Espartaco No. 38 |
Junio de 2013 |
¡Victoria a los paros de la CNTE!
¡Abajo la reforma educativa!
¡Libertad a Gordillo y los demás dirigentes sindicales!
Maestros organizados en secciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) controladas por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se han movilizado exigiendo la abrogación de la reforma antieducativa rompesindicatos. Las protestas han incluido desde bloqueos carreteros hasta paros indefinidos en Michoacán, Guerrero y Chiapas, además de múltiples marchas a lo largo del país. En su lucha, los maestros han contado con el apoyo de los combativos jóvenes normalistas, como los de Ayotzinapa, Guerrero, y de Tiripetío, Michoacán. El magisterio necesita urgentemente la solidaridad activa de los contingentes pesados del proletariado urbano. El ataque contra el SNTE es un ataque dirigido al conjunto del movimiento obrero: la clase obrera industrial debe flexionar su poderoso músculo en acciones huelguísticas en apoyo al magisterio.
A continuación reimprimimos un volante del GEM titulado “Gobierno, ¡manos fuera del SNTE!” (4 de marzo).
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El pasado 26 de febrero el gobierno de Enrique Peña Nieto arrestó a Elba Esther Gordillo, “La Maestra”, dirigente “vitalicia” del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). El objetivo inmediato de Peña Nieto era eliminar cualquier obstáculo a la “reforma educativa” que había promulgado apenas un día antes y que representa un ataque contra el sindicato magisterial y las conquistas laborales de sus agremiados. Habiéndose pronunciado contra dicha “reforma”, Gordillo —durante décadas una aliada confiable del gobierno en turno— se había convertido en el blanco evidente de la nueva embestida estatal (ver “La ‘Pax Porfiriana’ a la Peña Nieto”, Espartaco No. 37, febrero de 2013). “La Maestra” ha sido acusada de “lavado de dinero” y “delincuencia organizada”, y dos funcionarios más del SNTE, Nora Guadalupe Ugarte Ramírez e Isaías Gallardo Chávez, han sido arrestados también.
El arresto de Gordillo es un ataque contra el magisterio y el movimiento obrero en su conjunto, así como lo fue el Quinazo, cuando en 1989 el también priísta Carlos Salinas encarceló al dirigente sindical petrolero Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”. Los espartaquistas nos oponemos, como cuestión de principios, a la intervención del estado burgués en los asuntos de los sindicatos, organizaciones elementales de defensa de la clase obrera. La intromisión estatal en los sindicatos no tiene nada que ver con su “democratización”; el objetivo de la burguesía es someter los sindicatos cada vez más a su control. La defensa del movimiento sindical incluye exigir la libertad inmediata de Gordillo y todos los funcionarios sindicales arrestados.
Al resto de la dirigencia nacional del SNTE le tomó apenas unas horas pasar de las promesas de “lealtad, cariño y solidaridad” a Gordillo a sustituirla y afirmar que están “volviendo a nacer”. Tras haber obtenido el visto bueno de Peña Nieto, un tal Juan Díaz de la Torre ha sido “elegido” nuevo dirigente del SNTE, y ni tardo ni perezoso afirmó, en su discurso inaugural, que el SNTE avalará la “reforma educativa”.
Como era de esperarse, los principales partidos burgueses —PRI, PAN, PRD y Morena— recibieron con júbilo las noticias del arresto de Gordillo. Martí Batres, compinche de López Obrador en el Morena, exige que se arreste también a Deschamps, dirigente del poderoso sindicato petrolero. Por su parte, la disidencia sindical pro-PRD organizada en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) critica el Elbazo como algo parcial. Para la CNTE, el encarcelamiento de Gordillo es “un ‘ajuste de cuentas’ que no tendrá ninguna repercusión en la transparencia y democracia sindical, pues además el nuevo dirigente es parte de la ‘misma camarilla que debe ser investigada’” (La Jornada, 1° de marzo). La CNTE ha convocado una “megamarcha” para el 5 de marzo contra la imposición del nuevo lambiscón, pero al mismo tiempo la lógica de estas declaraciones es la exigencia de ¡mayor intervención estatal! Similarmente, Artemio Ortiz Hurtado del Comité Ejecutivo Nacional Democrático —otra disidencia del SNTE— habla de un posible paro indefinido magisterial contra la imposición del nuevo líder y contra la “reforma educativa”, ¡al tiempo que le “toma la palabra” a Peña nieto y exige que el estado vaya “por toda la camarilla de Gordillo Morales”! Estas disidencias sindicales evidencian así su bancarrota política y su afinidad fundamental con la perspectiva procapitalista de las venales dirigencias gangsteriles que pretenden remplazar. Nos oponemos a que las disidencias internas recurran a los tribunales burgueses en sus luchas por obtener las dirigencias de los sindicatos.
“La Maestra” llegó a la dirigencia del SNTE por designación de Carlos Salinas mismo, y durante más de dos décadas se destacó como una gángster profesional y traidora al proletariado; pero, en tanto que dirigente sindical, es el movimiento obrero que debe juzgarla. ¡La clase obrera debe limpiar su propia casa! La lucha por la genuina democratización de los sindicatos es inseparable de la lucha por forjar una dirección clasista, revolucionaria, que responda a los intereses históricos del proletariado. Los obreros deben forjar su propio partido, un partido revolucionario que luche por sus propios intereses y los de los oprimidos para acabar de una vez por todas con el régimen de los patrones.