Espartaco No. 50

Octubre de 2018

 

¡Abajo la campaña feminista anticomunista!

Colectivos feministas centrados en Ciudad Universitaria han recrudecido sus ataques en contra del Movimiento de los Trabajadores Socialistas (MTS) y su grupo frentista Pan y Rosas. El 9 de septiembre, en medio de los paros y asambleas tras el ataque porril en la explanada de rectoría, las feministas separatistas decidieron negar la entrada al MTS a la Asamblea Interuniversitaria de Mujeres —llevada a cabo el 12 de septiembre en la ENAH—, en un comunicado que llama además por echar a Pan y Rosas de todas las escuelas y las universidades.

Las feministas acusan al MTS, entre otras cosas, de encubrir a Sergio Moissen, miembro de esa organización, destituido como profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales por supuestamente haber abusado sexualmente de una alumna. Sin embargo, como lo demuestra toda la evidencia disponible, incluyendo la declaración de la propia denunciante, en la relación entre Sergio y su exalumna y amiga nunca existió abuso sexual alguno, ni ningún otro crimen. Este caso ha sido utilizado por las feministas, junto con las autoridades universitarias, para establecer un ambiente de histeria antisexo en la UNAM (ver “UNAM: ¡Abajo la cacería de brujas antisexo contra el MTS!”, Espartaco No. 47, agosto de 2017).

La censura feminista, que se ha extendido a todo grupo que se reclame de izquierda, a fin de cuentas trata a las mujeres como seres que no pueden tomar sus propias decisiones acerca de política y que necesitan de alguien que las proteja. Las dirigentes separatistas son hostiles en particular contra aquéllos que se reclaman trotskistas, incluyendo nuestra propia organización, e intentan aislar a las mujeres de nuestro programa revolucionario. Las feministas separatistas han azuzado la histeria a tal grado que en redes sociales había llamados por “defender” la asamblea con “piolets” —clara alusión al asesinato de León Trotsky a manos de un esbirro estalinista—. Está en el interés del movimiento obrero en su conjunto y de todo militante por la liberación de la mujer oponerse a esta campaña de censura, amenazas y llamados a la violencia anticomunistas en las universidades.

En su patética defensa del 10 de septiembre, el MTS acusa a las separatistas —sin proporcionar evidencia alguna— de estar coludidas con la rectoría, así como con el PRI y el PRD (“Contra el divisionismo y las calumnias del separatismo: por la unidad combativa del movimiento estudiantil”, laizquierdadiario.mx). Lo que el MTS se rehúsa a reconocer es que el feminismo —al cual se ha adaptado políticamente en los últimos años— es una ideología liberal burguesa políticamente hostil al marxismo (ver artículo en pág. 24). Los ataques anticomunistas de las feministas no son una aberración, sino que son consistentes e integrales a su perspectiva política. En última instancia, el feminismo —en cualquiera de sus manifestaciones— se opone a lo único que puede sentar las bases materiales para la desaparición de la opresión de la mujer de una vez y para siempre: la revolución proletaria mundial. Los espartaquistas decimos: ¡Abajo la censura feminista contra el MTS y las demás organizaciones de izquierda! ¡Liberación de la mujer mediante la revolución socialista!