Cinismo del PRD, descaro bonapartista del PAN

¡Abajo las propuestas para “ley de marchas”!

Hartos de las frecuentes marchas, envalentonados por la facilidad con la cual han impuesto su embestida antiobrera y con el objetivo de dar una imagen de orden y “paz social”, los arrogantes gobernantes burgueses quieren ahora limitar aún más el derecho a manifestarse —un viejo proyecto (recuérdense las propuestas del PRIAN para la construcción de un “marchódromo”) que hasta ahora no había llegado a ningún lado—. Hace unos meses el PAN propuso en el congreso nacional una draconiana propuesta de ley para el DF contra las marchas. La iniciativa prohíbe manifestarse en “vías primarias”, establece que sólo se podrá hacerlo entre las 11 y las 18 horas, que habrá que solicitar autorización estatal con al menos 72 horas de anticipación —y, para que sea permitida, la manifestación habrá de observar las “buenas costumbres” según los criterios de estos neocristeros—, prohíbe “proferir insultos” e “intimidar u obligar a la autoridad a resolver algún asunto en el sentido que deseen” —es decir, ¡prohíbe ejercer presión!—.

El jefe perredista del gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, puso el grito en el cielo porque la propuesta del PAN en el congreso federal “vulnera la autonomía” del DF, al tiempo que proponía su propia ley de marchas a la asamblea local; si bien la propuesta perredista es un poco menos draconiana, su objetivo sigue siendo el mismo: reforzar las medidas represivas contra la lucha social. Y con o sin “ley de marchas”, el PRD no duda en desatar la represión del estado capitalista contra las protestas en cada ocasión que se le presenta. Tras desalojar a los maestros de la CNTE del Zócalo en septiembre pasado —quienes protestaban contra la “reforma” educativa priísta apoyada por los legisladores perredistas—, en enero los desalojó de nuevo, ahora de la Plaza de la República, al tiempo que reprimía las reducidas protestas contra el aumento de la tarifa en el metro. El PRD es un partido del capital tanto como el PRI, el PAN y el Morena: ¡ninguna ilusión en los partidos burgueses!