uno de los puntos más bajos, la clase dominante estadounidense actualmente no tiene necesidad de desatar a sus matones fascistas para destruir al movimiento obrero. Pero los mantienen en reserva. Está en el interés vital de toda la clase obrera movilizarse para aplastar a los fascistas ahora que son incipientes. En el curso de esas batallas, los obreros se armarán con la consciencia del poder que tienen como clase. Ese poder debe movilizarse para destruir los grilletes del capitalismo racista en la lucha por el socialismo en Estados Unidos. |
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