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30 de julio de 2014

 

¡Israel, fuera de los territorios ocupados!

¡Defender a los palestinos contra el ataque sionista en Gaza!

El siguiente artículo ha sido adaptado de Workers Vanguard No. 1049 (11 de julio), periódico de nuestros camaradas de la Spartacist League/U.S.

30 DE JULIO—Al momento del cierre de esta edición, la brutal ofensiva de Israel en su campo de concentración de Gaza ha costado la vida a más de mil 200 palestinos. Según cálculos del Centro Palestino de Derechos Humanos, al 21 de julio más del 75 por ciento de las víctimas eran civiles, y una quinta parte de los muertos palestinos en Gaza eran niños (El País, 21 de julio). Para quienes dirigen el Israel sionista, sus repetidos ataques contra Gaza son simplemente como “podar el césped”, una “especie de mantenimiento”, como un antiguo mando militar lo ha expresado. Efectivamente, el actual embate, una ofensiva a largo plazo bautizada “Operación Margen Protector”, es un procedimiento estándar para los gobernantes del Israel capitalista, el estado-guarnición sionista basado en la expulsión masiva de palestinos de sus lugares de origen.

El pretexto para la actual ola de terror sionista fue el secuestro, acaecido el 12 de junio, de tres jóvenes estudiantes de una yeshivá (escuela talmúdica) que viajaban pidiendo aventón en la Cisjordania ocupada, y el descubrimiento de sus cuerpos 18 días más tarde. A pesar de que ninguna prueba haya revelado quien cometió los asesinatos, los dirigentes israelíes han emitido, en los hechos, una sentencia condenatoria colectiva contra la población palestina. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ejecutaron más de 2 mil cuatrocientos redadas sobre casas, instalaciones médicas y escuelas y detuvieron a unos 600 palestinos, matando al menos a siete mientras bombardeaban decenas de lugares en Gaza antes del actual ataque. Ahora, los ataques israelíes por aire, mar y tierra, con la movilización de miles de soldados y reservistas, han perpetrado un baño de sangre de palestinos. Mientras, la mayoría de las ambulancias de la empobrecida Gaza no funcionan debido a la falta de combustible, y sus hospitales han declarado el estado de emergencia. La magra infraestructura de Gaza ha quedado pulverizada. ¡La clase obrera internacionalmente debe defender a los palestinos sitiados contra la máquina de terror sionista!

El primer ministro Benjamín Netanyahu se apresuró a declarar a los fundamentalistas islámicos de Hamas como culpables de las muertes de los tres israelíes, a pesar de que Hamas, que gobierna Gaza, nunca asumió responsabilidad por ellas. Como estaba previsto, sus declaraciones desencadenaron una oleada de terror a cargo de colonos fascistoides en Cisjordania y otras muchedumbres reaccionarias judías contra los árabes israelíes y los palestinos. El furor chovinista culminó en el secuestro y horrible asesinato de Mohamed Abu Jdeir, de 16 años, de Jerusalén del Este. Tras haber sido atacado por ultrasionistas el día 2 de julio, el joven fue encontrado muerto por calcinación, lo cual provocó furiosas protestas de palestinos en Cisjordania y en algunas ciudades israelíes que continúan enardecidas. La rabia fue más tarde atizada por el brutal ataque policial a un primo norteamericano de Mohamed, el joven de 15 años Tariq Abu Jdeir, durante una protesta en Jerusalén del Este.

La expansión de los asentamientos sionistas en Cisjordania ha ido incrementando la reclusión de la población palestina nativa en guetos, desde los muros que rodean el territorio hasta los puntos de control en carreteras y las zonas militares que están fuera de sus límites. La misma existencia de estos asentamientos es un constante recordatorio a los palestinos de su desahucio. ¡Todas las tropas israelíes y colonos fuera de Cisjordania y Jerusalén del Este!

Gaza se encuentra completamente indefensa contra el coloso militar sionista, bloqueada por el mar y sus fronteras con Israel así como con Egipto, cuyo régimen militar es hostil a Hamas. Mientras las fuerzas de Hamas pueden, cuando mucho, lanzar burdos cohetes, los sionistas están armados hasta los dientes, incluyendo el único arsenal atómico del Medio Oriente. Mientras las fuerzas israelíes bombardeaban el gueto de Gaza por aire y por mar, la edición del 8 de julio de Haaretz publicó una declaración del presidente Obama alabando la ayuda militar estadounidense anual de 3 mil millones de dólares al régimen sionista para “hacer Israel más seguro”, y que sirve para “salvar vidas”. Con un impresionante cinismo, ¡declaró su apoyo al “derecho de los palestinos a la autodeterminación” mientras añadía que cualquier gobierno palestino debe comprometerse con la “no violencia” y con el reconocimiento de Israel! La clase obrera estadounidense debe oponerse a toda ayuda estadounidense a Israel, enfrentándose a sus “propios” dirigentes capitalistas y a sus alianzas militares. Los marxistas, como defensores de las causas justas, no igualamos la violencia de los oprimidos con la violencia de los opresores.

Tomamos lado militar con Hamas contra la campaña terrorista del sionismo, mientras que no concedemos el más mínimo apoyo político a estos reaccionarios islámicos o al nacionalismo burgués palestino. Luchamos por colocar el eje clasista al frente. La emancipación nacional de los palestinos requiere el derrocamiento proletario de los dirigentes capitalistas israelíes y también de los de Jordania, Líbano y Siria, el hogar de millones de palestinos. Las poblaciones judía-israelí y árabe-palestina son pueblos interpenetrados que plantean reclamos contrapuestos sobre el mismo territorio. Bajo el capitalismo, el ejercicio de los derechos nacionales de uno necesariamente será a expensas del derecho a la autodeterminación del otro. Solamente en una federación socialista del Medio Oriente pueden resolverse equitativamente esos reclamos sobre la tierra y los recursos en conflicto, haciendo desaparecer toda discriminación basada en el idioma, la religión o la nacionalidad.

Israel es una sociedad dividida en clases, con obreros explotados por la clase capitalista dirigente. La difícil pero necesaria tarea de romper el chovinismo que envenena la conciencia del población trabajadora judía no se ve facilitada por las bombas criminales e indiscriminadas de Hamas y otras fuerzas palestinas contra civiles israelíes, que empujan a la población judía a los brazos de sus dirigentes. Lo que se debe hacer es forjar partidos marxistas revolucionarios en Israel/Palestina y en todo el Medio Oriente en oposición a toda forma de nacionalismo y de fundamentalismo religioso, y comprometidos con la lucha por la revolución socialista a escala mundial.