Espartaco No. 40 |
Febrero de 2014 |
¡Abajo el alza de la tarifa del metro!
(Joven Espartaco)
A partir del pasado 13 de diciembre, el costo del boleto del metro, transporte que utilizan más de cinco millones de usuarios al día, subió de tres a cinco pesos. Este ataque, impulsado por el gobierno perredista del Distrito Federal, está dirigido en contra de todos los trabajadores y pobres de la ciudad.
Si consideramos que el salario mínimo es de 67.29 pesos por día en la zona A (que incluye al DF), para un trabajador un solo viaje de ida y vuelta en el metro implica gastar más de una séptima parte de su salario (sin tomar en cuenta a otros posibles miembros de la familia). Además, una gran parte de los usuarios también necesita gastar en otros medios de transporte, que también han sufrido alzas considerables los últimos años, como microbuses y metrobús. Para dejarlo más claro, una gran parte de las personas que viajan diariamente al DF para trabajar provienen del Estado de México, donde deben pagar una tarifa mínima de ocho pesos en los microbuses.
Los aumentos no han sido sólo en el transporte: comparando enero de este año con el del año pasado, la inflación se situó en poco más del 4.4 por ciento y el costo de los productos de la canasta básica subió 5.7 por ciento, mientras que el salario mínimo subió sólo 3.9 por ciento en un año (2.53 pesos al día).
Las únicas protestas contra el alza de la tarifa del metro han sido las de algunos jóvenes organizados en el movimiento #PosMeSalto, en las cuales invitan a los usuarios a saltarse los torniquetes. Pero estas protestas han quedado completamente aisladas. Los estudiantes y jóvenes deben entender que los obreros son los únicos con el poder social para frenar esta embestida: una huelga de los 12 mil trabajadores afiliados al sindicato del metro, por ejemplo, podría paralizar a la ciudad entera, lo cual sería un poderoso golpe contra los capitalistas y, con ello, se podría hacerlos retroceder.
Como la educación y la atención médica, el transporte público es un servicio básico que debería ser gratuito y de calidad. Pero la burguesía, preocupada sólo por la producción de ganancias, no va a conceder este tipo de demandas que apuntan a la necesidad de derrocar el sistema de explotación capitalista. La clase obrera tiene el interés material de expropiar a la burguesía y fundar una nueva sociedad, basada en una economía colectivizada y planificada, sentando así las bases para acabar con el hambre y la opresión.
Junto con la escalada de represión en las calles llevada a cabo por el gobierno del DF, también se ha emprendido una cacería de brujas por parte de los medios burgueses de comunicación contra algunas organizaciones en el #PosMeSalto. Desde diciembre, el periódico El Universal ha publicado artículos donde, apelando a la xenofobia y hablando de estas protestas como una especie de conspiración, revela datos personales —provenientes de los servicios de espionaje del DF— de los dirigentes de estas manifestaciones y los señala como criminales, azuzando a la represión abierta. En particular, ha señalado a integrantes de la seudotrotskista Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS). Si bien diferimos de la perspectiva política de esta última, estamos firmemente opuestos a toda persecución estatal contra estos manifestantes. ¡Un golpe contra uno es un golpe contra todos! ¡Abajo la cacería de brujas!
En sus artículos sobre el alza, la LTS adopta la misma estrechez pequeñoburguesa del #PosMeSalto, maquillada con su recurrente consigna máxima de “un metro bajo el control de los trabajadores”. Pero el control obrero de sectores clave como el metro sólo es posible en el contexto de una ofensiva proletaria. La LTS presenta esta demanda de manera totalmente desconectada de la lucha por la revolución socialista (algo que ni por error menciona en estos artículos), confiriéndole un carácter puramente reformista.
Después de décadas de derrotas del proletariado, los jóvenes y estudiantes no ven a éste como una opción para transformar la sociedad. La escasa lucha de clases abierta en los últimos años es resultado de la política de las direcciones traidoras de los sindicatos que ata a sus bases, principalmente mediante el nacionalismo, a los políticos de la burguesía y sus partidos. PAN, PRI, PRD y AMLO/Morena son enemigos mortales del proletariado y han demostrado que harán todo lo posible por defender el dominio del capital.
Es mediante un partido marxista de vanguardia, que agrupe a los obreros avanzados y la intelectualidad desclasada bajo un programa de lucha revolucionaria e internacionalista, que los jóvenes y estudiantes deben dirigirse al proletariado. La Juventud Espartaquista es una arena de entrenamiento y educación para revolucionarios. Lado a lado con nuestros camaradas del Grupo Espartaquista de México luchamos por construir el partido de vanguardia. La tarea de este último es llevar a la clase obrera la conciencia de su tarea histórica: la destrucción del sistema capitalista de explotación, miseria y opresión.
En la Juventud Espartaquista buscamos reclutar a los jóvenes que hagan suyos los intereses históricos de la clase obrera. ¡Estudiantes y jóvenes, únanse a la clase obrera para luchar! ¡Forjar un partido obrero revolucionario!