Espartaco No. 52 |
Diciembre de 2019 |
¡Por la autodeterminación de Cachemira!
¡Tropas indias fuera del Valle de Cachemira!
La siguiente declaración fue publicada el 14 de agosto por el Secretariado Internacional de la Liga Comunista Internacional (Cuartainternacionalista).
En una escalada calculada de una guerra de décadas contra Cachemira, el 5 de agosto el gobierno chovinista hindú de Narendra Modi, de repente y sin advertencia alguna a los cachemires, disolvió la asamblea local y privó al estado de la autonomía limitada que ha ejercido desde 1948. En las semanas anteriores, el gobierno indio envió más de 40 mil tropas al Valle de Cachemira para reforzar a las 500 mil que ya estaban ahí, incluyendo la Fuerza Central de la Reserva Policial. Los oprimidos cachemires musulmanes, concentrados abrumadoramente en el Valle, viven bajo una subyugación implacable por este ejército de ocupación masivo en una de las zonas más militarizadas del mundo.
Por más de una semana, el Valle de Cachemira y su ciudad más importante Srinagar han estado bajo un bloqueo y un aislamiento completos, con comunicaciones de telefonía celular e internet interrumpidas. A pesar de una virtual suspensión de las noticias, han surgido algunos informes de tropas que acribillan a personas con municiones de escopeta y usan gas lacrimógeno contra manifestantes que desafían valientemente el toque de queda. Un incontable número de cachemires musulmanes ha sido arrestado y detenido, incluyendo a políticos prominentes. ¡Libertad a todas las víctimas de la represión india en Cachemira!
Como leninistas, en la Liga Comunista Internacional estamos por el derecho a la autodeterminación de Cachemira, y eso incluye la independencia. Desde 1989, el ejército indio ha masacrado a más de 80 mil cachemires y sometido a la población a un terror sin fin. Esto incluye unas 8 mil “desapariciones forzadas”, como las llaman los cachemires, de las cuales el estado niega todo conocimiento del paradero de las víctimas. El ejército tiene un historial de atrocidades crueles, incluyendo violaciones masivas. Nosotros exigimos inequívocamente: ¡Fuera todas las tropas indias del Valle de Cachemira!
Nos oponemos también a la abrogación de los artículos 370 y 35a, los cuales codificaban la autonomía limitada del estado de Jammu y Cachemira. Estos artículos incluían una disposición que impedía la venta de tierra a residentes no cachemires y otra que determinaba quién es un residente permanente. Estos artículos permitían al estado controlar sus fronteras e impedir el desplazamiento forzado de musulmanes. La eliminación de estas medidas, algo que Modi había prometido durante mucho tiempo, está destinada a abrir las compuertas para el asentamiento al estilo israelí de pandits hindúes brahmánicos en el Valle, acompañados sin duda de violencia comunal asesina intensificada contra musulmanes.
El último ataque del gobierno de Modi contra Cachemira ha alimentado las tensiones con Pakistán, contra el cual la India ha peleado tres guerras por el control del territorio. Avivando las llamas del comunalismo hindú-musulmán, la hostilidad entre los dos países es el legado venenoso del divide y vencerás colonial británico, el cual culminó con la Partición de 1947 del subcontinente indio y su masacre comunal a escala masiva. En la secuela de la Partición, un tercio de Cachemira fue a parar a Pakistán. Casi todo el resto, incluyendo el Valle de Cachemira, el distrito de Jammu de mayoría hindú y el área budista de Ladakh, se fue con la India, que ofreció la zanahoria de la autonomía junto con su bota militar.
El dominio capitalista en la India, bajo los gobiernos dirigidos tanto por el Partido del Congreso como por el Partido Bharatiya Janata de Modi, ha estado basado en la supremacía chovinista hindú de las castas superiores, incluyendo la represión violenta en Cachemira, su único estado de mayoría musulmana. Al igual que la India, Pakistán es una “prisión de pueblos”, donde los punjabi dominan sobre nacionalidades oprimidas como la baluchi. Las mujeres son brutalmente oprimidas a lo largo de la región. Tanto la India como Pakistán dependen de las potencias imperialistas; EE.UU., Gran Bretaña y otros países capitalistas avanzados extraen vastas ganancias de la explotación de las masas trabajadoras en Asia del Sur y otras partes del mundo.
La salida a estas enormes injusticias que pesan sobre Cachemira está en forjar un partido proletario de vanguardia en la India que vincule las luchas por la liberación nacional con la lucha revolucionaria de la clase obrera contra la explotación capitalista. Tal partido, compuesto y dirigido principalmente por dalits, mujeres, minorías nacionales y étnicas y otras capas especialmente oprimidas, imbuiría en el proletariado el entendimiento de que la lucha contra toda forma de opresión, en particular la opresión de casta, está en el interés de toda la clase obrera. La LCI busca construir partidos leninistas-trotskistas, secciones de una IV Internacional reforjada, que estén dedicados a la revolución proletaria desde la India y Pakistán hasta los centros imperialistas.