Espartaco No. 52

Diciembre de 2019

 

El estado español condena a los dirigentes catalanes

¡Liberación inmediata de todos los independentistes!

¡Por la independencia de Catalunya!

¡Por una república obrera!

A continuación reproducimos el texto de un volante publicado por nuestros camaradas de la Ligue trotskyste de France el 19 de octubre en catalán, francés y español. La versión en catalán se distribuyó en la manifestación de por lo menos 350 mil personas el 26 de octubre en Barcelona contra el encarcelamiento de los líderes nacionalistas catalanes.

La cólera estalló el 14 de octubre en Catalunya, con manifestaciones masivas contra la condena a penas de prisión de nueve a trece años dictadas contra los políticos y militantes catalanes. En un juicio amañado que desató el chovinismo castellano anticatalán, los dirigentes de los partidos nacionalistas catalanes, incluyendo a Oriol Junqueras, antiguo vicepresidente de la Generalitat (gobierno autónomo) de Catalunya, y a Carme Forcadell, expresidenta del Parlament, fueron condenados por haber organizado el referéndum independentista en octubre de 2017. Los cargos son escandalosos: “sedición”, “desobediencia” y “malversación de fondos”. Además de las condenas contra nueve de los doce acusados, la Corte Suprema reactivó una euroorden de arresto contra Carles Puigdemont, antiguo presidente de la Generalitat refugiado en Bélgica desde octubre de 2017. Las condenas y la persecución de prominentes políticos catalanes constituyen una amenaza siniestra, dirigida a las naciones oprimidas catalana, vasca y gallega, para dejar claro que la “indisoluble unidad” de la prisión española de pueblos no se negocia.

Apenas horas después de las condenas, decenas de miles de personas salieron a las calles de Barcelona y otras ciudades de Catalunya, incluyendo Perpinyà. Hubo también manifestaciones de solidaridad en Donostia, Córcega y Bretaña. Una enorme manifestación que procuraba bloquear el aeropuerto de Barcelona fue brutalmente reprimida por unidades conjuntas de la policía nacional española y los Mossos d’Esquadra, la policía autónoma catalana. Decenas de manifestantes quedaron heridos y un joven de 22 años perdió un ojo, resultado de un tiro de bala de goma de la policía. Las manifestaciones independentistas culminaron en una huelga general, la cuarta en dos años, y una manifestación de más de 500 mil personas en Barcelona el 18 de octubre, la cual también fue atacada por la policía —cerca de 200 personas fueron enviadas al hospital—. La huelga, que bloqueó la mitad de los transportes públicos, fue particularmente fuerte en la universidad y en los servicios públicos. Crucialmente, los estibadores se unieron a la huelga y protestaron.

Internacionalista proletaria, la Liga Comunista Internacional (Cuartainternacionalista) exige la liberación inmediata de todos los encarcelados y detenidos por apoyar la justa causa de la independencia catalana. ¡Liberación de todos los prisioneros nacionalistas catalanes y vascos en España y Francia! ¡Manos fuera de Carles Puigdemont! Existe una nación vasca única y una nación catalana única, divididas y oprimidas por estos dos estados capitalistas. El movimiento por la independencia de Catalunya del lado “español” amenaza también a la “república única e indivisible” del imperialismo francés; por ello, la burguesía francesa no es menos hostil a la independencia de estas dos naciones. Así, Macron declaró en octubre de 2017: “Hay un estado de derecho en España, con reglas constitucionales. [El presidente español] quiere hacerlas respetar, y cuenta con mi pleno respaldo” Libération, 14 de octubre). ¡Por la independencia de Catalunya y Euskal Herria, al norte y al sur! ¡Por el derecho a la independencia de Galicia!

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), dirigido por Pedro Sánchez —actualmente a la cabeza del estado español— es el principal orquestador de la represión. En semanas recientes ha procedido a arrestos preventivos sobre la base de acusaciones absurdas de terrorismo. La Audiencia Nacional (un órgano del Ministerio de Justicia) acusó de “terrorismo” a Tsunami Democràtic, cuyo único “crimen” es haber desempeñado un papel importante en las manifestaciones recientes. Sánchez amenaza con volver a aplicar el artículo 155, suprimiendo toda traza de autonomía catalana, siguiendo los pasos de su predecesor Mariano Rajoy, del neofranquista PP, que lo aplicó en 2017. Los socialdemócratas, leales a muerte a la monarquía española, siempre han desempeñado un papel central en atizar el chovinismo anticatalán entre los obreros y los oprimidos a lo largo y ancho del estado español. ¡Abajo la monarquía! Los traicioneros dirigentes españoles de las federaciones sindicales CC.OO. y UGT desempeñan también un papel central en la difusión del chovinismo castellano: ¡se negaron a apoyar la huelga general en Catalunya!

¡Por la independencia política del movimiento obrero!

Los políticos burgueses catalanes ponen toda su confianza en la Unión Europea, pero los obreros no deben albergar la menor ilusión de que ésta podrá jamás ayudar a Catalunya contra la represión del estado español. La UE no es un estado supra-nacional, sino un cártel de banqueros y patrones dominado por el imperialismo alemán (y francés en segundo lugar). Su razón de ser es la maximización de ganancias, a través de la maximización de la explotación de la clase obrera en toda Europa. Para los imperialistas, se trata de pisotear la soberanía nacional de los países miembros más débiles. La UE es por naturaleza profundamente hostil a las luchas de las naciones oprimidas por su liberación. En respuesta a las condenas de los dirigentes catalanes, la Comisión Europea declaró que respetaba plenamente el orden constitucional español, “incluyendo las decisiones judiciales de España” (euobserver.com, 15 de octubre). ¡Abajo la UE! ¡Por los estados unidos socialistas de Europa, reunidos sobre una base voluntaria!

Catalunya carece de los atributos propios de un estado —esencialmente, fuerzas armadas— para resistir a los embates del estado español. No se puede confiar la causa de la independencia de Catalunya a la burguesía catalana, que implora un “diálogo” con el gobierno español. Los sucesivos gobiernos catalanes, dirigidos por el partido burgués derechista PDeCAT (Partit Demòcrata Europeu Català) y su predecesor CiU, operan en concierto con Madrid, y a menudo en colusión con la Esquerra Republicana y la CUP (Candidatura d’Unitat Popular) para imponer la austeridad antiobrera y arremeter brutalmente contra los sindicatos, incluyendo el desatar a los Mossos contra los obreros en huelga y los militantes independentistas.

Luchamos por hacer del combate por la emancipación nacional una fuerza motriz de la revolución proletaria. La clase obrera, movilizando su enorme poder social a la cabeza de todos los oprimidos, puede hacer de la independencia una realidad. Es necesario luchar por que los obreros en toda España y toda Francia comprendan que la lucha por la independencia de y Euskal Herria es crucial para su propia emancipación de la esclavitud asalariada capitalista. Hay que librar esta batalla contra la actual dirigencia vendida de la clase obrera, en el marco de la lucha por forjar partidos leninistas-trotskistas, secciones de una IV Internacional reforjada, el instrumento necesario para dirigir a la clase obrera al poder.