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Octubre de 2017

 

¡Independencia ya!
Las masas catalanas desafían al estado español

¡Policía Nacional y Guardia Civil, fuera de Catalunya!
¡Por una república obrera catalana!

El siguiente artículo ha sido traducido de Workers Vanguard No. 1119 (6 de octubre de 2017), periódico de nuestros camaradas de la Spartacist League/U.S.

3 DE OCTUBRE– Hace dos días, el estado español desató la represión masiva para impedir un referéndum sobre la independencia de Catalunya. Más de dos millones de personas desafiaron la movilización policiaca para votar, y el 90 por ciento votó por una república independiente en Catalunya.

Los gobernantes castellanos del estado capitalista español no tolerarán ninguna oposición a la sacrosanta unidad de la prisión española de pueblos, que le niega el derecho a la autodeterminación a las naciones catalana, vasca y gallega. El estado de sitio que Madrid impuso es una poderosa confirmación de que la opresión nacional de los catalanes—así como la de los vascos—no podrá terminar salvo con la independencia. La autonomía es un fraude: Madrid conserva el látigo en la mano. La única posición principista para los marxistas revolucionarios es exigir la independencia inmediata de estas naciones y llamar a los obreros de España y de Europa a participar en esa lucha.

En los días anteriores al voto, los chovinistas castellanos que gobiernan el país desde Madrid declararon el referéndum ilegal, con el respaldo pleno de la Unión Europea. Miles de efectivos de la Policía Nacional y la Guardia Civil paramilitar fueron enviados a suprimir cualquier intento de autodeterminación por parte del pueblo catalán oprimido. Se le confiscaron los fondos al gobierno catalán, muchos de sus líderes fueron arrestados y sus locales allanados. Millones de boletas, carteles y urnas oficiales fueron confiscadas. Decenas de miles de manifestantes que tomaron las calles enfrentan cargos de sedición. Las autoridades españolas bajaron cientos de páginas web que promovían el referéndum, incluyendo las del gobierno catalán. Todo el que sea considerado responsable de llevar a cabo el referéndum enfrenta penas de cárcel y multas masivas.

Miles ocuparon las escuelas durante la noche y se congregaron antes del amanecer para asegurar que el referéndum tuviera lugar. Conforme se abrían las casillas, los antimotines se abrieron paso a los sitios de votación golpeando a los votantes, arrastrándolos a la calle y tomando las urnas. Afuera, dispararon a la gente con balas de goma y gases lacrimógenos y la golpearon con toletes. Casi 900 personas resultaron heridas.

Pese a las tácticas de terror policiaco, el pueblo catalán no se doblegó. Al cierre de esta edición, un “paro nacional” convocado por el gobierno catalán, asociaciones de negocios y sindicatos ha paralizado Catalunya en protesta por la represión. Es urgente que la clase obrera de Catalunya y de toda España se movilice en defensa de los derechos nacionales catalanes. Los trabajadores en toda España deben exigir: ¡Abajo todos los cargos contra los independentistes! ¡Guardia Civil y Policía Nacional, fuera de Catalunya!

La brutalidad que el gobierno español desató contra el pueblo de Catalunya recuerda los largos años de la dictadura de Franco. Los catalanes y los vascos republicanos tuvieron un papel de vanguardia en la revolución española de los años treinta. Pero el triunfo de la contrarrevolución en 1939 bajo el Generalísimo Francisco Franco resultó en décadas de represión sangrienta tanto de la clase obrera como de las naciones vasca y catalana. Así, cuando Franco murió en 1975, las luchas de las naciones oprimidas se expresaron principalmente sobre líneas nacionales, a diferencia de lo que había ocurrido en los años treinta, cuando las clases obreras de estas mismas naciones lucharon directamente por el poder.

El partido derechista que gobierna España, el Partido Popular, es un descendiente del régimen de Franco. El primer ministro Mariano Rajoy declara que el referéndum de la independencia catalana viola la constitución española de 1978. Mantener la unidad del estado español es central en la constitución chovinista y antidemocrática de 1978, que estableció a la monarquía como un cacique bonapartista. El socialdemócrata Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el estalinista Partido Comunista de España (PCE, hoy enterrado dentro de Izquierda Unida) criminalmente apoyaron el establecimiento de esta constitución reaccionaria mientras entonaban loas a la “autodeterminación”. Para mantener la “indivisibilidad” de España, por mucho tiempo se ha recurrido a la sangrienta represión de estado policiaco, incluyendo por parte de los gobiernos del PSOE, contra los combativos militantes por la independencia vasca.

Decenas de miles se han manifestado en Euskal Herria (el País Vasco) en apoyo al referéndum catalán, y el movimiento independentista vasco ha recibido un impulso por los sucesos de Catalunya. Las naciones vasca y catalana, atravesadas por la frontera entre Francia y España, son oprimidas por ambos estados capitalistas. También en las regiones catalana y vasca de Francia ha habido protestas de solidaridad.

Como escribimos en el documento de la más reciente Conferencia Internacional de la LCI: “El destino de las provincias que Francia también retiene a la fuerza depende de lo que suceda del lado español de la frontera. Llamamos por la independencia del País Vasco y Cataluña, en el norte y en el sur.” (“La batalla contra la hidra chovinista”, Spartacist [Edición en español] No. 40, septiembre de 2017).

Los obreros deben luchar por la liberación nacional

La lucha por la liberación de las naciones oprimidas puede ser una poderosa fuerza motriz de la lucha revolucionaria del proletariado contra el orden capitalista español. Pero la dirección central de las federaciones sindicales a escala nacional, cuyos cuarteles generales están en Madrid, están imbuidas con el putrefacto chovinismo anticatalán y antivasco de sus propios gobernantes capitalistas. Así, al día siguiente de que el pueblo catalán votara por su independencia, las direcciones nacionales de las dos mayores confederaciones sindicales de España, las Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), emitieron una declaración oponiéndose a toda “Declaración Unilateral de Independencia”. Según escribieron: “no avalamos esa posición ni esa estrategia política”.

Semejante chovinismo no sólo obstaculiza la lucha por la liberación de las naciones oprimidas, sino que también mina la lucha de todos los obreros de la prisión española de pueblos contra sus propios explotadores capitalistas. La ofensiva del gobierno de Madrid contra Catalunya ha envalentonado a los fascistas españoles, que han organizado manifestaciones bajo la consigna “Cataluña es España”. Estas fuerzas representan una amenaza mortal a todos los obreros, inmigrantes y minorías oprimidas de España, y la clase obrera debe movilizarse para pararlos.

Durante las últimas semanas, cientos de miles han desafiado en Catalunya a los gobernantes castellanos, su constitución, sus tribunales y sus policías, es decir, al supuesto orden democrático. Los estudiantes secundarios y universitarios se fueron a huelga, mientras los granjeros conducían sus tractores a las ciudades, y luego formaron bloqueos para proteger a los votantes. Pero lo más significativo fueron las acciones que llevaron a cabo los sindicatos en defensa del referéndum. Los obreros portuarios de Barcelona y Tarragona se negaron a dar servicio a los barcos que se usaron para alojar a la Policía Nacional y la Guardia Civil. El sindicato de bomberos también emprendió acciones, formando cordones de seguridad en torno a los puntos de la votación.

La clase obrera tiene un enorme poder social potencial que debe movilizarse en defensa de la lucha por la independencia. Es absolutamente necesario defender a los líderes burgueses pro independencia de Catalunya contra la represión por parte de Madrid. Sin embargo, los obreros deben ser políticamente independientes de estos políticos capitalistas y sus partidos. Estos incluyen no sólo a los burgueses nacionalistas del Partit Demòcrata Europeu Català (PDeCAT) y de la Esquerra Republicana [unidos en la coalición Junts pel Sí], sino también a los nacionalistas de izquierda de la Candidatura d’Unitat Popular (CUP). Aunque dice ser socialista, la CUP es un partido pequeñoburgués que ha sostenido al gobierno burgués del PDeCAT y de la Esquerra en la Generalitat (el parlamento catalán).

Para la burguesía catalana, la independencia significa la posibilidad gobernar a quienes ella misma explota para obtener ganancias. La burguesía desplegará sus propias fuerzas de represión capitalista, como los Mossos d’Esquadra (policía catalana), contra la clase obrera. Sería suicida que el proletariado y los oprimidos confiaran en la burguesía catalana en la lucha por la liberación nacional. ¡Por una república obrera catalana!

El camino hacia delante lo mostró el Partido Bolchevique en Rusia, que se ganó a las naciones oprimidas a su bandera al erigirse como el campeón del derecho a la autodeterminación nacional. Como escribió León Trotsky, quien dirigió al lado de Lenin la Revolución Bolchevique proletaria de 1917:

“Para obtener la emancipación y el florecimiento cultural, las nacionalidades oprimidas estaban obligadas a ligar su suerte con la de la clase obrera. Y para esto les era indispensable desembarazarse de la dirección de sus partidos burgueses y pequeñoburgueses, es decir, precipitar la marcha de su evolución histórica”.

Historia de la Revolución Rusa (1932)

¡Abajo la UE imperialista!

Por mucho tiempo, los nacionalistas burgueses catalanes han contado con la Unión Europea (UE) para su salvación. Después del referéndum, el líder del gobierno catalán Carles Puigdemont declaró: “Debo apelar directamente a Europa… La Unión Europea ya no puede hacerse la desentendida”. En respuesta, la Comisión Europea dejó clara la posición de la UE: “la votación de ayer en Catalunya no fue legal”, para luego reiterar que “es un asunto interno de España que se debe tratar dentro del orden constitucional de España”.

La UE está decidida a mantener intactas las actuales fronteras europeas, por miedo a que la ruptura de España o de cualquier otro estado miembro derribe todo el castillo de naipes de la UE. En tanto que marxistas, nos oponemos a la UE como una cuestión de principios, pues se trata de un consorcio reaccionario de países capitalistas. Su fin es aumentar las ganancias exprimiendo a los obreros de toda Europa, mientras sus miembros dominantes—Alemania y, en menor medida, Francia—la usan para subordinar aún más a los estados europeos más débiles. Nuestra oposición a la UE es proletaria e internacionalista. Luchamos por revoluciones obreras en todo el continente, que culminen voluntariamente en los Estados Unidos Socialistas de Europa.

Tras la crisis financiera global de 2008, la UE le impuso a España una cruel austeridad, y su adopción de la moneda común, el euro, le quita a este país la opción de devaluar su moneda para atenuar la crisis. El PSOE, que en ese entonces gobernaba desde Madrid, aplicó por voluntad propia las medidas de austeridad de la UE. Por su parte, los nacionalistas catalanes de la Generalitat también administraron la brutal austeridad contra los obreros y los oprimidos.

La UE también ha impulsado la ruptura de sindicatos en toda Europa. En 2014, el Tribunal de Justicia de la UE decretó que los sindicatos portuarios españoles violan las leyes de “libre empresa” de la UE. El gobierno de Rajoy emitió un decreto para imponer el cumplimiento de las leyes de la UE. En respuesta, miles de estibadores de toda España, incluyendo a Catalunya y el País Vasco, libraron una serie de huelgas este año contra los intentos de aplastar a su sindicato.

La izquierda reformista: Fiel al orden burgués

Por años, diversos reformistas de España se han opuesto a la independencia de Catalunya mientras dicen luchar por su autodeterminación. La Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT), afiliada a la neomorenista Fracción Trotskista-Cuarta Internacional, afirma ruidosamente defender el “derecho a decidir” en el referéndum, mientras se opone abiertamente a la independencia catalana. Según han escrito: “no llamamos a votar Sí porque ni somos independentistas ni compartimos el proyecto de república y proceso constituyente que propone Junts pel Sí y la CUP” (izquierdadiario.es, 27 de septiembre).

La Izquierda Revolucionaria/Esquerra Revolucionària (IR/ER), sección del Comité por una Internacional Obrera (CIO) de Peter Taaffe, también proclamó que “¡El pueblo de Catalunya tiene derecho a decidir!”, pero se cuidó de asegurarle a los oponentes chovinistas de la independencia que “toda persona que no apoye la independencia tiene la opción clara de no votar o hacerlo por el NO”. Luego, el día previo a que millones votaran por una república catalana independiente…estos consumados oportunistas se declararon por la independencia.

Los taaffistas pasaron años dentro del socialdemócrata PSOE y se imbuyeron totalmente de su chovinismo nacional. Tan recientemente como en 2014, la IR/ER se oponía explícitamente  a la independencia en un folleto titulado “¡Por el derecho a la autodeterminación, por el socialismo!”: “La tarea del movimiento obrero, allí como aquí, en Euskal Herria y Catalunya, en el conjunto del Estado español y en Europa, no es construir nuevos estados y levantar nuevas fronteras sino construir el socialismo a escala mundial”. 

La ruptura del estado español chovinista castellano, con su monarquía y sus nostálgicos del franquismo, representaría un enorme paso adelante para las luchas de todo el pueblo trabajador de España contra sus gobernantes capitalistas. La lucha por la liberación nacional de Catalunya y Euskal Herria está íntegramente ligada a la lucha por derrocar el poder capitalista en toda España y Francia. Lo que hace falta para dirigir a los obreros y los oprimidos en esta lucha son partidos de vanguardia leninistas-trotskistas, secciones nacionales de una IV Internacional reforjada. ¡Abajo la monarquía española! ¡Por repúblicas obreras!