Espartaco No. 33 |
Primavera de 2011 |
¡Defender a Libia contra el ataque imperialista!
La siguiente declaración del Comité Ejecutivo Internacional de la Liga Comunista Internacional (Cuartainternacionalista) fue publicada el 20 de marzo.
La Liga Comunista Internacional (Cuartainternacionalista) hace un llamado a los obreros de todo el mundo a asumir la defensa militar de la Libia semicolonial contra el ataque que la coalición de los rapaces gobiernos imperialistas inició ayer. Los gobernantes franceses, británicos y estadounidenses, en alianza con otros gobiernos imperialistas y con la bendición de los jeques, los reyes y los bonapartistas militares de la Liga Árabe no perdieron un momento en aprovecharse de la luz verde que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas les diera el jueves para masacrar a un sinnúmero de gente inocente en nombre de “proteger a los civiles” y asegurar la “democracia”. A los bombardeos aéreos franceses les siguieron de inmediato ataques con misiles por parte de EE.UU. y Gran Bretaña, mientras que el régimen militar de Egipto provee de armas a las fuerzas de oposición en Bengasi. Desde Indochina y la península coreana hasta las ocupaciones actuales de Irak y Afganistán lideradas por EE.UU., los gobernantes imperialistas “democráticos” están empapados en la sangre de sus millones y millones de víctimas. Recuerden que Gran Bretaña y Francia históricamente han sido autores de innumerables masacres en el Medio Oriente, África y el Subcontinente Indio con el fin de ejercer la subyugación colonial de esas regiones. Recuerden que Italia, que ahora permite el uso de sus bases aéreas para el ataque, fue responsable de la muerte de más de la mitad de la población de Cirenaica, en el este de Libia, durante su dominio colonial previo a la Segunda Guerra Mundial.
Antes del ataque actual, el conflicto en Libia había tomado la forma de una guerra civil de baja intensidad, fuertemente revestido de divisiones tribales y regionales, entre el gobierno centrado en Trípoli del caudillo, coronel Muammar Kadafi, y las fuerzas de oposición respaldadas por el imperialismo que se concentran en las regiones orientales del país. Workers Vanguard No. 976 (18 de marzo), periódico de la sección estadounidense de la LCI, afirmó que “en este momento los marxistas no tomamos lado en es- te conflicto”. Sin embargo, como afirmaba el artículo más adelante, “En el caso de un ataque imperialista en contra de la Libia neocolonial, el proletariado a nivel internacional debe asumir la posición de defensa militar de este país sin dar apoyo político al régimen capitalista de Kadafi”. La guerra civil en Libia se ha subordinado a la lucha de un país neocolonial en contra del imperialismo. Cada paso que den los obreros de los países imperialistas para detener las depredaciones y aventuras militares de sus gobernantes es un paso adelante hacia su propia liberación de la explotación capitalista, el empobrecimiento y la opresión. ¡Defender a Libia contra el ataque imperialista! ¡Fuera la Quinta Flota de EE.UU., así como todas las bases y tropas imperialistas, de África del Norte y del Medio Oriente!
Recuerden que la masacre de más de un millón de personas en Irak comenzó con la imposición de un embargo hambreador patrocinado por la ONU y una “zona de exclusión aérea” en la década de los 90. La acción más reciente por parte del Consejo de Seguridad, que incluye al régimen sudafricano del neoapartheid dirigido por el Congreso Nacional Africano, subraya una vez más la naturaleza de las Naciones Unidas como una cueva de bandidos imperialistas, y sus lacayos y víctimas semicoloniales. La abstención por parte del representante de China, un estado obrero burocráticamente deformado, significó una aprobación tácita a la depredación imperialista; lo cual envalentona a las mismas fuerzas que buscan derrocar la Revolución China de 1949.
Las lágrimas de cocodrilo que lloran los gobernantes imperialistas y sus portavoces en los medios de comunicación sobre los libios asesinados por el régimen de Kadafi durante la reciente ola de protestas contrasta agudamente con su silencio en respuesta a la continua masacre de manifestantes en Yemen —cuya dictadura es un componente clave de la “guerra contra el terrorismo” de Washington— y su apoyo actual al reino de Bahréin, que hospeda los cuarteles de la Quinta Flota estadounidense. Para ayudar a aplastar las protestas masivas, la semana pasada Bahréin pidió la entrada de las tropas de la medieval y teocrática monarquía saudita, baluarte central de los intereses imperialistas estadounidenses en la región. A los ojos de los gobernantes imperialistas, la mayoría chiíta en Bahréin y las masas yemenitas son infrahumanas, y no tienen derecho alguno que deba respetarse.
Múltiples izquierdistas socialdemócratas, tipificados por el Secretariado Unificado (S.U.) y el cliffista Socialist Workers Party [Partido Socialista de los Trabajadores] de Gran Bretaña, han hecho su labor preparando el terreno para las masacres imperialistas en Libia al vitorear a la llamada “Revolución Libia”. Tras exhortar a apoyar al conciliábulo de “demócratas” proimperialistas, títeres de la CIA, monarquistas e islamistas que conforman la oposición centrada en Bengasi, estos reformistas ahora fingen repudiar la intervención militar imperialista en apoyo a la oposición. El Nuevo Partido Anticapitalista, constituido en 2009 por la sección francesa del S.U., firmó una convocatoria para una manifestación ayer exigiendo que el grupo de Bengasi fuera reconocido como “el único representante legítimo del pueblo libio”, ¡lo cual ya había hecho el presidente francés Sarkozy! Al mismo tiempo, los grupos de izquierda que han promovido ilusiones en las pretensiones “antiimperialistas” de Kadafi —como el Workers World Party [Partido Mundo Obrero] en EE.UU.— buscan siempre y en todo lugar encadenar a la clase obrera a una mítica ala “progresista” de la burguesía.
Hoy nos comprometemos, como lo hicimos en 1986 durante el bombardeo contra Libia por parte del gobierno estadounidense de Reagan, a “emprender todo esfuerzo para propagandizar la necesidad de que la clase obrera mundial tome lado con Libia” en contra de sus enemigos imperialistas (“Bajo la mira de Reagan en Libia”, WV No. 401, 11 de abril de 1986). En su búsqueda de ganancias y dominación, las mismas clases gobernantes capitalistas que explotan brutalmente a la clase obrera “en casa”, sólo para dejar en el desempleo a los obreros durante periodos de crisis económica, como hoy en día, llevan a cabo ataques imperialistas asesinos en otras partes del mundo. La lucha en contra de la guerra imperialista no se puede conducir de manera separada e independiente de la lucha de clases. Sólo la revolución socialista puede derrocar el sistema de imperialismo capitalista que engendra la guerra. Nuestro camino es el de la Revolución de Octubre de 1917, dirigida por el Partido Bolchevique de Lenin y Trotsky, la cual sirvió como un faro de internacionalismo revolucionario para el proletariado en todo el mundo. Luchamos por reforjar la IV Internacional como un instrumento que pueda dirigir a las masas obreras, desde el Medio Oriente hasta los centros imperialistas, hacia nuevas Revoluciones de Octubre y una sociedad socialista mundial.